Quien siembra vientos…

Existe un dicho que dice cría cuervo y te sacaran los ojos, este dicho viene a mi mente después de leer la noticia que el Pentágono decidió desplegar una fuerza militar en Libia con la excusa de perseguir y matar a los miembros de la milicia Ansar al-Sharia, responsable del asalto a la embajada de EEUU en Bengasi , que terminó con la vida del embajador Christopher Stevens y tres de sus asistentes.
Lo curioso del caso es que esa misma milicia, compuesta por fanáticos de Al Queda, fue uno de los tantos grupos armados libios entrenados y financiados por los franceses y americanos para derrocar a Gaddafi.
Después del trágico ataque, me pareció irónico escuchar a la Secretaria de Estado Hillary Clinton, decir muy afligida “¿Cómo ha podido pasar esto en un país que ayudamos a liberar?", es como si estuviese escuchando los mismos lamentos de los antiguos funcionarios de la administración de Ronald Reagan.
Los errores cometidos por la CIA en Afganistán al entrenar, armar y financiar a los muyahidines, terminaron creando un monstruo (Al Queda), que planificó y ejecutó uno del atentado más terrible en la historia americana, arrastrando a ese país a una guerra en Afganistán que hasta la fecha no tiene viso de terminar, dejando tras de sí una estela de muerte y destrucción.

Para muchos analistas, el peligro de que las milicias fundamentalistas musulmanas, que ahora controlan las calles de todas las ciudades de Libia, terminaran rebelándose contra sus protectores yanquis y la OTAN era sólo cuestión de tiempo dado el estado anarquía que hoy reina en ese país africano.
Sólo hacía falta un motivo o una excusa para encender la llama, esa fue la exhibición en You Tube de un tráiler sobre una película mediocre (que tal vez nunca se filmó y que no llega ni a clase B), que retrata al “profeta” y “enviado de Dios”, Mahoma, como un vulgar mujeriego , homosexual y pedófilo.
Muammar Gaddafi lo profetizo y el tiempo le dado la razón, esos supuestos libertadores, a quienes los yanquis y la OTAN le proporcionaban todo el apoyo aéreo y armas de ultima generación para derrocar al gobierno laico de la Yamahiya, eran mercenarios o miembros de Al queda que tarde o temprano llevarían el oscurantismo cultural y el atraso social al pueblo libio.
La Libia que conocemos es un país en ruinas; ciudades totalmente despobladas y saqueadas, con frecuente enfrentamientos armados entre tribus y clanes, llena de milicias que imponen sus leyes religiosas, con un gobierno que no controla nada y sin un centavo en las arcas del Banco Central para pagar los salarios de los empleados públicos, financiar un sistema educativo de buena calidad o los niveles de bienestar económico al que estaban acostumbrados los ciudadanos libios.
Libia, al igual que Afganistán, podría convertirse en otro “Estado fallido” donde los fundamentalistas islámicos, similares a los talibanes, controlen el Estado e impongan costumbres y leyes medievales. Esos fundamentalistas libios podrían convertirse en un problema para la seguridad de los mismos países que los armaron y financiaron.
Bien dice un viejo refrán “Quien siembra vientos recoge tempestades". En Libia, los Estados Unidos está recogiendo los frutos de su cosecha, todo gracias a que no aprendieron de los errores del pasado.