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Por poca cosa
Por: Leo Hernández
Miguel Vargas Maldonado anda por los nuevayores y por poca cosa no
se encontró allí con el presidente Danilo Medina. Ambos estuvieron,
separados apenas por unas horas, tanto en la sede de las Naciones Unidas
como en el restaurant de Félix Cabrera en el Alto Manhattan. El
presidente del PRD acudió a un evento de la Internacional Socialista en
el edificio de la ONU, donde el martes habló Medina ante la asamblea
general, y fue al establecimiento del empresario Cabrera invitado, al
igual que el presidente dominicano, a una transmisión especial del
programa El Sol de la Mañana, donde hasta le celebraron su cumpleaños.
¡¿Qué cosa? ¿Eeehhh...?!
No lo digo yo
Resulta
y viene a ser que parece cierto aquello de que “si usted no quiere que
algo se sepa, no lo haga”. Por vías diferentes, y probablemente sin
ningún nexo, ayer se denunció que el 17 de agosto último, horas después
de la investidura de Danilo Medina como Presidente de la República, el
entonces superintendente de Bancos se habría autopensionado con la
astronómica suma de RD$651,592.57 dizque en reconocimiento a sus 25 años
de “servicios” al Estado, entre los que supongo se cuentan aquellos por
cuyo ejercicio fue a dar a Najayo, implicado en el sonado caso Peme, de
cuya experiencia carcelaria el anecdotario público relieva sus
continuas depresiones y sollozos tras las rejas. La Fundación Primero
Justicia y el diputado ¡del PLD! Francisco Matos coincidieron, por
separado, en hacer del conocimiento general la comisión de tan
irritante privilegio, lo que bastaría en cualquier país del mundo donde
se respeten la Constitución y las leyes, y haya apego a normas éticas en
el ejercicio de funciones estatales, para retirar de la nómina pública a
quien sea responsable de ello, sin esperar que alguien “pequeño de
tamaño y también de cerebro” (como diría cualquier farandulero
mequetrefe, con el perdón de los demás faranduleros) responsablemente se
haga eco de tal revelación. Y no lo digo yo…