Fallece el histórico dirigente comunista español Santiago Carrillo
MADRID.- El histórico dirigente del Partido Comunista de España (PCE) Santiago Carrillo falleció hoy en su domicilio de Madrid, a la edad de 97 años, informaron a Efe fuentes de su familia.
Carrillo es considerado uno de los artífices de la Transición española a la democracia después de permanecer 38 años en el exilio tras la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura del general Francisco Franco.
El exdirigente del PCE había sufrido en la última semana un empeoramiento en su estado de salud, después de que en meses tuviera que ser ingresado en centros sanitarios en diversas ocasiones.
La última vez fue en julio último, cuando estuvo varios días en observación en un hospital de la capital española por un problema de riego sanguíneo.
Carrillo, nació en la región de Asturias, en el norte de España, el 18 de enero de 1915. Con solo 13 años, en 1928, comenzó su actividad política en las Juventudes Socialistas.
Durante la Guerra Civil española fue delegado de Orden Público en Madrid y en 1939, al final de la contienda, comenzó un largo exilio que le llevó a la extinta Unión Soviética, EEUU, Argentina, México, Argelia y Francia Regresó clandestinamente a España en 1976, un año antes de que fuera legalizado el PCE, al que se había afiliado en julio de 1936, y por el que fue elegido diputado en 1977, en las primeras elecciones de la época democrática, y luego reelegido en 1979 y 1982.
Durante su etapa como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid (1936) se le responsabilizó de la matanza de militares sublevados en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama, aunque Carrillo siempre sostuvo que fue obra de descontrolados.
El histórico dirigente comunista, que abandonó el PCE en 1985, dedicó sus últimos años a escribir libros y artículos, y a dar conferencias.
Carrillo vivió el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y fue uno de los tres políticos, junto al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y al vicepresidente, general Gutiérrez Mellado, que permaneció en su escaño, desobedeciendo las órdenes del coronel Antonio Tejero Molina a los diputados de que se tumbaran en el suelo del Parlamento tras el asalto.
Es considerado uno de los artífices de la Transición por su papel destacado como representante comunista en las negociaciones que se mantuvieron y en los llamados "pactos de la Moncloa", los acuerdos entre las fuerzas políticas españolas que trazaron la senda de la España democrática.
Carrillo es considerado uno de los artífices de la Transición española a la democracia después de permanecer 38 años en el exilio tras la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura del general Francisco Franco.
El exdirigente del PCE había sufrido en la última semana un empeoramiento en su estado de salud, después de que en meses tuviera que ser ingresado en centros sanitarios en diversas ocasiones.
La última vez fue en julio último, cuando estuvo varios días en observación en un hospital de la capital española por un problema de riego sanguíneo.
Carrillo, nació en la región de Asturias, en el norte de España, el 18 de enero de 1915. Con solo 13 años, en 1928, comenzó su actividad política en las Juventudes Socialistas.
Durante la Guerra Civil española fue delegado de Orden Público en Madrid y en 1939, al final de la contienda, comenzó un largo exilio que le llevó a la extinta Unión Soviética, EEUU, Argentina, México, Argelia y Francia Regresó clandestinamente a España en 1976, un año antes de que fuera legalizado el PCE, al que se había afiliado en julio de 1936, y por el que fue elegido diputado en 1977, en las primeras elecciones de la época democrática, y luego reelegido en 1979 y 1982.
Durante su etapa como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid (1936) se le responsabilizó de la matanza de militares sublevados en la localidad madrileña de Paracuellos del Jarama, aunque Carrillo siempre sostuvo que fue obra de descontrolados.
El histórico dirigente comunista, que abandonó el PCE en 1985, dedicó sus últimos años a escribir libros y artículos, y a dar conferencias.
Carrillo vivió el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y fue uno de los tres políticos, junto al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y al vicepresidente, general Gutiérrez Mellado, que permaneció en su escaño, desobedeciendo las órdenes del coronel Antonio Tejero Molina a los diputados de que se tumbaran en el suelo del Parlamento tras el asalto.
Es considerado uno de los artífices de la Transición por su papel destacado como representante comunista en las negociaciones que se mantuvieron y en los llamados "pactos de la Moncloa", los acuerdos entre las fuerzas políticas españolas que trazaron la senda de la España democrática.