El "profeta" de la secta rusa que mantenía bajo tierra a sus seguidores
El líder de la secta de 83 años de edad, Faisrajman Satarov, mantenía encerrados a sus seguidores amenazándolos con la llegada del fin del mundo
Islam, Rusia, Tatarstán, Sectas, Fairsrajman Satarov
Moscú (DPA). Los 70 miembros de una secta en Rusia vivían sin contacto con el mundo exterior a las afueras de Kazán, capital de la república federada rusa de Tartaristán. Una casualidad hizo que las autoridades se toparan con un gran búnker subterráneo, donde vivían sin luz ni electricidad. Entre ellos había más de 20 niños.
El fundador, se declara a sí mismo como un “profeta” en contradicción con los principios del Islam, según declaraciones de la fiscal adjunta de Kazán, Irina Petroca.
De acuerdo a los medios, Satarov tuvo su primera visión en 1964 y se autocalificó profeta a fines de los años 80. En 1996 compró un recinto de unos 700 metros cuadrados a las afueras de Kazán.
La vivienda de la secta tenía una fuente de agua propia e incluso un dispensador de combustible. Las mujeres dieron a luz a sus hijos en este complejo y las clases las impartía el propio “profeta” Satarov.
“SOY UN SERVIDOR DE SATÁN”
En una entrevista que dio en 2008 al diario Komsomolskaya Pravda, Satarovseñaló que se había peleado con otros clérigos y autoridades en la era comunista, cuando la KGB lo envió a naciones musulmanas con historias acerca de la libertad de religión en la oficialmente atea Unión Soviética.
“Así es como me hice siervo de Satán, un traidor”, fue citado Satarov. “Cuando entendí eso, me arrepentí y empecé a predicar”, señaló el diario The Guardian.
De acuerdo con expertos, el boom de las sectas tras la caída de la Unión Soviética hace 20 años se debe a que muchas personas carecen de perspectivas. Estas sectas llenaron el vacío ideológico.
SUS SEGUIDORES
“Para los denominados ‘faisrachmanistas’ cualquiera que no vive según el Corán es un enemigo”, dijo un portavoz del gobierno en la república federada de Tartaristán en declaraciones al diario “Kommersant”.
“La comunidad tenía su propia jerarquía”, agregó. Las clases las daba el “profeta” personalmente y algunas madres incluso llegaron a dar a luz bajo tierra. Las tumbas estaban escondidas.
Los menores que fueron rescatados acudirán a orfanatos. Mientras tanto, sus padres, quienes han sido acusados por abuso de menores, han amenazado con el apocalipsis si no se los devuelven.
Además, han anunciado que opondrán resistencia contra la demolición de la vivienda de su “profeta”, construida de forma ilegal.
“Vendrán con excavadoras y armas de fuego, pero tendrán que demoler esta casa sobre nuestros cadáveres”, señaló el miembro de la secta Gumer Ganiyev al canal de televisión Vesti. Medios locales afirman que Satarov lo ha nombrado como su representante.
Puedes mirar aquí el video que difundió la cadena de televisión rusa Vesti en una entrevista con Faisrajman Satarov.
Islam, Rusia, Tatarstán, Sectas, Fairsrajman Satarov
Moscú (DPA). Los 70 miembros de una secta en Rusia vivían sin contacto con el mundo exterior a las afueras de Kazán, capital de la república federada rusa de Tartaristán. Una casualidad hizo que las autoridades se toparan con un gran búnker subterráneo, donde vivían sin luz ni electricidad. Entre ellos había más de 20 niños.
El fundador, se declara a sí mismo como un “profeta” en contradicción con los principios del Islam, según declaraciones de la fiscal adjunta de Kazán, Irina Petroca.
De acuerdo a los medios, Satarov tuvo su primera visión en 1964 y se autocalificó profeta a fines de los años 80. En 1996 compró un recinto de unos 700 metros cuadrados a las afueras de Kazán.
La vivienda de la secta tenía una fuente de agua propia e incluso un dispensador de combustible. Las mujeres dieron a luz a sus hijos en este complejo y las clases las impartía el propio “profeta” Satarov.
“SOY UN SERVIDOR DE SATÁN”
En una entrevista que dio en 2008 al diario Komsomolskaya Pravda, Satarovseñaló que se había peleado con otros clérigos y autoridades en la era comunista, cuando la KGB lo envió a naciones musulmanas con historias acerca de la libertad de religión en la oficialmente atea Unión Soviética.
“Así es como me hice siervo de Satán, un traidor”, fue citado Satarov. “Cuando entendí eso, me arrepentí y empecé a predicar”, señaló el diario The Guardian.
De acuerdo con expertos, el boom de las sectas tras la caída de la Unión Soviética hace 20 años se debe a que muchas personas carecen de perspectivas. Estas sectas llenaron el vacío ideológico.
SUS SEGUIDORES
“Para los denominados ‘faisrachmanistas’ cualquiera que no vive según el Corán es un enemigo”, dijo un portavoz del gobierno en la república federada de Tartaristán en declaraciones al diario “Kommersant”.
“La comunidad tenía su propia jerarquía”, agregó. Las clases las daba el “profeta” personalmente y algunas madres incluso llegaron a dar a luz bajo tierra. Las tumbas estaban escondidas.
Los menores que fueron rescatados acudirán a orfanatos. Mientras tanto, sus padres, quienes han sido acusados por abuso de menores, han amenazado con el apocalipsis si no se los devuelven.
Además, han anunciado que opondrán resistencia contra la demolición de la vivienda de su “profeta”, construida de forma ilegal.
“Vendrán con excavadoras y armas de fuego, pero tendrán que demoler esta casa sobre nuestros cadáveres”, señaló el miembro de la secta Gumer Ganiyev al canal de televisión Vesti. Medios locales afirman que Satarov lo ha nombrado como su representante.
Puedes mirar aquí el video que difundió la cadena de televisión rusa Vesti en una entrevista con Faisrajman Satarov.