Tema para el alma

Por: Lucy Cosme
Salimos a la calle a dar la cara, versión distorsionada de un corazón tatuado por el sufrimiento. Mientras unos la maquillan y otros la visten con caretas, hay quienes la moldean quirúrgicamente. De cualquier manera, primero, debemos reformatear al corazón, pues “un corazón contento es lo que indiscutiblemente cambia el semblante. Un duro semblante proyecta a un corazón empedernido. Un rostro apático refleja un corazón adormecido. Una cara amargada exhibe la agonía de un corazón aturdido y un rostro disfrazado revela con ironía la realidad de quien se ha perdido a sí mismo.
Mas, Dios toca tu puerta, busca tu corazón, anhela cenar contigo, hablar de aquello que nadie comprendería, llorar contigo, también bromear, sacarte una sonrisa y quedarse junto a ti.