La Fuerza Aérea de Rusia entra en una nueva era de desarrollo
Durante dos días, decenas de miles de personas pudieron contemplar una amplia variedad de aparatos de distintas épocas, tanto en la tierra, como en el aire.
La aviación militar rusa recorrió en estos cien años un largo y complicado camino hasta convertirse en una de las más poderosas fuerzas aéreas del mundo.
Hace un siglo, Rusia no disponía de una industria aeronáutica propia. Los pilotos rusos realizaron sus primeros vuelos en aviones de fabricación extranjera, cuenta el historiador Georgi Kumánev:
—En los orígenes de su industria aeronáutica, Rusia construyó aviones de modelos extranjeros como Forman, Dux, entre otros. Pero ya en aquellos tiempos se planteó la necesidad de convertirlos en aviones de combate.
La aviación cambió el curso de la Primer Guerra Mundial. Bastó con tomar la decisión de utilizar para fines militares los aviones, muy primitivos en ese entonces, explica el director de la revista Defensa Nacional, Ígor Korótchenko:
—Eran aviones para misiones de reconocimiento y combate, bombardeos de las posiciones del enemigo y batallas aéreas. Los primeros aviadores militares rusos se cubrieron de gloria eterna durante la Primera Guerra Mundial. Baste recordar el famoso bombardero ruso Iliá Mutomets que era un arma de eficacia absoluta para atacar ciudades y posiciones de las tropas enemigas.
La guerra contra Alemania nazi ocupa un lugar especial en la historia de la Fuerza Aérea de la URSS. En esa contienda que duró casi cuatro años, la aviación militar soviética se impuso a la armada aérea de Hitler, a pesar de los graves reveses de los primeros meses de la guerra.
Los daños que le causaron en un principio los aviones alemanes fueron enormes. Pero las victorias de las fuerzas rusas en las batallas de Moscú y Stalingrado, que marcaron un cambio crucial en el curso de la guerra, también cambiaron la situación en el aire. Las fábricas del occidente del país evacuadas para los Urales reanudaron la construcción de aviones militares.
Para 1943, el ejército ruso ya tenía supremacía en el aire. Recibió aviones nuevos que reemplazaron los aparatos de los años treinta y eran mucho más rápidos y eficaces, como el La-5, el Yak-3, y el IL-2 modernizado, soportando la mayor carga de la guerra aérea contra los nazis. La industria aeronáutica nacional hizo un enorme aporte al triunfo de Rusia en la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, llegó la época de los aviones a reacción. Los primeros modelos de cazas rusos con motores a reacción, Yak-15 y MiG-9, pasaron pruebas en 1946 y pronto se pusieron en dotación de la Fuerza Aérea. Con el colapso de la Unión Soviética, la aviación nacional sufrió muchos cambios importantes.
Aunque cierto alarmismo que circuló por el país en cuanto a la formación de pilotos militares y el desarrollo de la aviación en el período postsoviético no tuvo fundamento, afirma Ígor Korotchenko:
—Se están creando importantes centros de formación de pilotos militares e ingenieros aéreos . Ya hay uno en Voronezh, dotato de todo lo necesario para la capacitación de ingenieros para la nueva aviación rusa. Es un centro excelente. De acuerdo al programa nacional de rearme, hay contratos estatal para la fabricación de mil doscientos heliicópteros nuevos y más de quinientos aviones modernos de diversa clase hasta el año 2020.
La puesta en servicio de las armas modernas es mucho más rápida que en los años noventa - principios de los dos mil, señala Ígor Korótchenko. De aquí solo algunas cifras: noventa y dos cazabombarderos Su-34, cuarenta y ocho cazas multipropósito Su-35, más de cien cazas de quinta generación...
Los aviones de quinta generación, tales como el caza T-50 que participó en el show aéreo de Zhukovski, son el futuro de la Fuerza Aérea nacional. El T-50 es un aparato único en su género, dotado de un radar capaz de detectar y clasificar objetivos a cuarocientos kilómetros de distancia, lo que demostró durante las recientes pruebas de vuelo.
Según expertos, este avión será superior al F-22, de EEUU. La aviación militar rusa continúa desarrollándose de manera segura y exitosa.
La aviación militar rusa recorrió en estos cien años un largo y complicado camino hasta convertirse en una de las más poderosas fuerzas aéreas del mundo.
Hace un siglo, Rusia no disponía de una industria aeronáutica propia. Los pilotos rusos realizaron sus primeros vuelos en aviones de fabricación extranjera, cuenta el historiador Georgi Kumánev:
—En los orígenes de su industria aeronáutica, Rusia construyó aviones de modelos extranjeros como Forman, Dux, entre otros. Pero ya en aquellos tiempos se planteó la necesidad de convertirlos en aviones de combate.
La aviación cambió el curso de la Primer Guerra Mundial. Bastó con tomar la decisión de utilizar para fines militares los aviones, muy primitivos en ese entonces, explica el director de la revista Defensa Nacional, Ígor Korótchenko:
—Eran aviones para misiones de reconocimiento y combate, bombardeos de las posiciones del enemigo y batallas aéreas. Los primeros aviadores militares rusos se cubrieron de gloria eterna durante la Primera Guerra Mundial. Baste recordar el famoso bombardero ruso Iliá Mutomets que era un arma de eficacia absoluta para atacar ciudades y posiciones de las tropas enemigas.
La guerra contra Alemania nazi ocupa un lugar especial en la historia de la Fuerza Aérea de la URSS. En esa contienda que duró casi cuatro años, la aviación militar soviética se impuso a la armada aérea de Hitler, a pesar de los graves reveses de los primeros meses de la guerra.
Los daños que le causaron en un principio los aviones alemanes fueron enormes. Pero las victorias de las fuerzas rusas en las batallas de Moscú y Stalingrado, que marcaron un cambio crucial en el curso de la guerra, también cambiaron la situación en el aire. Las fábricas del occidente del país evacuadas para los Urales reanudaron la construcción de aviones militares.
Para 1943, el ejército ruso ya tenía supremacía en el aire. Recibió aviones nuevos que reemplazaron los aparatos de los años treinta y eran mucho más rápidos y eficaces, como el La-5, el Yak-3, y el IL-2 modernizado, soportando la mayor carga de la guerra aérea contra los nazis. La industria aeronáutica nacional hizo un enorme aporte al triunfo de Rusia en la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, llegó la época de los aviones a reacción. Los primeros modelos de cazas rusos con motores a reacción, Yak-15 y MiG-9, pasaron pruebas en 1946 y pronto se pusieron en dotación de la Fuerza Aérea. Con el colapso de la Unión Soviética, la aviación nacional sufrió muchos cambios importantes.
Aunque cierto alarmismo que circuló por el país en cuanto a la formación de pilotos militares y el desarrollo de la aviación en el período postsoviético no tuvo fundamento, afirma Ígor Korotchenko:
—Se están creando importantes centros de formación de pilotos militares e ingenieros aéreos . Ya hay uno en Voronezh, dotato de todo lo necesario para la capacitación de ingenieros para la nueva aviación rusa. Es un centro excelente. De acuerdo al programa nacional de rearme, hay contratos estatal para la fabricación de mil doscientos heliicópteros nuevos y más de quinientos aviones modernos de diversa clase hasta el año 2020.
La puesta en servicio de las armas modernas es mucho más rápida que en los años noventa - principios de los dos mil, señala Ígor Korótchenko. De aquí solo algunas cifras: noventa y dos cazabombarderos Su-34, cuarenta y ocho cazas multipropósito Su-35, más de cien cazas de quinta generación...
Los aviones de quinta generación, tales como el caza T-50 que participó en el show aéreo de Zhukovski, son el futuro de la Fuerza Aérea nacional. El T-50 es un aparato único en su género, dotado de un radar capaz de detectar y clasificar objetivos a cuarocientos kilómetros de distancia, lo que demostró durante las recientes pruebas de vuelo.
Según expertos, este avión será superior al F-22, de EEUU. La aviación militar rusa continúa desarrollándose de manera segura y exitosa.