Carta a mi padre

(Foto:Ruth de los Santos es periodista y reside en Pompano Beach, Florida

Por Ruth de los Santos

/FUENTE:TRIBUNA DOMINICANA.NET/

En el día de hoy quiero pedir disculpas a los amigos lectores, pues esta no se trata de una noticia de última hora, ni del político más trascendental, es aun más importante, pues aun que usted no lo crea, los periodistas también tenemos una vida, somos seres humanos que sentimos dolores, alegrías, tristezas, bienestar, etc.

Hoy le escribo a Mi Padre. La persona que me enseno a transitar el camino a veces pedregoso a veces liso, a veces espinoso y de vez en cuando y solo de vez en cuando cuesta arriba de la vida. Gracias Dios por ese ser maravilloso que fue mi padre.

Un día como hoy, el solo se detuvo, el viento dejo de soplar, el oxigeno se hizo imposible de aspirar, las olas del mar dejaron de moverse, los ríos dejaron de fluir, las rosas ya no quisieron perfumar. Un día como el de hoy hacen tres anos mi vida perdió el sentido, la razón de ser y eso no es lo peor, lo peor fue que todavía a las 9: AM todo parecía normal.

Hasta que a alguien se le ocurrió decirme que el señor Juan de los Santos ( mi padre) estaba muy enfermo, como es lógico me puse manos a la obra y llame a varios amigos que me ayudasen ( es algo que le debo agradecer a esta carrera, haces muchos amigos) recuerdo que a una de las primeras personas que llame fue a una amiga medico, luego y de manera frenética y rauda, pues Don Juan lo necesitaba, continuaron las llamadas a directores de hospitales ambulancias pues todo debía estar listo para dar las mejores atenciones al ser que más se lo merecía. Todo para luego enterarme que no había nada que yo pudiera hacer, que mi padre ya no estaba en este mundo.

No puedo describir los minutos horas y días que transcurrieron después, pues todo lo que puedo decir es que no sé de donde saque fuerzas para mantenerme de pie, no sé que hizo mantener mi salud que hasta ese momento siempre fue algo frágil; o mejor dicho si se, fue Dios el todo poderoso que me sostuvo. A partir de ahí comenzaron los momentos más amargos de mi vida. Papi, me quise morir, le pedí a Dios que no quería la vida sin ti que no tenía razón que quería continuar contigo sin importar hacia donde te fueras.

Pasaron días, meses, anos, si que el milagro ocurriera sin que tu volvieras o yo me fuera a tu encuentro. Papi no puedo explicar cuánto dolor es ese, cuánto dolor me causo tu partida, tanto que no había tenido nunca el valor de hablar de ello.

Con el tiempo he aprendido que el amor no es suficiente para mantener a alguien a tu lado, porque yo sabía cuánto me amabas y siempre supiste cuanto te ame y sé que si habría dependido de ti, jamás me habrías dejado.

Papi en estos tres años no ha transcurrido un solo día que no llore tu partida a destiempo, ni un día en que no piense que tienes que estar bien donde quiera que estés, porque es lo único que me puede sostener, el pensar que tu estas con Dios es el único pensamiento que permite que mi cerebro continué en su lugar, de lo contrario no habría podido soportar tanta angustia y desesperación.

Papi este día no quiero ser egoísta y hablar solo de mi, quiero decirte lo que tantas veces te dije, que si me dieran a elegir nacer otra vez (sé que no es posible por que como me ensenaste sé que no existe reencarnación) y pudiera escoger el padre que me criara te escogería sin dudarlo un segundo, porque no pude tener mejor progenitor que tu.

Gracias doy a Dios (desde que tengo uso de razón) por darme al mejor padre del mundo. Papi agradezco tus consejos tus abrazos tus palabras, tus besos, pues ellos me hicieron la mujer que soy hoy. Siempre estaré muy orgullosa de ser la Hija de Don Juan, un hombre con virtudes y defectos como todos los seres humanos, pero con un gran corazón.

Soy la hija de mi padre, sin dudas el mejor ser humano que ha dado este planeta tierra y no porque haya sido un prestigioso médico, abogado, ingeniero o escritor, no, simplemente por todo el amor el respeto y la confianza que me diste y los valores que me inculcaste, siempre te estaré eternamente agradecida Papito, nunca dejare de amarte, a ti te debo la persona, la profesional y la madre que soy hoy.

Sé que no soy perfecta pero siempre trato de que te sientas orgulloso de mí, siempre que escribo o digo algo en mi trabajo o a mis hijos pienso como tú lo harías o lo dirías y creo que me salen mejor las cosas.

Papi te amo y gracias por todo el amor y el cariño. Hasta pronto si Dios quiere.

Tu hija.
Ruth de los Santos
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