Borinque la Isla donde vivo
Por: Awilda Gòmez
Hace 15 años llegué a Puerto Rico, tierra de los próceres Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Luis Muñoz, Rivera, Pedro Albizu Campos, y José Campeche, quienes forjaron al precio de sus vidas la Isla del Encanto, adornadas con sus hermosas playas, gente linda, su flora, su fauna, su cultura, pero que complejo y difícil vivir hoy dìa, donde la presencia de los males sociales nos tocan a diario
En la sociedad Puertorriqueña de hoy, los hospitales públicos y los consultorios privados particulares, se mantienen repletos de gente enferma en busca de salud, unos con poder económico para hacerlo y otros sin recursos, ni para comprar la receta más económica, por los altos precios de los medicamentos o bien, porque su plan no lo cubre.
La población gira alrededor de la violencia desde los hogares hasta las calles, con los asaltos a mano armada, abusos policiales, secuestros y sin dejar de mencionar la discriminación y la xenofobia
La gente manifiesta que Borinquen, no es la cuarta parte de lo que fue hace 20 o 30 años atràs, aùn asì, los prejuicios no tendrán el poder de opacar nuestra calidad humana y de vida
En este país en que vivo, el transporte público es sinónimo de infierno y quien no tenga vehiculo propio para llegar a su destino, como dicen en mi amada República Dominicana “Se Jodio”. Los autobuses públicos tardan demasiado y cuando pasan, van tan repletos que no cabe nadie.
En esta sociedad, los políticos se viven haciendo promesas que no cumplen y los delincuentes haciendo sus fechorías, encontrando cada vez mejores oportunidades para aumentar sus patrimonios mal habidos, sin temor a la entelequia llamada justicia como tampoco a las demás estructuras llamadas poderes del Estado.
En el país en que vivo, no se puede dejar de mencionar la taza de desempleo, problema mundial, pero preocupante en la isla.
El tránsito vehicular es un caos y de los tapones, ni hablar, Dios mío, esto si que es un desorden , bocinas por doquier, gente que te sacan el dedo, te insultan con palabras comunes para ellos como ,Cabr…Hijo de la gran Pu…, con el famoso Puñe.., que caracteriza a mis queridos hermanos boricuas.
Me pregunto, ¿podrá ser Borinquen aquella isla, de hace 20 o 30 años atrás?, donde la gente era más amable, más tolerante, más humilde, donde no existían los famosos asaltos, ni secuestros, ni abusos inaceptables, en fin una isla diferente la llamada Isla del Encanto.
Pero todo no està perdido, porque los buenos puertorriqueños son la patria
Awilda Gomez
Amar a Dios sobre toda las cosas
Bendiciones muchas
Hace 15 años llegué a Puerto Rico, tierra de los próceres Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Luis Muñoz, Rivera, Pedro Albizu Campos, y José Campeche, quienes forjaron al precio de sus vidas la Isla del Encanto, adornadas con sus hermosas playas, gente linda, su flora, su fauna, su cultura, pero que complejo y difícil vivir hoy dìa, donde la presencia de los males sociales nos tocan a diario
En la sociedad Puertorriqueña de hoy, los hospitales públicos y los consultorios privados particulares, se mantienen repletos de gente enferma en busca de salud, unos con poder económico para hacerlo y otros sin recursos, ni para comprar la receta más económica, por los altos precios de los medicamentos o bien, porque su plan no lo cubre.
La población gira alrededor de la violencia desde los hogares hasta las calles, con los asaltos a mano armada, abusos policiales, secuestros y sin dejar de mencionar la discriminación y la xenofobia
La gente manifiesta que Borinquen, no es la cuarta parte de lo que fue hace 20 o 30 años atràs, aùn asì, los prejuicios no tendrán el poder de opacar nuestra calidad humana y de vida
En este país en que vivo, el transporte público es sinónimo de infierno y quien no tenga vehiculo propio para llegar a su destino, como dicen en mi amada República Dominicana “Se Jodio”. Los autobuses públicos tardan demasiado y cuando pasan, van tan repletos que no cabe nadie.
En esta sociedad, los políticos se viven haciendo promesas que no cumplen y los delincuentes haciendo sus fechorías, encontrando cada vez mejores oportunidades para aumentar sus patrimonios mal habidos, sin temor a la entelequia llamada justicia como tampoco a las demás estructuras llamadas poderes del Estado.
En el país en que vivo, no se puede dejar de mencionar la taza de desempleo, problema mundial, pero preocupante en la isla.
El tránsito vehicular es un caos y de los tapones, ni hablar, Dios mío, esto si que es un desorden , bocinas por doquier, gente que te sacan el dedo, te insultan con palabras comunes para ellos como ,Cabr…Hijo de la gran Pu…, con el famoso Puñe.., que caracteriza a mis queridos hermanos boricuas.
Me pregunto, ¿podrá ser Borinquen aquella isla, de hace 20 o 30 años atrás?, donde la gente era más amable, más tolerante, más humilde, donde no existían los famosos asaltos, ni secuestros, ni abusos inaceptables, en fin una isla diferente la llamada Isla del Encanto.
Pero todo no està perdido, porque los buenos puertorriqueños son la patria
Awilda Gomez
Amar a Dios sobre toda las cosas
Bendiciones muchas