“Enseñar a leer y escribir me hace sentir muy bien”
Con apenas 18 años, esta voluntaria ya ha alfabetizado a 20 personas adultas y actualmente trabaja con 30 másDiomaris García es una apasionada del tema de los derechos humanos.
Diomaris García puede aparentar una muchacha común de la comunidad bateyana de San José de Los Llanos, en la oriental provincia de San Pedro de Macorís: morenita, algo tímida pero simpática, de apariencia bonita y menuda, lo que la hace especial es oírla contar su visión de vida y su experiencia de más de cuatro años en el trabajo social, sobre todo en la alfabetización de personas adultas, pues con apenas 18 años a flor, esta jovencita, parte del equipo de animadores del Centro de Planificación y Acción Ecuménica, siente un orgullo inmenso por haber enseñado a leer y escribir a 20 personas adultas.
¿Qué le motivó a ser voluntaria en programas de alfabetización?
Yo creo que llevo eso en la sangre; siempre me ha gustado enseñar a las personas y ser parte de los grupos, trabajar con la comunidad en la solución de los problemas que nos afectan.
¿Cuando dices “siempre” a qué se refiere?
A que he sido así desde pequeña. Me integré al Cepae faltándome una o dos semanas para cumplir los 14 años.
¿Eres voluntaria?
En la condición de voluntaria. Fíjate, el equipo de animadores no es empleado, sino que el trabajo lo hacemos voluntariamente, por amor a nuestras comunidades, aunque sí la institución nos proporciona un estipendio para cubrir gastos de pasajes para trasladarnos a los lugares de encuentros y cosas así.
¿A cuántas personas has enseñado a leer y escribir?
He alfabetizado a unas 20 personas, pues del grupo anterior que tenía terminaron 20.
¿Tienes otro grupo actualmente?
Sí, de 30 personas que se sienten muy entusiasmadas.
¿Qué se siente enseñar a leer y escribir a un grupo de persona?
Bueno, yo me siento muy bien, eso me da a mí mucha felicidad porque una enseña a otros a leer y a escribir, una lo alfabetiza y logra que la vida le cambie y que aprendan a ver la vida y la realidad dentro de su propio contexto y que luchen por mejorar.
¿O sea, es más allá de simplemente enseñarlos a leer y escribir?
Así es. Nosotros trabajamos con la filosofía de Paulo Freire, que decía que alfabetizar es enseñar a la gente a vivir en su contexto, a buscarle soluciones a los problemas de sus comunidades, a ser personas críticas.
¿Y cuál ha sido su experiencia?
Hemos logrado que ante cualquier problema la comunidad se reúne y se dialoga, se plantean las soluciones y se va donde se tenga que ir, y lo que afecta a la comunidad afecta a todos y todos se involucran; creo que eso es un gran avance.
Pero no solo basta con alfabetizar...
Así es, no solo basta con enseñar a leer y escribir a una persona, y por eso se le da seguimiento para que sigan en la escuela, o para que hagan cursos técnicos. Fíjate, muchos de los que se han alfabetizado y han hecho cursos de panadería, por ejemplo, han puesto sus propios negocios o han conseguido mejores trabajos, lo que demuestra la importancia de saber leer y escribir.
¿Imagino que se han presentado dificultades?
Si supiera que la gente se siente muy entusiasmada cuando comienza y siempre asisten a los grupos. En este caso nos reunimos tres días a la semana durante cuatro horas por día, después de las 4:00 de la tarde, porque estamos bregando con gente que trabaja, lo que de hecho es un gran esfuerzo el que hacen al ir a aprender después de una jornada de trabajo.
¿Se hace difícil alfabetizar a una persona adulta?
No crea, pues eso depende del método que se use. Nosotros tratamos a las personas adultas como personas adultas, que tienen una mente con muchas ideas, y sobre esas ideas uno trabaja, sabiendo que a un adulto no se le puede tratar como niño y enseñarle a leer a, e, i , o, u, porque se sienten mal.
¿Pero hay quienes abandonan?
Sí, pero muy pocos. La mayoría que deja los grupos es porque se mudan del lugar o consiguen otro trabajo mejor y que le impide, por asunto de horario o distancia, seguir de forma regular, pero fíjate que aún así, cuando pueden pasan, y participan.
¿Los grupos los integran solo individuos?
No. En los grupos usted se encuentra familias enteras, como son padres, madres y los hijos, porque cuando uno comienza los otros los siguen.
¿Conoce la campaña anunciada por el Presidente para alfabetizar?
Sí, he oído de eso y creo que es muy interesante. Yo creo que hay que participar, que el pueblo debe integrarse para que podamos acabar con el analfabetismo.
¿Apenas tienes 18 años... ya estás en la universidad?
Terminé el bachillerato, pero no estoy decidida de qué voy a estudiar, si magisterio, si sociología, o si derecho, porque me apasionan los derechos humanos.
¿Tus padres te apoyan que trabajes en los bateyes?
Sí. Ellos me apoyan: son inmigrantes haitianos; yo y mis dos hermanos nacimos en San José de los Llanos, pero tenemos actas y cédulas, ja ja ja ja. l
Coalición alfabetiza en siete provincias del país
El Centro de Planificación y Acción Ecuménica (Cepae) junto a otras organizaciones, ejecuta programas de alfabetización en siete provincias del país, entre ellas las comunidades bateyanas de San José de los Llanos, en San Pedro de Macorís, y en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, dijo José Antonio Almonte, técnico de la institución.
Entre las otras instituciones figuran la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (Conamuca), la Sociedad Cultural Almirante Cristóbal Colón (Scac) y el Centro Cultural Poveda. En esas comunidades, el Cepae ha alfabetizado a unas 291 personas adultas, principalmente mujeres, entre ellas algunas de ascendencia haitiana.
Los programas de alfabetización, señaló Almonte, forman parte de un convenio para jóvenes y adultos a través de la universalización de la enseñanza. Es financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional.