“Ese hombre mató a mi papá y me maltrató sin piedad por 28 años”
“Si fuera joven y me fuera a casar no le soportaría maltratos a ningún hombre, jamás en la vida”
Aunque parezca ficción, la historia de esta mujer que sufrió el maltrato de su pareja por casi tres décadas es de la vida real y ocurrió en un lejano campo de Dajabón. Cuando Juana Cabrera (nombre ficticio) unió su vida con la de Antonio Molina (ficticio) transcurría el año 1955: ella tenía 14 años y él 21. La mujer recuerda que dos semanas después su pareja comenzó a maltratarla y por eso “nunca tuve un momento de felicidad, todo fue amargura. Me mató a mi papá, maltrató a mi mamá y me maltrató a mí y a mis hijos”.
Para la época no había ni asomos de la Ley 24-97, que previene la violencia intrafamiliar, ni la influencia que hoy ejercen los medios de comunicación. En la comunidad donde tuvo lugar el drama, los moradores recuerdan con pasar la pesadilla que vivió Juana.
¿Cuándo fue la primera vez que la golpeó?
¡Ay!, no pasaron 15 días después que me junté con él cuando ese hombre comenzó a golpearme. Yo era una muchachita de 14 años, no sabía de nada y de una vez quedé embarazada. Yo nunca tuve otro hombre en mi vida y me pude separar de él cuando tenía 50 años, después que mis 12 hijos eran grandes y me sacaron de ahí.
¿Qué fue lo peor que vivió?
Además de que mató a papá y que casi a diario me daba una pela, recuerdo que una vez puso un colmado y quería que yo lo atendiera, pero yo no sabía contar, leer ni escribir y entonces me sometió a noches sin dormir para enseñarme a contar. Y él ahí, al lado mío, con una vara, porque me daba pelas como si yo hubiese sido una niña. Son momentos, que no los puedo olvidar, pero no los quisiera recordar. También una vez, porque se me quedó la puerta entreabierta cuando me iba a cambiar, se puso bravo y me sacó para fuera desnuda y ahí me dejó casi la noche entera. Muchas veces, yo embarazada, me colocaba el cuchillo en la barriga amenazándome para matarme.
¿Por qué se quedó con él por tanto tiempo?
Le cogí miedo, yo le cogí mucho miedo a ese hombre porque me perseguía donde quiera que yo iba y no dejaba de molestarme. Una vez me fui a Montecristi en busca de salvar mi vida y allá llegó una noche borracho y cuando uno de mis hijos y mi papá salieron a defenderme le lanzó una pedrada a papá en la cabeza y así lo mató. Y por eso antes y después de eso nunca me negué a estar con él porque yo sé que me iba a poner más violento. Realmente creo que por eso no me mató a mí, porque yo no le contestaba nada, no me ponía violenta como él y no me negaba a estar con él ,aunque yo no quisiera.
¿Alguna vez atentó contra la vida de sus propios hijos?
Eso era a cada rato. De hecho cuando mis hijos me llevaron a vivir para Santiago y definitivamente logré separarme de él, un día llegó borracho a mi casa y mi hijo Roberto (ficticio) le reclamó para que dejara de hablar tan alto, y reaccionó diciendo: ¡hasta tú estás en contra mía! Entonces lo cogió por el cuello y lo atestó contra la pared y tuvo a punto de ahorcarlo. No lo mató porque mi hijo Antonio (ficticio) le dio un golpe en la cabeza y así se lo quitamos.
¿Cómo logró la separación?
Bueno, tuvimos 12 hijos, tres hembras y 9 varones; una de las muchachas se fue a vivir a San Martín y me compró una casa en Santiago y yo me fui con los otros muchachos, porque ya ellos eran grandes y me defendían de él. De eso hace ya 20 años.
¿Por qué no lo sometió a la Justicia?
Ya cuando vivíamos en Santiago, uno de mis hijos lo sometió, pero para ellos no era fácil hacer una acusación en contra de su papá. Decidimos dejarlo así y él pagó una fianza y salió.
¿Alguna vez él le pidió perdón?
Todo lo contrario, decía que era él quien tenía que perdonarnos porque le habíamos faltado. Incluso antes de que se ahorcara, hace un año y algo, vino a mi casa y me dijo que tenía que volver a estar con él. Sinceramente digo que cuando supe que murió no me dio tristeza, pero sí sentía que se fue un perverso.
¿Él le daba dinero a usted?
Yo recogía orégano para vivir. Pero en mi casa nunca se pasó hambre porque él nos daba la comida.
¿Qué le recomienda a las mujeres?
Cada vez que veo que un hombre mata una mujer, lloro y lloro porque eso me pudo pasar a mí. Cuando veo en la televisión mujeres que son maltratadas me viene a la memoria lo que viví en carne viva. Le aconsejo a las mujeres que no aguanten maltrato como yo lo hice, porque si fuera joven y me fuera a casar no le soportaría a ningún hombre. Lo hice porque en ese tiempo las mujeres vivíamos con los ojos cerrados. La mujer de hoy es diferente y puede buscar ayuda.
Consejo
Le aconsejo a las mujeres que no aguanten maltratos como yo lo hice, porque si fuera joven y me fuera a casar no le soportaría maltratos a ningún hombre”.
Tema
Nunca me negué a estar con él, aunque no quería porque sabía que me mataría y por eso no le contestaba y hacía lo que me decía callada”.
Aunque parezca ficción, la historia de esta mujer que sufrió el maltrato de su pareja por casi tres décadas es de la vida real y ocurrió en un lejano campo de Dajabón. Cuando Juana Cabrera (nombre ficticio) unió su vida con la de Antonio Molina (ficticio) transcurría el año 1955: ella tenía 14 años y él 21. La mujer recuerda que dos semanas después su pareja comenzó a maltratarla y por eso “nunca tuve un momento de felicidad, todo fue amargura. Me mató a mi papá, maltrató a mi mamá y me maltrató a mí y a mis hijos”.
Para la época no había ni asomos de la Ley 24-97, que previene la violencia intrafamiliar, ni la influencia que hoy ejercen los medios de comunicación. En la comunidad donde tuvo lugar el drama, los moradores recuerdan con pasar la pesadilla que vivió Juana.
¿Cuándo fue la primera vez que la golpeó?
¡Ay!, no pasaron 15 días después que me junté con él cuando ese hombre comenzó a golpearme. Yo era una muchachita de 14 años, no sabía de nada y de una vez quedé embarazada. Yo nunca tuve otro hombre en mi vida y me pude separar de él cuando tenía 50 años, después que mis 12 hijos eran grandes y me sacaron de ahí.
¿Qué fue lo peor que vivió?
Además de que mató a papá y que casi a diario me daba una pela, recuerdo que una vez puso un colmado y quería que yo lo atendiera, pero yo no sabía contar, leer ni escribir y entonces me sometió a noches sin dormir para enseñarme a contar. Y él ahí, al lado mío, con una vara, porque me daba pelas como si yo hubiese sido una niña. Son momentos, que no los puedo olvidar, pero no los quisiera recordar. También una vez, porque se me quedó la puerta entreabierta cuando me iba a cambiar, se puso bravo y me sacó para fuera desnuda y ahí me dejó casi la noche entera. Muchas veces, yo embarazada, me colocaba el cuchillo en la barriga amenazándome para matarme.
¿Por qué se quedó con él por tanto tiempo?
Le cogí miedo, yo le cogí mucho miedo a ese hombre porque me perseguía donde quiera que yo iba y no dejaba de molestarme. Una vez me fui a Montecristi en busca de salvar mi vida y allá llegó una noche borracho y cuando uno de mis hijos y mi papá salieron a defenderme le lanzó una pedrada a papá en la cabeza y así lo mató. Y por eso antes y después de eso nunca me negué a estar con él porque yo sé que me iba a poner más violento. Realmente creo que por eso no me mató a mí, porque yo no le contestaba nada, no me ponía violenta como él y no me negaba a estar con él ,aunque yo no quisiera.
¿Alguna vez atentó contra la vida de sus propios hijos?
Eso era a cada rato. De hecho cuando mis hijos me llevaron a vivir para Santiago y definitivamente logré separarme de él, un día llegó borracho a mi casa y mi hijo Roberto (ficticio) le reclamó para que dejara de hablar tan alto, y reaccionó diciendo: ¡hasta tú estás en contra mía! Entonces lo cogió por el cuello y lo atestó contra la pared y tuvo a punto de ahorcarlo. No lo mató porque mi hijo Antonio (ficticio) le dio un golpe en la cabeza y así se lo quitamos.
¿Cómo logró la separación?
Bueno, tuvimos 12 hijos, tres hembras y 9 varones; una de las muchachas se fue a vivir a San Martín y me compró una casa en Santiago y yo me fui con los otros muchachos, porque ya ellos eran grandes y me defendían de él. De eso hace ya 20 años.
¿Por qué no lo sometió a la Justicia?
Ya cuando vivíamos en Santiago, uno de mis hijos lo sometió, pero para ellos no era fácil hacer una acusación en contra de su papá. Decidimos dejarlo así y él pagó una fianza y salió.
¿Alguna vez él le pidió perdón?
Todo lo contrario, decía que era él quien tenía que perdonarnos porque le habíamos faltado. Incluso antes de que se ahorcara, hace un año y algo, vino a mi casa y me dijo que tenía que volver a estar con él. Sinceramente digo que cuando supe que murió no me dio tristeza, pero sí sentía que se fue un perverso.
¿Él le daba dinero a usted?
Yo recogía orégano para vivir. Pero en mi casa nunca se pasó hambre porque él nos daba la comida.
¿Qué le recomienda a las mujeres?
Cada vez que veo que un hombre mata una mujer, lloro y lloro porque eso me pudo pasar a mí. Cuando veo en la televisión mujeres que son maltratadas me viene a la memoria lo que viví en carne viva. Le aconsejo a las mujeres que no aguanten maltrato como yo lo hice, porque si fuera joven y me fuera a casar no le soportaría a ningún hombre. Lo hice porque en ese tiempo las mujeres vivíamos con los ojos cerrados. La mujer de hoy es diferente y puede buscar ayuda.
Consejo
Le aconsejo a las mujeres que no aguanten maltratos como yo lo hice, porque si fuera joven y me fuera a casar no le soportaría maltratos a ningún hombre”.
Tema
Nunca me negué a estar con él, aunque no quería porque sabía que me mataría y por eso no le contestaba y hacía lo que me decía callada”.