La última llamada a José Miguel Montero

Escrito por la periodista Cándida Figuereo

El viernes último transcurría con normalidad como lo
hizo durante los últimos 46 años en que José Miguel Montero dio la
dicha a la patria dominicana de ser parte de su gente y de su
historia.

Tan igual fue ése viernes a todos los anteriores que sus colegas
periodistas que viven de dar tecla en una computadora para la prensa,
digitales o instituciones públicas y privadas esperaban culminar su
misión para el respiro de fin de semana.

La única novedad de importancia del viernes 03 era el alerta verde
para el litoral caribeño por paso de tormenta Ernesto, que no se
atrevió a impedir que brillara el sol en Santo Domingo. En el ínterin
de ese día, en el curso de la mañana, Montero conversó dos veces vía
celular con el gerente de Comunicación del Seguro Nacional de Salud
(SeNaSa), Licenciado Carlos Rodríguez.

En los momentos de ambas conversaciones Montero no hizo referencia a
que estaba en la antesala de una cirugía de tabique nasal.

La última llamada que Rodríguez hizo a Montero fue después de las 5:30
de la tarde cuando el primero se encontraba en la puesta en
circulación de las "Memorias Ocho Años de Progreso y Desarrollo de la
Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial, así como un
libro y el video “Un Nuevo País”, en el Salón Las Cariátides del
Palacio Nacional.

En ese escenario Rodríguez oye que llaman un colega para avisarle
de la muerte de un periodista, pero no escucha el nombre. Busca en su
BB para ver de quien se trataba y se entera del deceso del dramaturgo
Rafael Villalona.

Luego la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, directora ejecutiva de
SeNaSa, llama a Rodríguez y le pregunta quien fue el periodista que
murió. Él le dice que fue Villalona. Ella dice no, es otro periodista.
Es entonces cuando Rodríguez hace la última llamada a Montero, para
que éste le informe quien fue el colega fallecido.

El teléfono de Montero suena….y Rodríguez escucha una voz diferente.
¿Quién habla? -El hijo de José Miguel Montero-. Por favor, comunícame
con Montero, le dice Rodríguez. Montero Murió, le contestó el hijo.
Lo que dejó perplejo a si dilecto amigo.

Esta infausta noticia terminó en un viernes de lamentaciones por el
aprecio a un colega humilde, sano y siempre con una sonrisa a flor de
labios.

La solidaridad hacia quien fuera un gran ser humano, quedó plasmada en
la presencia de la cantidad de periodistas y otras personalidades que
se presentaron a la Funeraria y le acompañaron hasta su última morada.

El dolor de la familia se hizo el dolor de todos los periodistas y
hasta las 15 coronas de flores en el salón E de la Funeraria Blandino
la Avenida Sabana Larga, parecían cómplices de la tristeza y la
por lo ocurrido.

Joaquín Montero, tío de quien fuera un hombre serio y excelente ser
, dijo entre lágrimas: “Perdimos una esperanza”. Otro pariente
mismo rango sostuvo que el colega Montero fue un hombre desde
niño.

Si se pierde la esperanza, si ya no está el hombre que fue ¿qué será
esa familia? Es la callada interrogante que no pocos se hacen
porque la ausencia del colega, padre y esposo la deja desamparada.

Al Azar, llega a la mente ¿qué es un médico? La respuesta en la lengua
española es “un profesional altamente cualificado en materia
sanitaria, que es capaz de dar respuestas generalmente acertadas y
rápidas a problemas de salud, mediante decisiones tomadas
en condiciones de gran incertidumbre, y que precisa de
formación continuada a lo largo de toda su vida laboral. Su principal
objetivo "cuidar la salud del paciente y aliviar su sufrimiento".

opuesto de cuidar es descuidar, palabra última que expresa: “Falta
de atención y de cuidado”. “Abandonar o desatender a alguien o una
obligación”, de acuerdo a la Real Academia Española. Amén.
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