BIOGRAFÍA
MARIA LUISA LANDIN :: Cantante mexicana del Siglo XX. 1921
CIUDAD DE MÉXICO, D.F., MÉXICO, 9 DE OCTUBRE DE 1921
Por: Dra. Egly Colina Marín
Abogado especialista en Derecho Privado
Profesora de Castellano, Literatura y Latín
Maria Luisa Landín Rodriguez, “La Reina del Bolero”, es un ícono del sentimiento popular latinoamericano, expresado en su voz única e incomparable, no superada por intérprete alguno.
Hija del matrimonio conformado por los esposos Ireneo Landín y Magdalena Rodríguez de Landín, veracruzano el padre y guanajuatense, la madre, nació en el popular, creativo y céntrico barrio de “Tepito” de Ciudad de México, el 9 de octubre de 1921.
Junto a su hermana Avelina Landín Rodríguez, (Ciudad de México, D.F., Mx., 10 de noviembre de 1917 – Ciudad de México, D.F., Mx., 21 de febrero de 1991) se inició tempranamente en el arte musical conformando en 1935 el dúo “Pirita y Jade” de grata recordación entre los dúos de la época, por la exquisita elegancia en el cantar y por el acoplamiento admirable entre las agraciadas voces de las hermanas Landín Rodríguez.
El dúo “Pirita y Jade” se presentaba en fiestas y reuniones familiares, recibiendo la aprobación de los concurrentes y, al poco tiempo, se hicieron notorias en el ámbito de su residencia y más allá del límite de ésta. En 1936 se presentaron alternativamente en la estación radiodifusora “XEYZ” y en la gubernamental “XEFO”. En 1938, la recién inaugurada estación radiodifusora “XEQ” conocida en el ámbito radial como “Radio Panamericana”, contrató a las Hermanas Landín como elementos esenciales de su programación musical, promoviendo una convencional rivalidad artística con las Hermanas Águila, famoso dúo integrado por las hermanas María Esperanza y María de la Paz Águila Villalobos.
Este antagonismo fue provechoso para la naciente radioemisora y, asimismo, para las artistas que acrecentaron su fama y popularidad. En este ínterin las hermanas Landín adoptaron la denominación de “Dúo Mari-Lina” y, finalmente, eligieron el nombre que les acreditaría como el más destacado y armonioso dúo de la época: “El Dúo de las Hermanas Landín”.
Con este nombre registraron para la posteridad los más sentidos temas de renombrados autores y compositores. Entre estos destacan: “ A ti qué” de Alberto Domínguez, “A dónde irán” de Rodolfo Mendiolea, “Yo quiero la vida”, “Aquella noche”, “Si tú me pides” y “Háblame de amor” de Gabriel Ruiz, “Cariñito” de Manuel Renteria, “La Guía”, de Méndez Castillo, “La noche, tú y yo” de Rafael Hernández, “Mi amor de ayer” de Tamayo Ortega, “Mi destino fue quererte” y “Mi único amor” de Felipe Valdéz Leal, “Mujercita castigada” de Fernando Z. Maldonado, “Pasional” de Consuelo Velásquez, “Pobre de mí” de Agustín Lara, “Tengo que sufrir” de Claudio Estrada, “Tengo un nuevo amor” de Ernesto Lecuona y “Yo no sé lo que me pasa” de Fernando Mulens.
La agrupación de las “Hermanas Landín” se mantuvo incólume hasta 1942, cuando Avelina contrajo matrimonio con Ángel Zempoalteca Ortega (1925-1970).
Disuelto el Dúo de las Hermanas Landín, María Luisa fue contratada por Carlos Riverol para actuar en el Teatro de Bellas Artes con el patrocinio de la compañía Coca Cola de México junto al tenor Néstor Mesta Chayres (Ciudad Lerdo, Durango, Mx., 26 de febrero de 1908 – Ciudad de México, D.F., Mx., 29 de junio de 1971), con quien produjo series inolvidables que, posteriormente, conformarían un conjunto de programas radiales de amplia y comprobada sintonía en todo el territorio de la República Mexicana que, después, serían retransmitidos al continente latinoamericano a través de la estación radiodifusora XEW del que se harìan temas populares en dúo de cartel: Chayres-Landin. Estas audiciones fueron registradas en un L.P de colección. Entre las canciones que destacan están: “Siempre viva”, “Ay Maricruz”, “Reconciliación”, “Rumichacha”, “Por la vuelta”, “Tu altivez”, “Secreto”, “Al son de la marimba”, “Muchos besos”, “Tres corazones”, “Momento musical Nº 3”, “Corazón del mar”, “María Elena” y “Buenas noches”.
María Luisa Landín en 1940, había hecho una fugaz gira a Cuba, actuando en clubes, teatros y estaciones radiales. Después, incursionó hacia Sudamérica donde recibió la aceptación de estos públicos.
En 1942 registró su primer éxito de proyección nacional e internacional: “Canción del alma” de Rafael Hernández Marín, (Aguadilla, Puerto Rico, 24 de octubre de 1891 - San Juan, Puerto Rico, 11 de diciembre de 1965)
En esa época trabó amistad y trabajó en programas radiales que producía y animaba con su orquesta de baile, el músico, director y compositor portorriqueño Rafael Hernández Marín, quien se había avecindado en Ciudad de México desde 1932.
Ya, María Luisa Landín, es popular en su país y en América. El tema “Hay que saber perder” del compositor Abel Domínguez Borrás, (San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Mx., 29 de mayo de 1902 – Ciudad de México, D.F., Mx., 5 de julio de 1987), corre a lo largo y ancho del continente. Su pegajosa melodía y su cautivante letra constituyen una combinación acertada para los productores fonográficos que revuelve los cimientos de esta industria.
En 1949, a raíz de su retorno de un exitoso viaje a Sudamérica, es contratada exclusivamente por XEW, potente y prestigiosa emisora radial conocida como “La voz de América Latina desde México”, semillero de artistas y promotora del arte y la cultura en todas sus manifestaciones, estación insignia del complejo radiofónico inspirado por Emilio Azcárraga Vidaurreta (Tampico Tamaulipas, Mx., 2 de marzo de 1895 - Ciudad de México, D.F., Mx., 23 de septiembre de 1972).
En este nuevo destino María Luisa Landín alternó con escritores, compositores, músicos, directores de orquesta, artistas de cine, locutores etc., que le despejaron el horizonte artísticos por donde ella transitaría a través de una larga y exitosa jornada.
Ese año registra del compositor boricua Pedro Flores (Naguabo, Puerto Rico, 8 de marzo de 1894 - San Juan, Puerto Rico, 13 de julio de 1979), el tema “Amor perdido” con arreglos del maestro Rafael de Paz y con el marco musical de la orquesta de José Sabré Marroquín se transformaría en la canción de mayor popularidad durante la segunda mitad del Siglo XX, constituyéndose en el tema musical más pedido y escuchado en la radiodifusión iberoamericana. María Luisa Landín confidencialmente ha expresado después de 60 años de haber registrado este tema que ella, compelida por los productores de la compañía RCA Victor de México aceptó interpretar y grabar esta melodía muy a su pesar, porque no estaba interesada en ella en razón a que esta composición ya había sido registrada sin mayor éxito por Manolita Arreola y, María Luisa, con su hermana Avelina, también la habían grabado cuando actuaban en dúo.
Como se ha expresado en párrafo anterior, el éxito esta vez fue apoteósico. Se batió record de ventas y, los productores de cine Gustavo de León y Antonio Nicoly produjeron la cinta “Amor perdido” con la dirección del realizador Miguel Morayta, basado en una historia de Víctor Mora, argumento de Guadalupe González con las actuaciones de Amalia Aguilar, Víctor Junco, María Luisa Landín, Lily Aclemar, Ricardo Adalid, María Victoria, Eduardo Alcaraz, Armando Arriola, Felipe de Flores, Yadira Jiménez, Chel López, Tito Novaro, Dámaso Pérez Prado, José Pulido, Juan Bruno Tarraza, Alfonso Torres, Alfredo Varela padre y Enrique Zambrano.
La cadena de éxito de “La Cancionera de América” María Luisa Landín fue interminable. Para ella escribieron los autores y compositores de éxito y relevancia. Fue acompañada por las orquestas y conjuntos de mayor transcendencia. Sus giras se hicieron interminables.
Estuvo en La Habana, Los Ángeles, San Francisco, Santo Domingo, Caracas, Maracaibo, Lima, Bogotá, Medellín, Calí, Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires, Puerto Rico, Panamá y viajó por la extensa geografía mexicana. Vivió en La Habana donde contrajo segundas nupcias con el notable director, pianista y compositor Fernando Mulens (San José de los Ramos, Matanzas, Cuba, 29 de septiembre de 1920 – San Juan, Puerto Rico 10 de noviembre de 1986). Este musicalizó en 1953 en honor a la desposada, el tema “Que te pedí” escrito por Gabriel Luna de la Fuente (Tacubaya, D. F., Mx., 19 de marzo de 1909 – Ciudad de México, D.F., Mx., 1de noviembre de 1954), que fue éxito en Venezuela, Colombia, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico Panamá, Medellín etc.
Entre los éxitos de la canción romántica latinoamericana interpretados por María Luisa Landín destacan: “No señor” de July Steiner, “Te espero”, “Verdad amarga” y “Aunque tengas razón” de Consuelo Velásquez, “Desdichadamente”, “Canción Divina”, “Desvelo de amor”, “Me la pagarás”, “Ahora”, “Puro engaño”, “Amor ciego” y “Canción del alma” de Rafael Hernández Marín, “Bésame”, “Don dinero”, “Infame”, “Jamás, jamás”, “El tiempo lo dirá”, “Nunca más”, “Por eso te perdono”, “Ven, ven, ven”, “Que te vaya bien” y “Yo soy tu pasado” de Federico Baena, “Ven te quiero ver” de Alberto Salinas, “Somos diferentes” de Antonio Núñez, “Se muy bien que vendrás” de Alberto Muñoz, “Conozco a los dos” de Pablo Valdéz, “Porque llorar” y “Amor de sangre” de Mario Ruiz Armengol, “Mis ojos me denuncian” de Miguel Acuña, “A donde irán” de Rodolfo Mendiolea, “Mi último refugio” de Miguel Ángel Pazos, “Tengo que amar” de Marcelo Rey, “Por pasar el rato” de Miguel Ángel Valladares, “Prefiero estar sola” de Claudio Estrada, “Si tu regresaras” de Antonio Núñez, “Una aventura más” de Oscar Kinleiner, “Senda maldita” de Rafael de Paz, “Muchas gracias” de Ivon Curi, “Falsa” de Juan B. Leonardo, “Dos almas” de Domingo Fabiano, “Tú y la noche” de Minerva Magaña, “Conozco a los dos” de Pablo Valdéz Hernández, “Malos pensamientos” y “Que el cielo te lo pague” de Alberto Domínguez, “Déjame en paz·” de Luciano Miral, “La mano de Dios” de José Alfredo Jiménez, “Tú eres mi destino” de Carlos Gómez Barrera entre las de mayor éxito y difusión que son canciones de catálogo.
María Luisa Landín posee una insuperable voz. Intensa en su expresión vocal y corporal. Su canto vigoroso ha recorrido todos los rincones del Continente. Voz y temperamento apasionado, ella inauguró un estilo único, imitado; pero, jamás igualado. De baja estatura, de talle delgado, se crecía frente al público, haciéndole vibrar y vivir el apasionamiento de las canciones que interpretaba con calidez, ternura y pasión. A la fuerza de su lenguaje corporal, se unía el énfasis que ponía a cada una de las canciones de las que hacía una historia particular.
Su vigorosa voz la distinguía entre sus compañeros de espectáculo, empresarios y público. Sin afectación de naturaleza alguna, vestía impecablemente en cada una de sus presentaciones. Lucía para cada ocasión un juego de costosísimas joyas que le imprimía un toque especial a su expresiva personalidad.
Cuando se presentaba al público lo hacía segura de sí misma. Elegante en su presentación personal e intachablemente vestida. Su baja estatura la compensaba con unos elegantes altos tacones. Su rostro aparecía sereno. Frente amplia, cejas bien delineadas, pelo exuberante y siempre corto. Ante el público, en cualquier latitud de América, demostraba absoluta seguridad. Atizada por el ardiente fuego del amor, al que exaltaba en las letras de las canciones que para ella escribían autores y compositores, se casó en tres oportunidades. La primera con Lorenzo Ibáñez, padre de su única hija, la doctora Graciela Ibáñez Landín; la segunda, con el compositor Fernando Mulens y, finalmente, se unió en Medellín, Colombia, en 1954, con Eugenio Cañaveral en un desafortunado matrimonio.
María Luisa Landín desarrolló su actividad artística en solitario. Por iniciativa propia viajó a muchos países de América y España. En este último país estuvo en 1951. Enamorada de las bellezas naturales y del ambiente caribeño, se avecindó en Santo Domingo, República Dominicana. Debutó el 21 de febrero de 1947, en las radiodifusoras “H12T” y “H13T” inaugurando la V Semana Aniversario de “La Voz del Yuna”. Después actuaría en 1955 junto a María Antonieta Pons, María Elena Marqués, Amalia Mendoza, Nicolás Urcelay, Luis Arcaraz, Flor Silvestre y Fernando Fernández en la celebración del XIII Aniversario del circuito radiotelevisivo de “La Voz Dominicana Televisión”. El éxito de esta temporada lo repetiría en 1957 y 1958.
María Luisa Landín está próxima a festejar el Octogésimo octavo aniversario de su natalicio y el Septuagésimo cuarto aniversario de su inicio como profesional del canto.
En este tiempo recibe clases de vocalización con el ilustrado y paciente maestro don Emilio Pérez Casas, quien a través de la selecta academia que regenta ha contribuido a la formación pedagógical de un nutrido y selecto grupo de artistas mexicanos.
El profesor Emilio Pérez Casas es, además, un notabilísimo concertista, que ha dirigido extensas temporadas de Zarzuela y Opereta en las que ha compartido experiencias con Ernestina Garfias, Pepita Embil, Cristina Ortega, María Conesa, Rosa María Montes, Elizabeth Larios, Don Víctor Torres, Don Plácido Domingo, Enrique Alonso “Cachirulo”, los más destacados cultores de estos géneros.
Doña María Luisa Landón, “La reina del Bolero” reside actualmente en Ciudad de México, donde transcurre en existencia apacible al lado de sus descendientes Graciela Ibañez Landín y Graciela Elizabeth Kasep Ibañez, su hija y nieta respectivamente. María Luisa Landín está dotada de una excelente salud, conservando una prodigiosa y envidiable memoria, donde está registrado un importante segmento de la historia sentimental de los pueblos de América. Ella es el repositorio de un tiempo inolvidable que jamás volverá.
CIUDAD DE MÉXICO, D.F., MÉXICO, 9 DE OCTUBRE DE 1921
Por: Dra. Egly Colina Marín
Abogado especialista en Derecho Privado
Profesora de Castellano, Literatura y Latín
Maria Luisa Landín Rodriguez, “La Reina del Bolero”, es un ícono del sentimiento popular latinoamericano, expresado en su voz única e incomparable, no superada por intérprete alguno.
Hija del matrimonio conformado por los esposos Ireneo Landín y Magdalena Rodríguez de Landín, veracruzano el padre y guanajuatense, la madre, nació en el popular, creativo y céntrico barrio de “Tepito” de Ciudad de México, el 9 de octubre de 1921.
Junto a su hermana Avelina Landín Rodríguez, (Ciudad de México, D.F., Mx., 10 de noviembre de 1917 – Ciudad de México, D.F., Mx., 21 de febrero de 1991) se inició tempranamente en el arte musical conformando en 1935 el dúo “Pirita y Jade” de grata recordación entre los dúos de la época, por la exquisita elegancia en el cantar y por el acoplamiento admirable entre las agraciadas voces de las hermanas Landín Rodríguez.
El dúo “Pirita y Jade” se presentaba en fiestas y reuniones familiares, recibiendo la aprobación de los concurrentes y, al poco tiempo, se hicieron notorias en el ámbito de su residencia y más allá del límite de ésta. En 1936 se presentaron alternativamente en la estación radiodifusora “XEYZ” y en la gubernamental “XEFO”. En 1938, la recién inaugurada estación radiodifusora “XEQ” conocida en el ámbito radial como “Radio Panamericana”, contrató a las Hermanas Landín como elementos esenciales de su programación musical, promoviendo una convencional rivalidad artística con las Hermanas Águila, famoso dúo integrado por las hermanas María Esperanza y María de la Paz Águila Villalobos.
Este antagonismo fue provechoso para la naciente radioemisora y, asimismo, para las artistas que acrecentaron su fama y popularidad. En este ínterin las hermanas Landín adoptaron la denominación de “Dúo Mari-Lina” y, finalmente, eligieron el nombre que les acreditaría como el más destacado y armonioso dúo de la época: “El Dúo de las Hermanas Landín”.
Con este nombre registraron para la posteridad los más sentidos temas de renombrados autores y compositores. Entre estos destacan: “ A ti qué” de Alberto Domínguez, “A dónde irán” de Rodolfo Mendiolea, “Yo quiero la vida”, “Aquella noche”, “Si tú me pides” y “Háblame de amor” de Gabriel Ruiz, “Cariñito” de Manuel Renteria, “La Guía”, de Méndez Castillo, “La noche, tú y yo” de Rafael Hernández, “Mi amor de ayer” de Tamayo Ortega, “Mi destino fue quererte” y “Mi único amor” de Felipe Valdéz Leal, “Mujercita castigada” de Fernando Z. Maldonado, “Pasional” de Consuelo Velásquez, “Pobre de mí” de Agustín Lara, “Tengo que sufrir” de Claudio Estrada, “Tengo un nuevo amor” de Ernesto Lecuona y “Yo no sé lo que me pasa” de Fernando Mulens.
La agrupación de las “Hermanas Landín” se mantuvo incólume hasta 1942, cuando Avelina contrajo matrimonio con Ángel Zempoalteca Ortega (1925-1970).
Disuelto el Dúo de las Hermanas Landín, María Luisa fue contratada por Carlos Riverol para actuar en el Teatro de Bellas Artes con el patrocinio de la compañía Coca Cola de México junto al tenor Néstor Mesta Chayres (Ciudad Lerdo, Durango, Mx., 26 de febrero de 1908 – Ciudad de México, D.F., Mx., 29 de junio de 1971), con quien produjo series inolvidables que, posteriormente, conformarían un conjunto de programas radiales de amplia y comprobada sintonía en todo el territorio de la República Mexicana que, después, serían retransmitidos al continente latinoamericano a través de la estación radiodifusora XEW del que se harìan temas populares en dúo de cartel: Chayres-Landin. Estas audiciones fueron registradas en un L.P de colección. Entre las canciones que destacan están: “Siempre viva”, “Ay Maricruz”, “Reconciliación”, “Rumichacha”, “Por la vuelta”, “Tu altivez”, “Secreto”, “Al son de la marimba”, “Muchos besos”, “Tres corazones”, “Momento musical Nº 3”, “Corazón del mar”, “María Elena” y “Buenas noches”.
María Luisa Landín en 1940, había hecho una fugaz gira a Cuba, actuando en clubes, teatros y estaciones radiales. Después, incursionó hacia Sudamérica donde recibió la aceptación de estos públicos.
En 1942 registró su primer éxito de proyección nacional e internacional: “Canción del alma” de Rafael Hernández Marín, (Aguadilla, Puerto Rico, 24 de octubre de 1891 - San Juan, Puerto Rico, 11 de diciembre de 1965)
En esa época trabó amistad y trabajó en programas radiales que producía y animaba con su orquesta de baile, el músico, director y compositor portorriqueño Rafael Hernández Marín, quien se había avecindado en Ciudad de México desde 1932.
Ya, María Luisa Landín, es popular en su país y en América. El tema “Hay que saber perder” del compositor Abel Domínguez Borrás, (San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Mx., 29 de mayo de 1902 – Ciudad de México, D.F., Mx., 5 de julio de 1987), corre a lo largo y ancho del continente. Su pegajosa melodía y su cautivante letra constituyen una combinación acertada para los productores fonográficos que revuelve los cimientos de esta industria.
En 1949, a raíz de su retorno de un exitoso viaje a Sudamérica, es contratada exclusivamente por XEW, potente y prestigiosa emisora radial conocida como “La voz de América Latina desde México”, semillero de artistas y promotora del arte y la cultura en todas sus manifestaciones, estación insignia del complejo radiofónico inspirado por Emilio Azcárraga Vidaurreta (Tampico Tamaulipas, Mx., 2 de marzo de 1895 - Ciudad de México, D.F., Mx., 23 de septiembre de 1972).
En este nuevo destino María Luisa Landín alternó con escritores, compositores, músicos, directores de orquesta, artistas de cine, locutores etc., que le despejaron el horizonte artísticos por donde ella transitaría a través de una larga y exitosa jornada.
Ese año registra del compositor boricua Pedro Flores (Naguabo, Puerto Rico, 8 de marzo de 1894 - San Juan, Puerto Rico, 13 de julio de 1979), el tema “Amor perdido” con arreglos del maestro Rafael de Paz y con el marco musical de la orquesta de José Sabré Marroquín se transformaría en la canción de mayor popularidad durante la segunda mitad del Siglo XX, constituyéndose en el tema musical más pedido y escuchado en la radiodifusión iberoamericana. María Luisa Landín confidencialmente ha expresado después de 60 años de haber registrado este tema que ella, compelida por los productores de la compañía RCA Victor de México aceptó interpretar y grabar esta melodía muy a su pesar, porque no estaba interesada en ella en razón a que esta composición ya había sido registrada sin mayor éxito por Manolita Arreola y, María Luisa, con su hermana Avelina, también la habían grabado cuando actuaban en dúo.
Como se ha expresado en párrafo anterior, el éxito esta vez fue apoteósico. Se batió record de ventas y, los productores de cine Gustavo de León y Antonio Nicoly produjeron la cinta “Amor perdido” con la dirección del realizador Miguel Morayta, basado en una historia de Víctor Mora, argumento de Guadalupe González con las actuaciones de Amalia Aguilar, Víctor Junco, María Luisa Landín, Lily Aclemar, Ricardo Adalid, María Victoria, Eduardo Alcaraz, Armando Arriola, Felipe de Flores, Yadira Jiménez, Chel López, Tito Novaro, Dámaso Pérez Prado, José Pulido, Juan Bruno Tarraza, Alfonso Torres, Alfredo Varela padre y Enrique Zambrano.
La cadena de éxito de “La Cancionera de América” María Luisa Landín fue interminable. Para ella escribieron los autores y compositores de éxito y relevancia. Fue acompañada por las orquestas y conjuntos de mayor transcendencia. Sus giras se hicieron interminables.
Estuvo en La Habana, Los Ángeles, San Francisco, Santo Domingo, Caracas, Maracaibo, Lima, Bogotá, Medellín, Calí, Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires, Puerto Rico, Panamá y viajó por la extensa geografía mexicana. Vivió en La Habana donde contrajo segundas nupcias con el notable director, pianista y compositor Fernando Mulens (San José de los Ramos, Matanzas, Cuba, 29 de septiembre de 1920 – San Juan, Puerto Rico 10 de noviembre de 1986). Este musicalizó en 1953 en honor a la desposada, el tema “Que te pedí” escrito por Gabriel Luna de la Fuente (Tacubaya, D. F., Mx., 19 de marzo de 1909 – Ciudad de México, D.F., Mx., 1de noviembre de 1954), que fue éxito en Venezuela, Colombia, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico Panamá, Medellín etc.
Entre los éxitos de la canción romántica latinoamericana interpretados por María Luisa Landín destacan: “No señor” de July Steiner, “Te espero”, “Verdad amarga” y “Aunque tengas razón” de Consuelo Velásquez, “Desdichadamente”, “Canción Divina”, “Desvelo de amor”, “Me la pagarás”, “Ahora”, “Puro engaño”, “Amor ciego” y “Canción del alma” de Rafael Hernández Marín, “Bésame”, “Don dinero”, “Infame”, “Jamás, jamás”, “El tiempo lo dirá”, “Nunca más”, “Por eso te perdono”, “Ven, ven, ven”, “Que te vaya bien” y “Yo soy tu pasado” de Federico Baena, “Ven te quiero ver” de Alberto Salinas, “Somos diferentes” de Antonio Núñez, “Se muy bien que vendrás” de Alberto Muñoz, “Conozco a los dos” de Pablo Valdéz, “Porque llorar” y “Amor de sangre” de Mario Ruiz Armengol, “Mis ojos me denuncian” de Miguel Acuña, “A donde irán” de Rodolfo Mendiolea, “Mi último refugio” de Miguel Ángel Pazos, “Tengo que amar” de Marcelo Rey, “Por pasar el rato” de Miguel Ángel Valladares, “Prefiero estar sola” de Claudio Estrada, “Si tu regresaras” de Antonio Núñez, “Una aventura más” de Oscar Kinleiner, “Senda maldita” de Rafael de Paz, “Muchas gracias” de Ivon Curi, “Falsa” de Juan B. Leonardo, “Dos almas” de Domingo Fabiano, “Tú y la noche” de Minerva Magaña, “Conozco a los dos” de Pablo Valdéz Hernández, “Malos pensamientos” y “Que el cielo te lo pague” de Alberto Domínguez, “Déjame en paz·” de Luciano Miral, “La mano de Dios” de José Alfredo Jiménez, “Tú eres mi destino” de Carlos Gómez Barrera entre las de mayor éxito y difusión que son canciones de catálogo.
María Luisa Landín posee una insuperable voz. Intensa en su expresión vocal y corporal. Su canto vigoroso ha recorrido todos los rincones del Continente. Voz y temperamento apasionado, ella inauguró un estilo único, imitado; pero, jamás igualado. De baja estatura, de talle delgado, se crecía frente al público, haciéndole vibrar y vivir el apasionamiento de las canciones que interpretaba con calidez, ternura y pasión. A la fuerza de su lenguaje corporal, se unía el énfasis que ponía a cada una de las canciones de las que hacía una historia particular.
Su vigorosa voz la distinguía entre sus compañeros de espectáculo, empresarios y público. Sin afectación de naturaleza alguna, vestía impecablemente en cada una de sus presentaciones. Lucía para cada ocasión un juego de costosísimas joyas que le imprimía un toque especial a su expresiva personalidad.
Cuando se presentaba al público lo hacía segura de sí misma. Elegante en su presentación personal e intachablemente vestida. Su baja estatura la compensaba con unos elegantes altos tacones. Su rostro aparecía sereno. Frente amplia, cejas bien delineadas, pelo exuberante y siempre corto. Ante el público, en cualquier latitud de América, demostraba absoluta seguridad. Atizada por el ardiente fuego del amor, al que exaltaba en las letras de las canciones que para ella escribían autores y compositores, se casó en tres oportunidades. La primera con Lorenzo Ibáñez, padre de su única hija, la doctora Graciela Ibáñez Landín; la segunda, con el compositor Fernando Mulens y, finalmente, se unió en Medellín, Colombia, en 1954, con Eugenio Cañaveral en un desafortunado matrimonio.
María Luisa Landín desarrolló su actividad artística en solitario. Por iniciativa propia viajó a muchos países de América y España. En este último país estuvo en 1951. Enamorada de las bellezas naturales y del ambiente caribeño, se avecindó en Santo Domingo, República Dominicana. Debutó el 21 de febrero de 1947, en las radiodifusoras “H12T” y “H13T” inaugurando la V Semana Aniversario de “La Voz del Yuna”. Después actuaría en 1955 junto a María Antonieta Pons, María Elena Marqués, Amalia Mendoza, Nicolás Urcelay, Luis Arcaraz, Flor Silvestre y Fernando Fernández en la celebración del XIII Aniversario del circuito radiotelevisivo de “La Voz Dominicana Televisión”. El éxito de esta temporada lo repetiría en 1957 y 1958.
María Luisa Landín está próxima a festejar el Octogésimo octavo aniversario de su natalicio y el Septuagésimo cuarto aniversario de su inicio como profesional del canto.
En este tiempo recibe clases de vocalización con el ilustrado y paciente maestro don Emilio Pérez Casas, quien a través de la selecta academia que regenta ha contribuido a la formación pedagógical de un nutrido y selecto grupo de artistas mexicanos.
El profesor Emilio Pérez Casas es, además, un notabilísimo concertista, que ha dirigido extensas temporadas de Zarzuela y Opereta en las que ha compartido experiencias con Ernestina Garfias, Pepita Embil, Cristina Ortega, María Conesa, Rosa María Montes, Elizabeth Larios, Don Víctor Torres, Don Plácido Domingo, Enrique Alonso “Cachirulo”, los más destacados cultores de estos géneros.
Doña María Luisa Landón, “La reina del Bolero” reside actualmente en Ciudad de México, donde transcurre en existencia apacible al lado de sus descendientes Graciela Ibañez Landín y Graciela Elizabeth Kasep Ibañez, su hija y nieta respectivamente. María Luisa Landín está dotada de una excelente salud, conservando una prodigiosa y envidiable memoria, donde está registrado un importante segmento de la historia sentimental de los pueblos de América. Ella es el repositorio de un tiempo inolvidable que jamás volverá.