ESTE DIO EN EL CLAVO: Moya Pons dice crecen élites muy ricas y se mantienen los pobres
Afirma hay crecimiento económico, pero también mucha pobreza
Moya Pons habla de los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas.
El historiador y presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Frank Moya Pons, sostuvo que el país ha experimentado un gran crecimiento económico y demográfico en los últimos 50 años, sin embargo, el Estado ni la misma sociedad han podido producir los recursos necesarios para cubrir la deuda social que ha generado ese tránsito, en lo que tiene que ver con educación, salud y los servicios públicos que demanda.
Dijo que la sociedad dominicana va avanzando hacia un modelo de desarrollo social, tomando en cuenta las diferencias de tamaño, similar a la de México y la India, que son colectivos con élites muy ricas, modernas e internacionalizadas, economías productivas y con amplias clases medias, pero que están produciendo pobres con una velocidad tan alta que el Estado no puede satisfacer las necesidades de esa población.
“Ésta ha sido una revolución capitalista que ha ido dejando detrás de sí una serie de deudas sociales, deudas ambientales, de salud y educación, que hoy la sociedad dominicana tendrá que ver cómo se organiza para recuperar el tiempo perdido y pagar esa deuda”, sostuvo Moya Pons, al ser entrevistado por el director de Multimedios del Caribe, Osvaldo Santana, y el subdirector de elCaribe, Esteban Delgado, en el marco del Almuerzo Semanal. Resaltó que el país ha crecido enormemente en los últimos 50 años y durante este tránsito, también han habido costos muy altos y algunos beneficios.
Dijo que producto del crecimiento demográfico y la insuficiencia e ineficiencia del Estado para las necesidades de la población, han surgido una gran cantidad de entidades, entre ellas el Instituto de la Piel, Centro de Rehabilitación, Instituto de Ayuda al Ciego, Instituto de Ayuda al Sordo, Instituto de la Diabetes y otras fundaciones e instituciones privadas, que están cubriendo servicios que debería ofrecer el Gobierno, siendo éstas unas de las grandes deudas acumuladas de esa revolución capitalista.
Indicó que el primer cambio de este tránsito fue la revolución demográfica. En 1920, el país tenía menos de 1 millón de habitantes, sin embargo, República Dominicana, junto a Costa Rica, fue uno de los países de mayor crecimiento poblacional del planeta en los años 1930 a 1950, duplicando su población cada 20 años. El historiador explicó que los problemas que confronta la sociedad dominicana son propios del crecimiento acelerado, argumentando que éste no es el único conglomerado que está pasando por esa situación.
Citó, por ejemplo, sociedades con enormes territorios como México, Brasil y algunas sociedades asiáticas, que han tenido un gran desarrollo, pero con una masa de pobres cada vez más creciente y con gran desigualdad social.
Al preguntarle qué se puede hacer para controlar esa situación, Moya Pons respondió: “Tratar de hacer lo que se ha querido hacer durante tantos años, aunque de manera imperfecta”, tras precisar que cada una de las administraciones gubernamentales que ha tenido el país, desde la muerte de Trujillo a la fecha, ha hecho lo mejor que ha podido con la dotación de recursos disponibles.
“Por eso, justamente, la economía del país ha crecido tanto, los ingresos se han distribuido mucho más de lo que estaban hace 50 y 70 años, y ciertamente una fórmula única, no la hay”.
Explicó que todavía la República Dominicana está en tránsito de una sociedad campesina, con economía rural basada en unos cuantos productos agrarios: azúcar, café, cacao y tabaco, a una sociedad urbana de servicios, que descansa su economía en otras actividades.
Crecimiento desigual
El escritor explicó que para hacer comparaciones sobre el crecimiento y los cambios en los modelos económicos, siempre se debe tener en cuenta la base demográfica, porque una economía que crece más lenta que su población no puede abastecerla con los alimentos que demanda ni con los servicios que necesita, sin importar el tipo de organización política que tenga.
Es por eso- dijo- que cuando se habla de crecimiento económico, siempre se compara de manera paralela con el crecimiento demográfico, para determinar si se tiene una mayor demanda de recursos económicos, por el hecho de tener más población.
Continuidad política
Al referirse al actual período de transición política, Moya Pons afirmó que en el país habrá continuidad y cambios, ya que se trata de una misma organización que ha trazado políticas sociales y económicas del Estado, que probablemente continúen. Sostuvo que hay una nueva voluntad política en el Poder Ejecutivo, hay personalidades diferentes: una que va a salir y otra que va a entrar y que tendrá función propia de cómo operará. Recordó que ese caso también ocurrió en 1982, cuando hubo una transición política de partido a partido y hubo continuidad y cambios.
Favoreció los períodos de gobiernos continuos, por entender que los años de mayor crecimiento económico de los más de cien años de vida republicana, han coincidido con largos períodos políticos, independientemente de que se trate de una tiranía, dictadura o lo que sea. Citó los casos de Lilís, durante la ocupación militar americana, incluso el gobierno de seis años de Ramón Cáceres, luego los 30 años de Trujillo, los 12 y 10 años de Balaguer, y en la actualidad, donde hay un crecimiento económico sostenido, si se comparan las cifras de 1993 a la fecha.
Analiza el impacto de la inmigración haitiana
A juicio del historiador, la inmigración haitiana en el territorio dominicano es algo que debe ser analizado con preocupación, ya que el país está importando pobres y pobreza, que a largo plazo el Estado no podrá mantener.
Indicó que hay economistas que defienden la importación de mano de obra haitiana, porque según ellos, favorece la economía porque mantiene bajo los costos de producción; otros afirman que se deprimen los salarios, porque no permite que los dominicanos mitiguen la pobreza o salgan de ella. “Pero hay algo más, hay quienes observan con gran preocupación, que si bien la importación de mano de obra barata puede estimular el crecimiento económico, en el mediano y largo plazo, esos pobres se van a quedar en el país y el Estado va a tener que darles servicios y eso va a implicar costos que la sociedad asumiría si no incurre en esa inmigración. El país está importando pobres y pobreza”, refirió Moya Pons.
Critica falta de apoyo a la Academia de la Historia
Como presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Moya Pons se quejó de la falta de apoyo del Gobierno para sacar a flote los proyectos en que trabajan. Dijo que reciben recursos cuando el Estado se recuerda que la academia existe, con el agravante de que nunca los envían completos, pues de las 12 mensualidades que deben recibir sólo se les entregan cuatro.
Por otro lado, explicó que se encuentran inmersos en la conclusión de varias obras, entre las que citó la terminación de doce obras, una bibliografía general de la historia dominicana, en tres volúmenes de más de mil páginas cada una, dos obras sobre los orígenes de la agricultura en la isla y la agricultura europea, y otra sobre los orígenes de la ganadería.
Una historia social de la bachata, escrita por una historiadora norteamericana, así como la traducción de una historia paralela de Nueva York y Santo Domingo, a través de la migración. En cuanto a sus proyectos particulares, indicó que trabaja en la bibliografía nacional, en la cual tiene 50 años preparando, y unos cuantos libros que concluirá cuando deje la academia.
Moya Pons habla de los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas.
El historiador y presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Frank Moya Pons, sostuvo que el país ha experimentado un gran crecimiento económico y demográfico en los últimos 50 años, sin embargo, el Estado ni la misma sociedad han podido producir los recursos necesarios para cubrir la deuda social que ha generado ese tránsito, en lo que tiene que ver con educación, salud y los servicios públicos que demanda.
Dijo que la sociedad dominicana va avanzando hacia un modelo de desarrollo social, tomando en cuenta las diferencias de tamaño, similar a la de México y la India, que son colectivos con élites muy ricas, modernas e internacionalizadas, economías productivas y con amplias clases medias, pero que están produciendo pobres con una velocidad tan alta que el Estado no puede satisfacer las necesidades de esa población.
“Ésta ha sido una revolución capitalista que ha ido dejando detrás de sí una serie de deudas sociales, deudas ambientales, de salud y educación, que hoy la sociedad dominicana tendrá que ver cómo se organiza para recuperar el tiempo perdido y pagar esa deuda”, sostuvo Moya Pons, al ser entrevistado por el director de Multimedios del Caribe, Osvaldo Santana, y el subdirector de elCaribe, Esteban Delgado, en el marco del Almuerzo Semanal. Resaltó que el país ha crecido enormemente en los últimos 50 años y durante este tránsito, también han habido costos muy altos y algunos beneficios.
Dijo que producto del crecimiento demográfico y la insuficiencia e ineficiencia del Estado para las necesidades de la población, han surgido una gran cantidad de entidades, entre ellas el Instituto de la Piel, Centro de Rehabilitación, Instituto de Ayuda al Ciego, Instituto de Ayuda al Sordo, Instituto de la Diabetes y otras fundaciones e instituciones privadas, que están cubriendo servicios que debería ofrecer el Gobierno, siendo éstas unas de las grandes deudas acumuladas de esa revolución capitalista.
Indicó que el primer cambio de este tránsito fue la revolución demográfica. En 1920, el país tenía menos de 1 millón de habitantes, sin embargo, República Dominicana, junto a Costa Rica, fue uno de los países de mayor crecimiento poblacional del planeta en los años 1930 a 1950, duplicando su población cada 20 años. El historiador explicó que los problemas que confronta la sociedad dominicana son propios del crecimiento acelerado, argumentando que éste no es el único conglomerado que está pasando por esa situación.
Citó, por ejemplo, sociedades con enormes territorios como México, Brasil y algunas sociedades asiáticas, que han tenido un gran desarrollo, pero con una masa de pobres cada vez más creciente y con gran desigualdad social.
Al preguntarle qué se puede hacer para controlar esa situación, Moya Pons respondió: “Tratar de hacer lo que se ha querido hacer durante tantos años, aunque de manera imperfecta”, tras precisar que cada una de las administraciones gubernamentales que ha tenido el país, desde la muerte de Trujillo a la fecha, ha hecho lo mejor que ha podido con la dotación de recursos disponibles.
“Por eso, justamente, la economía del país ha crecido tanto, los ingresos se han distribuido mucho más de lo que estaban hace 50 y 70 años, y ciertamente una fórmula única, no la hay”.
Explicó que todavía la República Dominicana está en tránsito de una sociedad campesina, con economía rural basada en unos cuantos productos agrarios: azúcar, café, cacao y tabaco, a una sociedad urbana de servicios, que descansa su economía en otras actividades.
Crecimiento desigual
El escritor explicó que para hacer comparaciones sobre el crecimiento y los cambios en los modelos económicos, siempre se debe tener en cuenta la base demográfica, porque una economía que crece más lenta que su población no puede abastecerla con los alimentos que demanda ni con los servicios que necesita, sin importar el tipo de organización política que tenga.
Es por eso- dijo- que cuando se habla de crecimiento económico, siempre se compara de manera paralela con el crecimiento demográfico, para determinar si se tiene una mayor demanda de recursos económicos, por el hecho de tener más población.
Continuidad política
Al referirse al actual período de transición política, Moya Pons afirmó que en el país habrá continuidad y cambios, ya que se trata de una misma organización que ha trazado políticas sociales y económicas del Estado, que probablemente continúen. Sostuvo que hay una nueva voluntad política en el Poder Ejecutivo, hay personalidades diferentes: una que va a salir y otra que va a entrar y que tendrá función propia de cómo operará. Recordó que ese caso también ocurrió en 1982, cuando hubo una transición política de partido a partido y hubo continuidad y cambios.
Favoreció los períodos de gobiernos continuos, por entender que los años de mayor crecimiento económico de los más de cien años de vida republicana, han coincidido con largos períodos políticos, independientemente de que se trate de una tiranía, dictadura o lo que sea. Citó los casos de Lilís, durante la ocupación militar americana, incluso el gobierno de seis años de Ramón Cáceres, luego los 30 años de Trujillo, los 12 y 10 años de Balaguer, y en la actualidad, donde hay un crecimiento económico sostenido, si se comparan las cifras de 1993 a la fecha.
Analiza el impacto de la inmigración haitiana
A juicio del historiador, la inmigración haitiana en el territorio dominicano es algo que debe ser analizado con preocupación, ya que el país está importando pobres y pobreza, que a largo plazo el Estado no podrá mantener.
Indicó que hay economistas que defienden la importación de mano de obra haitiana, porque según ellos, favorece la economía porque mantiene bajo los costos de producción; otros afirman que se deprimen los salarios, porque no permite que los dominicanos mitiguen la pobreza o salgan de ella. “Pero hay algo más, hay quienes observan con gran preocupación, que si bien la importación de mano de obra barata puede estimular el crecimiento económico, en el mediano y largo plazo, esos pobres se van a quedar en el país y el Estado va a tener que darles servicios y eso va a implicar costos que la sociedad asumiría si no incurre en esa inmigración. El país está importando pobres y pobreza”, refirió Moya Pons.
Critica falta de apoyo a la Academia de la Historia
Como presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Moya Pons se quejó de la falta de apoyo del Gobierno para sacar a flote los proyectos en que trabajan. Dijo que reciben recursos cuando el Estado se recuerda que la academia existe, con el agravante de que nunca los envían completos, pues de las 12 mensualidades que deben recibir sólo se les entregan cuatro.
Por otro lado, explicó que se encuentran inmersos en la conclusión de varias obras, entre las que citó la terminación de doce obras, una bibliografía general de la historia dominicana, en tres volúmenes de más de mil páginas cada una, dos obras sobre los orígenes de la agricultura en la isla y la agricultura europea, y otra sobre los orígenes de la ganadería.
Una historia social de la bachata, escrita por una historiadora norteamericana, así como la traducción de una historia paralela de Nueva York y Santo Domingo, a través de la migración. En cuanto a sus proyectos particulares, indicó que trabaja en la bibliografía nacional, en la cual tiene 50 años preparando, y unos cuantos libros que concluirá cuando deje la academia.