¡SOS para centro fundado por Emma Balaguer!
El Centro de Educación Especial San Lorenzo Ee Los Mina acoge a unos 500 alumnos con discapacidad, a quienes además de impartir docencia, les preparan para la vida; sin embargo, las dificultades físicas y ambientales que atraviesan rompe con la armonía que requiere el lugar.
La fachada del centro estudiantil se encuentra cubierta por grandes cúmulos de basuras, que son apostados a la entrada y de los cuales emana un fuerte hedor, que en ocasiones obliga al personal docente y a los estudiantes a abandonar las aulas.
Otro obstáculo que interrumpe la docencia son las paradas de carros pertenecientes al Sindicato de Choferes de Sabana Perdida y Zonas Aledañas (Sichospeza), que acogen las rutas de Los Mina a Sabana Perdida, los cuales se han apoderado de la acera y parte de la calles que conforman las avenidas Fernando de Navarrete y San Vicente de Paul.
La directora Ernestina Grullón, quien lleva más de 37 años al frente de la escuela, fundada por doña Emma Balaguer, en 1976, dijo que desde hace varios años vienen pidiéndole al síndico Juan de Los Santos que intervenga ante la problemática , pero ha hecho caso omiso.
“Ese vertedero lo creó el propio Ayuntamiento. Tenemos más de cinco años luchando para que el cabildo quite ese depósito de desperdicios; pero, siempre nos ignoran. Al parecer, los niños especiales no les importan”, manifiesta la catedrática.
A esta problemática se suma la necesidad de construir una pared alrededor del platel, capaz de protegerles de los bullicios y la contaminación, tal y como han prometido diferentes políticos que les visitan, entre ellos: la senadora de la provincia Santo Domingo, Cristina Luzardo.
Necesidades
La educadora Gullón señala que la estructura pasa por difíciles circunstancias internas, ya que solo cuentan con un subsidio de RD$ 30 mil mensuales para cubrir sus carencias, obligando al personal administrativo a pedirles a los padres una contribución, dependiendo de sus capacidades económicas.
El aporte es destinado al pago del personal de consejería, psicólogos y dentistas que allí laboran, puesto que ninguno de los ministerios de Salud y Educación cubren las necesidades.
El recinto luce descuidado, las goteras provocadas por las lluvias han deteriorado poco a poco sus paredes, el patio está lleno de maleza, no cuenta con cancha, ni una área de recreo, solo un pequeño parque con columpios y equipos de juegos deteriorados.
Su labor
Los niños con discapacidad requieren cuidados especiales y una serie de suministros y necesidades elementales que, por desventura, no les son suministrados a los que asisten a esta escuela.
La directora Grullón explicó que el Centro de Educación Especial, luego de una evaluación psicológica, escoge a personas con condiciones como: retardo mental, dislexia (dificultad en el habla o la dicción), síndrome de Down, entre otros.
Después de ingresar, son recluidos en cursos donde se les imparte docencia, pero si llegan a edades de 13 y 14 años y no logran el nivel académico requerido para continuar avanzando, son trasladados al área de talleres, en el cual se les enseña un oficio.
Detalló que la misión es prepararles para la vida, por eso a quienes no logran alfabetizar, les enseñan belleza, manualidades, ebanistería, peluquería, costura, bordado y pintura.
Además, cuentan con un equipo multidisciplinario de pediatras, psicólogos, terapistas del habla, pedagogos, maestros, entre otros.
La matrícula está conformada por escolares provenientes de clase baja y sectores marginados. Es el único lugar público en dicha provincia, que les ofrece atención y oportunidad de no sentirse excluidos o diferentes al resto de los demás niños.
Lamentablemente, este tipo de instituciones, que brinda atención a niños y adolescentes con discapacidad, deben convertirse en prioridades del Estado dominicano; no obstante, son las más olvidadas y carentes de recursos para funcionar.
La fachada del centro estudiantil se encuentra cubierta por grandes cúmulos de basuras, que son apostados a la entrada y de los cuales emana un fuerte hedor, que en ocasiones obliga al personal docente y a los estudiantes a abandonar las aulas.
Otro obstáculo que interrumpe la docencia son las paradas de carros pertenecientes al Sindicato de Choferes de Sabana Perdida y Zonas Aledañas (Sichospeza), que acogen las rutas de Los Mina a Sabana Perdida, los cuales se han apoderado de la acera y parte de la calles que conforman las avenidas Fernando de Navarrete y San Vicente de Paul.
La directora Ernestina Grullón, quien lleva más de 37 años al frente de la escuela, fundada por doña Emma Balaguer, en 1976, dijo que desde hace varios años vienen pidiéndole al síndico Juan de Los Santos que intervenga ante la problemática , pero ha hecho caso omiso.
“Ese vertedero lo creó el propio Ayuntamiento. Tenemos más de cinco años luchando para que el cabildo quite ese depósito de desperdicios; pero, siempre nos ignoran. Al parecer, los niños especiales no les importan”, manifiesta la catedrática.
A esta problemática se suma la necesidad de construir una pared alrededor del platel, capaz de protegerles de los bullicios y la contaminación, tal y como han prometido diferentes políticos que les visitan, entre ellos: la senadora de la provincia Santo Domingo, Cristina Luzardo.
Necesidades
La educadora Gullón señala que la estructura pasa por difíciles circunstancias internas, ya que solo cuentan con un subsidio de RD$ 30 mil mensuales para cubrir sus carencias, obligando al personal administrativo a pedirles a los padres una contribución, dependiendo de sus capacidades económicas.
El aporte es destinado al pago del personal de consejería, psicólogos y dentistas que allí laboran, puesto que ninguno de los ministerios de Salud y Educación cubren las necesidades.
El recinto luce descuidado, las goteras provocadas por las lluvias han deteriorado poco a poco sus paredes, el patio está lleno de maleza, no cuenta con cancha, ni una área de recreo, solo un pequeño parque con columpios y equipos de juegos deteriorados.
Su labor
Los niños con discapacidad requieren cuidados especiales y una serie de suministros y necesidades elementales que, por desventura, no les son suministrados a los que asisten a esta escuela.
La directora Grullón explicó que el Centro de Educación Especial, luego de una evaluación psicológica, escoge a personas con condiciones como: retardo mental, dislexia (dificultad en el habla o la dicción), síndrome de Down, entre otros.
Después de ingresar, son recluidos en cursos donde se les imparte docencia, pero si llegan a edades de 13 y 14 años y no logran el nivel académico requerido para continuar avanzando, son trasladados al área de talleres, en el cual se les enseña un oficio.
Detalló que la misión es prepararles para la vida, por eso a quienes no logran alfabetizar, les enseñan belleza, manualidades, ebanistería, peluquería, costura, bordado y pintura.
Además, cuentan con un equipo multidisciplinario de pediatras, psicólogos, terapistas del habla, pedagogos, maestros, entre otros.
La matrícula está conformada por escolares provenientes de clase baja y sectores marginados. Es el único lugar público en dicha provincia, que les ofrece atención y oportunidad de no sentirse excluidos o diferentes al resto de los demás niños.
Lamentablemente, este tipo de instituciones, que brinda atención a niños y adolescentes con discapacidad, deben convertirse en prioridades del Estado dominicano; no obstante, son las más olvidadas y carentes de recursos para funcionar.