Obras Públicas restablece paso por puente Azua-Baní
Azua.- Fue restablecida provisionalmente anoche la comunicacion a través del puente de Los Pilones, que permite el enlace terrestre entre el Suroeste y la capital dominicana.
Los trabajos que facilitaron el restablecimiento de la comunicación vía terrestre conllevaron más de 12 horas de esfuerzos por parte de brigadas del Ministerio de Obras Públicas, que se auxiliaron de cuatro retroexcavadoras, un tractor D8 buldócer y una decena de camiones que transportaron material para rellenar la parte que le hacía falta por los embates del río Ocoa, que socavó toda la tierra de la carretera en la cabeza del lado este de la estructura.
La tarde del sábado imposibilitó la comunicación debido a una fuerte crecida del río, a consecuencia de los torrenciales aguaceros que han caído sobre el territorio nacional por el paso de la tormenta tropical Isaac.
Horas antes de que los vehículos iniciaran el tránsito por el puente, centenares de personas aguardaban de ambos lados de la estructura, corriendo luego desenfrenadamente cuando los trabajos permitieron precariamente el paso peatonal.
Sin embargo, estas personas lo hacían contrario a las órdenes del personal militar que se encontraba en el lugar. La gente, desesperada, aprovechaba cualquier descuido de la vigilancia en la zona para intentar el cruce.
La explicación a este estado de desesperación se debió a que muchos aguardaban desde el sábado para poder ver a sus familiares y otros para cumplir con compromisos adquiridos previamente. Tal fue el caso de agentes militares que iban desde simples alistados hasta tenientes que tenían responsabilidades de servicios a ambos lados del puente colapsado.
Otros que tenían por intensión avanzar para dar el pésame a amigos por el fallecimiento de algún familiar, esperaban desde la tarde del sábado viéndose obligados a dormir en los autobuses que los transportaban sólo para cumplir con sus relacionados.
Larga espera
Por ejemplo, Roberta Montero y Bernardino Ogando, ambos de avanzada edad, quienes salieron del Cercado, San Juan de la Maguana, e intantaban llegar hasta Sabana Perdida, en el municipio Santo Domingo Norte, en Santo Domingo, para cumplir compromisos ante el fallecimiento de un familiar.
Pero los momentos de angustia frente a la larga espera de algunos se convirtieron “en el palo económico de otros”. Wildon Féliz y Gregorio de los Santos, residentes en Azua, se movilizaron hasta la cabeza oeste del puente para vender salchichas en horno de BBQ y manzanas. Las ventas fueron muchas aunque estos, al ser cuestionados sobre la cantidad vendia, atinaron a reírse y decir: “no mucho”.
Por su stand improvisado pasaron muchos que compraron para calmar el apetito de largas horas de espera.
Mientras esto sucedía, cuatro retroexcavadoras levantaron un muro de contención para debilitar la fuerte corriente de agua que causó los daños a este puente. Finalmente esta corriente de agua fue anulada reencauzando el acuífero hacia el centro de la estructura.
Por precaución, se tomaron medidas similares del lado oeste para proteger los aproches de la estructura que de ese lado no se vio afectada por la corriente del río.
Cabe resaltar que como el paso fue habilitado pasada las diez de la noche se producía una situación interesante con los transeúntes. Por ejemplo, los que estaban varados del lado de Baní y que luego pudieron cruzar a Azua, empezaron a abordar autobuses de conductores que ya no quería seguir su ruta hacia Santo Domingo, y de forma contraria sucedió lo mismo con quienes lograban pasar desde Azua hasta Baní.
“Yo debo pasar como sea porque tengo que cumplir con mi trabajo. Soy chofer y tengo que integrarme hoy a mi trabajo, sino, debo pagarle el día al propietario del camión”, explicó Leandro Pérez, un chofer de productos agrícolas entre Baní y Santo Domingo.
Otros, sin embargo, no quisieron esperar, o más bien no querían arriesgarse hasta que el paso fuera rehabilitado. Por suerte, para ellos, el Ministerio de Obras Públicas habilitó comunicación terrestre por un pequeño poblado en Azua, llamado Palmar de Ocoa.
Este camino, de acuerdo a lo explicado por choferes de rutas de autobuses que llevan a Santo Domingo, era un trayecto muy incómodo y complicado sobre todo para vehículos que no tenían las facilidades de la tracción 4X4.
Además, la situación se había agravado debido a pequeñas inundaciones en la referida vía. “Yo no me atrevo a irme con pasajeros por ahí, porque es que voy a dejar la defensa de la guagua y hasta el bumper. Imagínate tú que ese camino que es malo de por sí ahora casi inundada y yo con 30 pasajeros a bordo: es imposible”, explicó el chofer Marcos Cabral.
UN HOMBRE DESEPERADO SE LANZÓ AL RÍO
Horas antes de que el paso peatonal fue posible, un hombre de 42 años a riesgó su vida arrojándose al río desde el lado este, es decir, Peravia, siendo atrapado por agentes traz cruzar el hombre que lleva por nombre Rubio Gómez, quien explicó con voz calmada a los policías que no tenía otra opción, ya que su madre está interna en Azua desde hace cinco días por supuestos problemas cardiacos.
Gómez dijo que además tenía la urgencia porque él sería sometido a una operación el martes, por lo que necesitaba ser ingresado hoy. Gómez se trasladaba desde Villa Mella donde dijo que reside. Tras explicaciones a agentes que les llenaron una ficha con sus datos, fue dejado en libertad.
Los trabajos que facilitaron el restablecimiento de la comunicación vía terrestre conllevaron más de 12 horas de esfuerzos por parte de brigadas del Ministerio de Obras Públicas, que se auxiliaron de cuatro retroexcavadoras, un tractor D8 buldócer y una decena de camiones que transportaron material para rellenar la parte que le hacía falta por los embates del río Ocoa, que socavó toda la tierra de la carretera en la cabeza del lado este de la estructura.
La tarde del sábado imposibilitó la comunicación debido a una fuerte crecida del río, a consecuencia de los torrenciales aguaceros que han caído sobre el territorio nacional por el paso de la tormenta tropical Isaac.
Horas antes de que los vehículos iniciaran el tránsito por el puente, centenares de personas aguardaban de ambos lados de la estructura, corriendo luego desenfrenadamente cuando los trabajos permitieron precariamente el paso peatonal.
Sin embargo, estas personas lo hacían contrario a las órdenes del personal militar que se encontraba en el lugar. La gente, desesperada, aprovechaba cualquier descuido de la vigilancia en la zona para intentar el cruce.
La explicación a este estado de desesperación se debió a que muchos aguardaban desde el sábado para poder ver a sus familiares y otros para cumplir con compromisos adquiridos previamente. Tal fue el caso de agentes militares que iban desde simples alistados hasta tenientes que tenían responsabilidades de servicios a ambos lados del puente colapsado.
Otros que tenían por intensión avanzar para dar el pésame a amigos por el fallecimiento de algún familiar, esperaban desde la tarde del sábado viéndose obligados a dormir en los autobuses que los transportaban sólo para cumplir con sus relacionados.
Larga espera
Por ejemplo, Roberta Montero y Bernardino Ogando, ambos de avanzada edad, quienes salieron del Cercado, San Juan de la Maguana, e intantaban llegar hasta Sabana Perdida, en el municipio Santo Domingo Norte, en Santo Domingo, para cumplir compromisos ante el fallecimiento de un familiar.
Pero los momentos de angustia frente a la larga espera de algunos se convirtieron “en el palo económico de otros”. Wildon Féliz y Gregorio de los Santos, residentes en Azua, se movilizaron hasta la cabeza oeste del puente para vender salchichas en horno de BBQ y manzanas. Las ventas fueron muchas aunque estos, al ser cuestionados sobre la cantidad vendia, atinaron a reírse y decir: “no mucho”.
Por su stand improvisado pasaron muchos que compraron para calmar el apetito de largas horas de espera.
Mientras esto sucedía, cuatro retroexcavadoras levantaron un muro de contención para debilitar la fuerte corriente de agua que causó los daños a este puente. Finalmente esta corriente de agua fue anulada reencauzando el acuífero hacia el centro de la estructura.
Por precaución, se tomaron medidas similares del lado oeste para proteger los aproches de la estructura que de ese lado no se vio afectada por la corriente del río.
Cabe resaltar que como el paso fue habilitado pasada las diez de la noche se producía una situación interesante con los transeúntes. Por ejemplo, los que estaban varados del lado de Baní y que luego pudieron cruzar a Azua, empezaron a abordar autobuses de conductores que ya no quería seguir su ruta hacia Santo Domingo, y de forma contraria sucedió lo mismo con quienes lograban pasar desde Azua hasta Baní.
“Yo debo pasar como sea porque tengo que cumplir con mi trabajo. Soy chofer y tengo que integrarme hoy a mi trabajo, sino, debo pagarle el día al propietario del camión”, explicó Leandro Pérez, un chofer de productos agrícolas entre Baní y Santo Domingo.
Otros, sin embargo, no quisieron esperar, o más bien no querían arriesgarse hasta que el paso fuera rehabilitado. Por suerte, para ellos, el Ministerio de Obras Públicas habilitó comunicación terrestre por un pequeño poblado en Azua, llamado Palmar de Ocoa.
Este camino, de acuerdo a lo explicado por choferes de rutas de autobuses que llevan a Santo Domingo, era un trayecto muy incómodo y complicado sobre todo para vehículos que no tenían las facilidades de la tracción 4X4.
Además, la situación se había agravado debido a pequeñas inundaciones en la referida vía. “Yo no me atrevo a irme con pasajeros por ahí, porque es que voy a dejar la defensa de la guagua y hasta el bumper. Imagínate tú que ese camino que es malo de por sí ahora casi inundada y yo con 30 pasajeros a bordo: es imposible”, explicó el chofer Marcos Cabral.
UN HOMBRE DESEPERADO SE LANZÓ AL RÍO
Horas antes de que el paso peatonal fue posible, un hombre de 42 años a riesgó su vida arrojándose al río desde el lado este, es decir, Peravia, siendo atrapado por agentes traz cruzar el hombre que lleva por nombre Rubio Gómez, quien explicó con voz calmada a los policías que no tenía otra opción, ya que su madre está interna en Azua desde hace cinco días por supuestos problemas cardiacos.
Gómez dijo que además tenía la urgencia porque él sería sometido a una operación el martes, por lo que necesitaba ser ingresado hoy. Gómez se trasladaba desde Villa Mella donde dijo que reside. Tras explicaciones a agentes que les llenaron una ficha con sus datos, fue dejado en libertad.