El terrible pasado de Andrea Rincón

Es una de las morochas más famosas del país, y es también el objeto de deseo de miles de hombres en todo el mundo. Sin embargo, tras este presente de éxito se esconde un terrible pasado de espectaculos pobreza y sufrimiento, que Andrea Rincón reveló en una entrevista con la revista Gente.

Según contó, antes de entrar a Gran Hermano y comenzar a conocer la fama, pasó muchas necesidades, a tal punto que vivió en la calle y comió de la basura.

“Viví en la calle y revolví tachos para comer; por eso valoro mucho lo que tengo. Yo pasé hambre y me bañaba en una estación de servicio para ir a la escuela“, rememoró la morocha que hoy se luce en Bailando 2012.

Esta cruda realidad comenzó a partir de que su madre la abandonó. “Cuando nos quedamos solos con mi viejo, empezamos a tener una relación malísima con él. Los dos somos muy orgullosos“, explicó.

“Un día nos peleamos y ninguno de los dos quería dar el brazo a torcer. Conclusión: me fui de casa. Hoy vivo a una cuadra de la plaza donde dormía… Nunca me pude ir del barrio, pero no por mis viejos: no puedo estar lejos de mis hermanos“, relató.

“Mi papá no tuvo mejor idea que hacer correr el rumor de que yo me había querido suicidar; así que mi vieja tuvo que aparecer. Yo a los 16 años lo había intentado, pero en ese momento no estaba en los planes… Ahora que pasó el tiempo, de a poco vamos acercando las partes”, explicó.

Además, confesó que su musa inspiradora para iniciar un camino mediático fue nada menos que Wanda Nara. “En una de las tantas peleas que tuve con mi viejo me fui a vivir a una pensión. La pasaba como el culo. No tenía guita: para comer, revolvía los tachos de McDonald’s. Un día la veo a Wanda Nara en la tele, que llega a una fábrica a hacer un strip tease para los empleados. Los negros gritaban… Estaban como locos. Y yo pensaba: ‘¡Qué patética es esta mina!’“, recuerda.

“Pero cuando sale de la fábrica sube a un Mini Cooper y dice: ‘¡Ahora les voy a mostrar mi casa!’. Y muestra un tremendo piso. Ahí me di cuenta de que tan tonta no era“, comenta Rincón, y fue ahí que resolvió cuál era su modelo a seguir.

“Me fui a la pensión, me puse en pelotas y me miré al espejo: ‘Yo soy más linda y más inteligente que esa mina‘. Pero yo tenía una bicicleta playera y vivía en una pensión, mientras que ella andaba en un Mini Cooper”, comentó.

“Algunos se ponen un negocio, en cambio yo me pongo un culo. Ese va a ser mi kiosquito. ¡Y me voy a llenar de plata!”, resolvió. Sin embargo, primero su padre la convenció de ingresar a Gran Hermano. Y el resto, es historia.
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