Tiempo Para el Alma
“El que persevere hasta el final se salvará”. Mt. 10: 22.
Por: Josefina Navarro
Cuando reconocemos la existencia de Dios y aceptamos a Jesús como nuestro salvador, asumimos una responsabilidad que se profundiza en la medida en que nos comprometemos con el cristianismo. “¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?” (Eclesiástico 2. 14) ¿No somos acaso discípulos, seguidores de Jesús? Sufriendo la inminencia de su muerte, El decía a sus discípulos: “velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mt. 26. 41). El desgano, la debilidad ante la tentación, la intención de negación pueden venir en algún momento, pero cuando somos débiles debemos hacernos fuertes y recordar el compromiso, para decir satisfechos como Pablo: “El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas”, y nos dejamos levantar por Él.
Por: Josefina Navarro
Cuando reconocemos la existencia de Dios y aceptamos a Jesús como nuestro salvador, asumimos una responsabilidad que se profundiza en la medida en que nos comprometemos con el cristianismo. “¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?” (Eclesiástico 2. 14) ¿No somos acaso discípulos, seguidores de Jesús? Sufriendo la inminencia de su muerte, El decía a sus discípulos: “velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mt. 26. 41). El desgano, la debilidad ante la tentación, la intención de negación pueden venir en algún momento, pero cuando somos débiles debemos hacernos fuertes y recordar el compromiso, para decir satisfechos como Pablo: “El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas”, y nos dejamos levantar por Él.