Posición de la familia de Casandra frente a los premios organizados por Acroarte
Por: Alejandro Santana
Desde hace varios meses, familiares de la soberana Casandra Damirón, habían advertido que estaban contemplando prohibir que el nombre de esa estrella del folklor se siguiera usando en esos premios.
Sus declaraciones fueron ofrecidas en esta ciudad donde acudieron a conocer de primera mano los aprestos para la instalación de la escultura a la soberana que se develaría en la plazoleta Duarte.
Advertían que se sentían preocupados por el rumbo que estos premios habían tomado en los últimos años, las constantes denuncias de artistas que decían que estos se habían convertido en un gran negocio para sus organizadores.
Lo que se dijo en ese entonces se ha convertido en realidad, ya los hijos de doña Casandra no quieren que se siga usando el nombre de su madre.
En esa ocasión habían dicho que ellos no eran invitados a las nominaciones ni a las escogencias de los premiados, pero tampoco se beneficiaban en lo absoluto de los beneficios que estos aportaban.
Hoy ACROARTE, se destapa diciendo que este nombre ya no será usado y que en cambio se contempla usar el de otra brahonera, María Montez.
Mal harían los familiares de esa insigne estrella de la cinematografía, dar esa franquicia sin las regulaciones de lugar, desde la honestidad, la pulcritud y la selección adecuada de los nominados y seleccionados.
Porque al decir de artistas dominicanos esos premios se han convertido en un negocio que hace ricos a sus manejadores, y a los familiares de esa estrella ni las gracias les dan.
Al decir verdad la familia de Casandra se siente asqueada de la falta de pulcritud y seriedad en esos premios que son patrocinados de buena fe por la Cervecería Nacional Dominicana, quien también en su oportunidad, debe reservarse el derecho a seguirlo patrocinando.
Digo esto porque de repente, empresas que hacen sus aportes de manera sana en bien de una causa que creen engrandecedora, se pueden topar con acciones que la ensucien también.
Qué pasaría si también usan el nombre de esta otra brahonera, y se siguen haciendo los mismos negocios con las premiaciones.
El interés mercantil no pudiera estar presente en las acciones nobles pues donde hay intereses económicos las cosas tienden a corromperse.
Lo digo porque unas de las cosas que ha alegado ACROARTE es que la familia de Casandra quiere que se les dé un porcentaje de los beneficios de esos premios.
Si esa actividad no fuera montada con el interés de conseguir ganancia, la familia estaría herrada, pero partiendo del hecho de que muchos bolsillos se benefician de esto, es razonable que ellos reclamen que les dejen caer parte de los beneficios metálicos de estos.
No sé, pero Barahona, pudiera junto a los familiares de estas artistas, tener la decisión en conjunto de si da la franquicia para usar el nombre de María Montez, o mantener la franquicia de seguir usando el de Casandra.
Frente a todo este alboroto, lo que debe estar claro es que la familia de Casandra en esencia lo que procura es que estos premios retornen a los fundamentos que le dieron origen, pero que por razones mercuriales se han desviado.
Desde hace varios meses, familiares de la soberana Casandra Damirón, habían advertido que estaban contemplando prohibir que el nombre de esa estrella del folklor se siguiera usando en esos premios.
Sus declaraciones fueron ofrecidas en esta ciudad donde acudieron a conocer de primera mano los aprestos para la instalación de la escultura a la soberana que se develaría en la plazoleta Duarte.
Advertían que se sentían preocupados por el rumbo que estos premios habían tomado en los últimos años, las constantes denuncias de artistas que decían que estos se habían convertido en un gran negocio para sus organizadores.
Lo que se dijo en ese entonces se ha convertido en realidad, ya los hijos de doña Casandra no quieren que se siga usando el nombre de su madre.
En esa ocasión habían dicho que ellos no eran invitados a las nominaciones ni a las escogencias de los premiados, pero tampoco se beneficiaban en lo absoluto de los beneficios que estos aportaban.
Hoy ACROARTE, se destapa diciendo que este nombre ya no será usado y que en cambio se contempla usar el de otra brahonera, María Montez.
Mal harían los familiares de esa insigne estrella de la cinematografía, dar esa franquicia sin las regulaciones de lugar, desde la honestidad, la pulcritud y la selección adecuada de los nominados y seleccionados.
Porque al decir de artistas dominicanos esos premios se han convertido en un negocio que hace ricos a sus manejadores, y a los familiares de esa estrella ni las gracias les dan.
Al decir verdad la familia de Casandra se siente asqueada de la falta de pulcritud y seriedad en esos premios que son patrocinados de buena fe por la Cervecería Nacional Dominicana, quien también en su oportunidad, debe reservarse el derecho a seguirlo patrocinando.
Digo esto porque de repente, empresas que hacen sus aportes de manera sana en bien de una causa que creen engrandecedora, se pueden topar con acciones que la ensucien también.
Qué pasaría si también usan el nombre de esta otra brahonera, y se siguen haciendo los mismos negocios con las premiaciones.
El interés mercantil no pudiera estar presente en las acciones nobles pues donde hay intereses económicos las cosas tienden a corromperse.
Lo digo porque unas de las cosas que ha alegado ACROARTE es que la familia de Casandra quiere que se les dé un porcentaje de los beneficios de esos premios.
Si esa actividad no fuera montada con el interés de conseguir ganancia, la familia estaría herrada, pero partiendo del hecho de que muchos bolsillos se benefician de esto, es razonable que ellos reclamen que les dejen caer parte de los beneficios metálicos de estos.
No sé, pero Barahona, pudiera junto a los familiares de estas artistas, tener la decisión en conjunto de si da la franquicia para usar el nombre de María Montez, o mantener la franquicia de seguir usando el de Casandra.
Frente a todo este alboroto, lo que debe estar claro es que la familia de Casandra en esencia lo que procura es que estos premios retornen a los fundamentos que le dieron origen, pero que por razones mercuriales se han desviado.