UN ARTE NUEVO
Cultura en sabado
Quienes no se han dado cuenta de que se abrió una
exposición totalmente novedosa en La Casona, galería de muestras ubicada
en el campus de la Universidad Apec, de la avenida Máximo Gómez, deben
sacar tiempo ya mismo para conocer lo que es un verdadero fenómeno de
expresión plástica por vías no usadas por nadie anteriormente.
Se trata de la exposición Entre la Alquimia y la Madera, del artista catalán Julián Domínguez, residente en San Cristóbal hace muchos años (donde le conocí en la Casa de la Cultura, frente al parque Duarte), quien presenta 35 cuadros realizados con pequeñas láminas de tilo de diversos tonos pasteles dados a mano por el artista y que son importadas de España, para componer cuadros pieza por pieza, en oportunidades tomando uno y dos meses para terminar un cuadro. La muestra fue abierta esta semana y permanecerá en La Casona, del campus central de APEC, hasta el lunes 8 de octubre.
La experiencia de ver estos 35 cuadros, compuestos de esta forma inusual (no usando el pincel directamente sobre el soporte sino componiendo las imágenes, es sencillamente extraordinaria. Es una maravillosa la sensación que se experimenta cuando uno se acerca a ver en detalles las texturas que logra Domínguez a partir de una técnica inédita. El me había contado de la misma, pero confieso que no le creí demasiado.
El recorrido por estos cuadros permite ver hasta dónde es creativo el ingenio humano, hasta dónde es posible experimentar con otras formas de expresión.
Recomiendo en especial a quienes aman el arte y se dejan seducir por sus faenas, a los estudiantes de arte, a pintores, artesanos y grabadistas, a que se acerquen a ver esta muestra de Julián Domínguez, quien nació en Barcelona en 1935 y desarrolló desde los doce años su inclinación por el arte, viajó por diversos países, se perfeccionó profesionalmente y finalmente se radicó en San Cristóbal.
Un día, dibujando sobre una lámina de madera preciosa, descubrió que era posible tratar una forma diferente. De ahí nació el arte-artesanal que ahora se llama JD.
No dejen de ser eso. Se estarán perdiendo de una experiencia poco usual.
Se trata de la exposición Entre la Alquimia y la Madera, del artista catalán Julián Domínguez, residente en San Cristóbal hace muchos años (donde le conocí en la Casa de la Cultura, frente al parque Duarte), quien presenta 35 cuadros realizados con pequeñas láminas de tilo de diversos tonos pasteles dados a mano por el artista y que son importadas de España, para componer cuadros pieza por pieza, en oportunidades tomando uno y dos meses para terminar un cuadro. La muestra fue abierta esta semana y permanecerá en La Casona, del campus central de APEC, hasta el lunes 8 de octubre.
La experiencia de ver estos 35 cuadros, compuestos de esta forma inusual (no usando el pincel directamente sobre el soporte sino componiendo las imágenes, es sencillamente extraordinaria. Es una maravillosa la sensación que se experimenta cuando uno se acerca a ver en detalles las texturas que logra Domínguez a partir de una técnica inédita. El me había contado de la misma, pero confieso que no le creí demasiado.
El recorrido por estos cuadros permite ver hasta dónde es creativo el ingenio humano, hasta dónde es posible experimentar con otras formas de expresión.
Recomiendo en especial a quienes aman el arte y se dejan seducir por sus faenas, a los estudiantes de arte, a pintores, artesanos y grabadistas, a que se acerquen a ver esta muestra de Julián Domínguez, quien nació en Barcelona en 1935 y desarrolló desde los doce años su inclinación por el arte, viajó por diversos países, se perfeccionó profesionalmente y finalmente se radicó en San Cristóbal.
Un día, dibujando sobre una lámina de madera preciosa, descubrió que era posible tratar una forma diferente. De ahí nació el arte-artesanal que ahora se llama JD.
No dejen de ser eso. Se estarán perdiendo de una experiencia poco usual.