EL PERRO HUEVERO
Por Ramón Colombo
Me extraña que Danilo ignore que es prácticamente imposible corregir la incurable conducta del perro huevero, que sólo se controla en una jaula. No hay forma de dejar mal puesto un huevo, que el perro huevero no se coma. No hay manera de esconder un nido de gallina que el perro huevero no descubra. No bastan reprimendas ni palos por la cabeza: ese perro será huevero aunque le quemen el hocico. Tanto así que, a pesar de comisiones, leyes, cámaras de cuentos, deprecos e inútiles pactos éticos, ahí están (acéchenlos): los mismos perros.
Me extraña que Danilo ignore que es prácticamente imposible corregir la incurable conducta del perro huevero, que sólo se controla en una jaula. No hay forma de dejar mal puesto un huevo, que el perro huevero no se coma. No hay manera de esconder un nido de gallina que el perro huevero no descubra. No bastan reprimendas ni palos por la cabeza: ese perro será huevero aunque le quemen el hocico. Tanto así que, a pesar de comisiones, leyes, cámaras de cuentos, deprecos e inútiles pactos éticos, ahí están (acéchenlos): los mismos perros.