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LA TORMENTA ISACC CASTIGÓ DE HAMBRE Y FRÍO A MILES DE PERSONAS EN BARAHONA
Las lluvias y fuertes ráfagas de vientos que acompañaron a la tormenta Isacc en su paso por el país, paralizaron todas las actividades en Barahona, inundaron amplias zonas agrícolas, derribaron miles de matas de plátanos y guineo, así como árboles variados, destecharon viviendas, dejaron sin luz, internet y servicio telefónico a la población. El transporte de pasajeros, incluyendo el motoconcho, fue nulo. Pero esto no fue absolutamente nada en comparación con el hambre que por muchas horas padeció una gran cantidad de hombres y mujeres "Chiriperos" junto a sus hijos, porque todo en la calle estaba paralizado. Mucha de esta pobre gente tocó puertas de funcionarios gubernamentales y municipales buscando algo de comer, sin resultado alguno. Sepan todos que en estos casos no basta conque una institución regale cien o doscientos platos con comida cocida a grupos de hambrientos. Estos infelices también soportaron en carne viva la embestida de la lluvia de Isacc, al penetrar el agua por los techos y cobijas de sus destartaladas casuchas, construidas de tablas viejas y techadas con pencas de matas de coco. No sabemos que pensaba esa pobre gente en esos momentos de hambre y de frío. Lo que si sabemos es que no comieron alimento alguno, ni tampoco durmieron durante todo el tiempo que duró la lluvia provocada por el fenómeno atmosférico.
Las lluvias y fuertes ráfagas de vientos que acompañaron a la tormenta Isacc en su paso por el país, paralizaron todas las actividades en Barahona, inundaron amplias zonas agrícolas, derribaron miles de matas de plátanos y guineo, así como árboles variados, destecharon viviendas, dejaron sin luz, internet y servicio telefónico a la población. El transporte de pasajeros, incluyendo el motoconcho, fue nulo. Pero esto no fue absolutamente nada en comparación con el hambre que por muchas horas padeció una gran cantidad de hombres y mujeres "Chiriperos" junto a sus hijos, porque todo en la calle estaba paralizado. Mucha de esta pobre gente tocó puertas de funcionarios gubernamentales y municipales buscando algo de comer, sin resultado alguno. Sepan todos que en estos casos no basta conque una institución regale cien o doscientos platos con comida cocida a grupos de hambrientos. Estos infelices también soportaron en carne viva la embestida de la lluvia de Isacc, al penetrar el agua por los techos y cobijas de sus destartaladas casuchas, construidas de tablas viejas y techadas con pencas de matas de coco. No sabemos que pensaba esa pobre gente en esos momentos de hambre y de frío. Lo que si sabemos es que no comieron alimento alguno, ni tampoco durmieron durante todo el tiempo que duró la lluvia provocada por el fenómeno atmosférico.