Las grandes "metidas de pata" de los políticos: Desde micrófonos abiertos hasta mentiras confesas

El candidato republicano Mitt Romney no es el único político que parece haber marcado un gol en contra por unas declaraciones que se volvieron públicas inesperadamente. Cuando se encuentra a tan solo tres puntos por detrás de Barack Obama en las encuestas y a pocas semanas de las elecciones estadounidenses, Romney podría haberle entregado un "regalo" a su contrincante.

En un video difundido por la revista Mother Jones el lunes, el candidato republicano realiza polémicas declaraciones en las que menosprecia a votantes demócratas. Habla sobre un 47% de personas en Estados Unidos que "no pagan impuestos" y a los que no va dirigida su política. "Mi trabajo no es ocuparme de esa gente", afirma.

El incidente ha causado revuelo en la campaña presidencial, y los analistas se apresuran por elucubrar las posibles consecuencias de sus desafortunados dichos. Romney salió en rueda de prensa matizando sus palabras, aunque sus colaboradores son conscientes de que el descuido le puede pasar factura en forma de votos.

Pero el candidato republicano no es ni mucho menos el primero al que le estallan en la cara unas declaraciones que él creía que quedarían en el ámbito privado.

Micrófonos abiertos, vergonzantes deslices, sorprendentes meteduras de pata...

Los políticos no son inmunes al "Gran Hermano" que supone la opinión pública en la actualidad.

Los casos más sonados de los últimos años:

Piñera y el himno nazi. El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha tenido más de una célebre metedura de pata.

En una visita a Alemania en 2010, el presidente chileno, Sebastián Piñera, cometió un despiste que aunque no tuvo gran coste político sí sorprendió a los líderes alemanes del momento.

Después de visitar al entonces mandatario alemán, Christian Wullf, Piñera eligió una desafortunada frase para dejar plasmada en el libro de oro de visitas de la presidencia germana.

Ante el asombro de Wullf, el presidente chileno escribió una frase que había aprendido de pequeño en un colegio alemán de Santiago, "Deutschland über alles" ("Alemania por encima de todo"), sin ser consciente de sus connotaciones políticas.

La frase daba comienzo al himno alemán durante la época del nazismo y está fuertemente asociada al movimiento iniciado por Adolfo Hitler.

Tras el embarazoso momento, Piñera pidió disculpas y aseguró no ser consciente de que la frase tenía tales connotaciones.

Rodríguez Zapatero y la tensión.

En una entrevista concedida al canal Cuatro poco antes de las elecciones de marzo de 2008 en España, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero tuvo un intercambio de palabras con su entrevistador que causó gran polémica.

Tras finalizar la entrevista, el periodista Iñaki Gabilondo se acercó al hoy expresidente para preguntarle qué tal le iba en los sondeos, y creyendo que los micrófonos estaban apagados Zapatero aseguró: "Bien, pero nos conviene que haya tensión".

La cadena responsable de la entrevista envió la cinta a todos los canales del país, y las polémicas declaraciones, que se encontraban al final de la cinta cuando ya empezaban los títulos de crédito, fueron descubiertas y públicamente difundidas, especialmente por medios contrarios al presidente.

El partido socialista intentaba en ese momento hacer un llamamiento al voto, ya que consideraba que una alta participación favorecería a su candidato en el resultado final de las elecciones, que a pesar de la polémica Zapatero acabó ganando.

Los libros favoritos de Peña Nieto Peña Nieto .

El entonces precandidato por el PRI a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, no tuvo un momento especialmente brillante durante la presentación de su libro "México, la gran esperanza" en la Feria del Libro de Guadalajara de 2011.

Preguntado por los periodistas sobre tres los libros que habían marcado su vida, el ahora presidente electo mexicano no acertó a hilvanar una respuesta coherente y tras ensayar algunos nombres confundió varias obras y a sus autores.

Peña Nieto afirmó que uno de sus libros favoritos era "La silla del águila", obra que atribuyó a Enrique Krauze y cuyo autor es Carlos Fuentes.

El político siguió intentando recordar títulos y buscó la ayuda de sus colaboradores, que en la primera fila se esforzaban por descifrar las palabras de su jefe y armar con ellas un título real.

El priísta admitió posteriormente a través de su cuenta de twitter el error y afirmó que lo importante del episodio era tomar conciencia de cómo la sociedad "está muy pendiente y en constante evaluación de quienes tienen la responsabilidad pública".

Sarkozy y las "mentiras" de Netanhayu.

Los micrófonos que tendrían que estar apagados pero que captan desafortunadas confidencias entre políticos son un gran peligro para muchos dirigentes, quienes sin tener conciencia de que sus declaraciones están siendo recogidas dan rienda suelta a sus opiniones y pensamientos más "políticamente incorrectos".

El expresidente francés se despachó a gusto con Barack Obama sin ser consciente de que los micrófonos estaban abiertos.

Otro célebre ejemplo de "micrófono indiscreto" tuvo como protagonista al expresidente francés Nicolas Sarkozy.

En una reunión del G20, celebrada en noviembre de 2011 en Cannes, Sarkozy tuvo una conversación con su par estadounidense, Barack Obama.

La intención era que la charla fuera privada. En ella Sarkozy calificaba al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de "mentiroso" y afirmaba que no lo aguantaba.

"Es un mentiroso, no lo soporto", dijo Sarkozy, a lo que Obama respondió: "Tú no lo soportas, pero yo tengo que aguantarlo mucho más a menudo que tú".

Las declaraciones fueron especialmente desafortunadas dado el hecho de que los tres dirigentes trabajaban juntos en un intento por ejercer presión sobre Irán y su programa nuclear.

Gordon Brown y los "intolerantes".

En 2010 el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, se hallaba de campaña en la pequeña localidad de Rochdale, cerca de Manchester, en el norte de Inglaterra, cuando lo que iba a ser una inocente conversación entre un político y un ciudadano común no salió como se esperaba.

Tras el final de una entrevista que Brown le concedió a la cadena Sky News, el político laborista fue abordado por una señora de la localidad, de unos 66 años, que lo interpeló sobre la inmigración y la educación.

Educadamente, Brown intentó hablar con la señora para después despedirse de ella y otros votantes de forma cordial.

Pero al entrar en su coche y sin ser consciente de que aún llevaba puesto el micrófono de Sky News encendido, Brown comentó con un colaborador el encuentro con la mujer.

El primer ministro aseguró que había sido un "desastre" y quiso averiguar quién lo había puesto en esa situación, para después llamar a la mujer "intolerante".

Los periodistas allí presentes no perdieron la oportunidad de contarle lo que habían oído a la señora, quien se mostró indignada. El candidato del partido laborista, ya por entonces en horas bajas, se vio obligado a pedir disculpas públicamente.
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