¿Quién escribió la Biblia? (...y 2)


Por: Pedro Conde Sturla

Richard Elliot Firedman. (FOTO: Richard Elliot Firedman. Fuente Externa)

[He aquí la segunda parte de la entrevista de Laura Sheahen a Richard Elliot Friedman sobre los cinco primeros libros de la Biblia y los interesantes razonamientos en torno a las diferentes fuentes que les dan origen y su unificación en un solo cuerpo que constituye, como se dijo anteriormente, toda una hazaña literaria. Lo que podríamos llamar el nacimiento de la literatura cubista, una escritura poliédrica de varias facetas, en las que algunas historias se repiten o se contradicen, y en ocasiones se niegan.

El unificador de esas versiones -dice Friedman- “armó todo sin casi eliminar una palabra. Es un logro sin parangón en toda la historia de las ediciones literarias, uno de los logros más grandes jamás alcanzados por persona alguna. Lo armó todo tan bien que su trabajo no es solo satisfactorio, sino amado: es el libro más exitoso, más poderoso en el mundo desde hace 2,500 años, cuando él lo hizo”. Véanse ahora los detalles. (PCS)].

¿Cómo así se relacionan estas fuentes con las diferentes historias de la creación que se lee en Génesis?

La historia de la creación de J se enfoca mucho en la Tierra, y comienza en Génesis 2:4 con “el día que Yahweh hizo la tierra y los cielos”. La versión de P, sin embargo, que en la actualidad, en la Biblia ya editada, se halla en Génesis 1, dice “en el inicio Dios creó los cielos y la tierra”. Es más como si desde el cielo se mirara hacia abajo. La historia de la creación más antigua, por el contrario, es como si se mirara a la creación desde la tierra hacia arriba. En la historia de la creación de J, no hay mención a la creación del sol, la luna, las estrellas, mientras la versión sacerdotal P, comienza con la creación de la luz, del firmamento, con la ubicación del sol y la luna en el cielo, los mares... es más un cuadro universal.

¿Qué otras diferencias hay entre las fuentes más antiguas y las más nuevas?

En Éxodo 17, cuando Moisés golpea la roca en Meribá. En la versión de E sobre esa historia, la gente está sedienta, y Dios le dice a Moisés que se ponga de pie sobre un peñasco en Horeb, al pie del Sinaí, y que golpee y que el agua brotará. Él lo hace así, y dice que en ese momento Dios está de pie en el peñasco. El agua fluye y Moisés ha hecho algo bueno.

En la versión sacerdotal (P), que es más favorable a Aarón que a Moisés, esta historia está en Números 20. Ahí, Dios le dice a Moisés “Habla a la roca”. En lugar de ello Moisés golpea la roca y le dice a la gente “Sacaremos agua de la roca para ustedes”, cuando presumiblemente debería haber dicho “Si Dios les sacara agua de la roca”, y éste es considerado el mayor pecado en la vida de Moisés.

¿El pecado que lo mantiene fuera de la Tierra Prometida?

Sí. Y a Aarón también, quien sufre por el pecado de Moisés en la versión sacerdotal P. O sea, ambas cuentan la historia, pero desde perspectivas diferentes.

Usted mencionó a Dios de pie en el peñasco. En su libro menciona que los antropomorfismos son una manera de diferenciar a las fuentes; algunas fuentes no los usan.

J y E tienen bastante de eso: Dios está de pie sobre la roca, Dios camina en el jardín del Edén y en J Dios hace las ropas de Adán y Eva, Dios personalmente cierra el arca en J. Hay ángeles en J y en E, pero no en P.

¿Por qué no hay ángeles en P?

Para P, no debe haber ningún intermediario entre Dios y los humanos salvo los sacerdotes.

La palabra profeta nunca aparece en P, excepto una vez, cuando se refiere figurativamente al mismo Aarón. No hay profetas, jueces, ningún ángel, animales que hablen ni sueños. Por otro lado, en J y en E está la famosa historia de Jacob soñando con la escalera, y la de José interpretando los sueños del Faraón así como sus propios sueños. De modo que hay un sentimiento diferente en la fuente sacerdotal. En la fuente sacerdotal, el camino hacia Dios consiste en llevarle un sacrificio al sacerdote.

Usted tradujo las fuentes en el orden en que fueron escritas. ¿Cómo fue eso?

Tomo a los autores como personas, como cuando uno, al leer, se siente en contacto con sus autores favoritos. Cuando se lee a cada uno en orden, uno siente la belleza de cada uno de ellos. Es como ver esas películas en cámara lenta que muestran cómo se abre una flor. Uno ve a la Biblia convirtiéndose en la Biblia.

¿Cuál es la más fuerte evidencia en favor de su hipótesis de las fuentes múltiples?

Para mí, se trata de un empate de dos cosas: la evidencia lingüística; el hebreo de diferentes períodos diferencia a las fuentes. Se ciñe a la idea que tenemos acerca de cuándo se escribió cada fuente. Es casi como la matemática: los prejuicios personales del erudito bíblico no tienen mucho espacio. En la mayoría de los casos se trata de evidencias de mucha claridad.

La otra cosa importante es la convergencia de tantas líneas de evidencia. No se trata de que haya historias dobles, puesto que podríamos decir que esa fue la intención del autor. Y no es solamente que a Dios se lo nombre como “Dios” en algunos capítulos y como “Yahweh” en otros, puesto que obviamente nos podemos referir a las personas a veces por su nombre y a veces por su profesión, por ejemplo.

De lo que se trata es que cuando uno separa las diferentes fuentes, el otro (término para) Dios siempre está ubicado en el lugar que se espera. Las diferentes palabras usadas para designar a Dios ocurren en los cinco libros de Moisés cerca de 2,000 veces, y el número de excepciones donde se encuentra “Yahweh” donde debería haber dicho “Dios”, es de 3.

Usted dijo antes que el editor de J y de E hizo el “segundo más brillante trabajo de edición” en la historia de la Torá. ¿Cuál fue el más grande de ellos?

Se tiene J y E, por un lado, y P como una alternativa, y otra fuente llamada D (virtualmente todo el libro Deuteronomio), que fue escrita por una persona diferente. Entonces vino alguien, alrededor del año 450 AC , el redactor de toda la cosa, quien probablemente es Ezra, como sostuve en el pasado. Él, “R”, aparece y lo arma todo

. Cuando uno lee individualmente J o E, parecen historias continuas. Si se lee P solamente, también aparece casi como una historia continua, con muy pocas interrupciones. Lo cual significa que esta última persona, este redactor a quien llamamos R...

¿Tuvo que unir tres cosas que, cada una por su cuenta, ya funcionaban de por sí bien?

Cierto. Él armó todo sin casi eliminar una palabra. Es un logro sin parangón en toda la historia de las ediciones literarias, uno de los logros más grandes jamás alcanzados por persona alguna. Lo armó todo tan bien que su trabajo no es solo satisfactorio sino amado: es el libro más exitoso, más poderoso en el mundo desde hace 2,500 años, cuando él lo hizo.

La ironía es que él tomó el libro ya unido J E, luego P, que fue escrito deliberadamente como una alternativa a J E, y los unió y los hizo funcionar muy bien. Además del hecho de que se trate de la Biblia, es un tremendo logro humano, de acuerdo a todo estándar.

Usted dice que la Biblia es más que la suma de sus partes.

Cuando uno ve que la Biblia se formó de esta manera, se añade un estrato de profundidad a la apreciación de este libro. El todo es más que la suma de sus partes. Veamos un ejemplo. En Génesis 1, Dios crea a los humanos según la imagen divina. Por lo menos, esto significa que los humanos participamos de lo divino de una manera desconocida para un gato. Luego, en Génesis 3, cuando la serpiente está intentando que los humanos coman del árbol, la serpiente usa esa idea. Sus palabras son: “Si ustedes comen de ese árbol, serán como Dios”, lo cual es presumiblemente una frase que no funcionaría con un gato, porque un gato no aspira a ser Dios.

Entonces, uno dice, “alto, Génesis capítulo 1 -la creación según la imagen de Dios- es la fuente sacerdotal P, y la serpiente que habla a Adán y Eva es J, (una fuente anterior a P)”. Así, ninguno de esos autores tuvo la intención de que la Biblia final mostrara eso, y no se puede decir tampoco que el redactor tuviera la intención de que eso sucediera, porque él está incluyendo J y P completos, uniéndolos de la mejor manera que puede. Así, en un sentido muy real, la Biblia se vuelve aún más grande que no solo cada uno de sus autores, sino que es más grande que todos ellos juntos.

Esa es una clase de inspiración divina, en cierto sentido.

Un fundamentalista podría ver eso y decir, he ahí, claro, ahí está. Y algunos de mis estudiantes más religiosos han dicho eso. Cuando se lee la Biblia de este modo, se la ve no solo como el genio de una persona a la vez, sino como el genio de toda una comunidad por casi 1,000 años.

(Fin de la entrevista).
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