Ladrar por encargo: como lectura del domingo
Por: Alejandro Santana
En una ocasión, le escuché decir a Hipólito Mejía, que no se debía responder al perro que ladraba, porque lo han mandado, que se debe buscar al amo para reclamarle.
Lo dijo porque alguien dijo algo de él que alguien le dijo que dijera y entendió que debía esperar que el amo sacara la cabeza para entonces enfrentarlo.
Hay personas de tan baja estatura intelectual y moral que no saben enfrentar con altura a alguien con quien han tenido algún problema, y su falta de capacidad solo le aconseja mandar a alguien que haga el trabajo sucio.
Esa falta de responsabilidad de uno y esa estupidez del otro, creíamos erradicada con la muerte del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Pero que equivocados estábamos, al creernos que la irresponsabilidad y estupidez son cosas de un parodiado, pues son cosas de la falta de capacidad y cobardía de quienes no aceptan que alguien en un momento dado sea el elegido.
Las debilidades del ser humano, son peligrosas porque cuando se ven acorralados reaccionan como cualquier animal irracional.
En un ser irracional como el animal son manifestaciones naturales, pero en un ser humano son muy peligrosas y si son cobardes mas, pues buscan a otro de muy poco cerebro para que actúen por él.
Es posible que se entienda que hago referencia a nadie, pero no es así, tengo sobradas razones para hacerlo de ese modo como advertencia del peligro en que se encuentran el perro y su amo.
Y es que estamos preparados para colocarle el bozal al perro, y preparados para llevar a la justicia al amo que lo manda a ladrar y el ladra sin más ni menos.
Para edificación, no solo se mata por encargo, también se dicen cosas contra alguien porque alguien encarga para que se digan y eso es muy peligroso.
Porque deja ver la falta de valentía de uno y el grado de estupidez del otro.
Todo lo dicho, sería como un traje hecho sin medidas especificas, pero se lo pondrá, quien entienda que le sirve, si a usted no le sirve, pues léalo y déjelo pasar, que no es con usted, es contra el amo y el perro ladrón.
En una ocasión, le escuché decir a Hipólito Mejía, que no se debía responder al perro que ladraba, porque lo han mandado, que se debe buscar al amo para reclamarle.
Lo dijo porque alguien dijo algo de él que alguien le dijo que dijera y entendió que debía esperar que el amo sacara la cabeza para entonces enfrentarlo.
Hay personas de tan baja estatura intelectual y moral que no saben enfrentar con altura a alguien con quien han tenido algún problema, y su falta de capacidad solo le aconseja mandar a alguien que haga el trabajo sucio.
Esa falta de responsabilidad de uno y esa estupidez del otro, creíamos erradicada con la muerte del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Pero que equivocados estábamos, al creernos que la irresponsabilidad y estupidez son cosas de un parodiado, pues son cosas de la falta de capacidad y cobardía de quienes no aceptan que alguien en un momento dado sea el elegido.
Las debilidades del ser humano, son peligrosas porque cuando se ven acorralados reaccionan como cualquier animal irracional.
En un ser irracional como el animal son manifestaciones naturales, pero en un ser humano son muy peligrosas y si son cobardes mas, pues buscan a otro de muy poco cerebro para que actúen por él.
Es posible que se entienda que hago referencia a nadie, pero no es así, tengo sobradas razones para hacerlo de ese modo como advertencia del peligro en que se encuentran el perro y su amo.
Y es que estamos preparados para colocarle el bozal al perro, y preparados para llevar a la justicia al amo que lo manda a ladrar y el ladra sin más ni menos.
Para edificación, no solo se mata por encargo, también se dicen cosas contra alguien porque alguien encarga para que se digan y eso es muy peligroso.
Porque deja ver la falta de valentía de uno y el grado de estupidez del otro.
Todo lo dicho, sería como un traje hecho sin medidas especificas, pero se lo pondrá, quien entienda que le sirve, si a usted no le sirve, pues léalo y déjelo pasar, que no es con usted, es contra el amo y el perro ladrón.