LA CLASE POLÍTICA DOMINICANA PUEDE REIVINDICARSE
Por: Ismael Batista
Médico y Político
Para evaluar el desempeño político-social de la clase política dominicana en nuestra historia política, debemos de analizarla en el periodo posterior a 1961. Desde este año, hasta nuestros días contemporáneo, en donde no se han sucedidos cambios fundamentales, debe ser considerado un periodo de nuestra historia. . Los gobiernos de Trujillo, 30 anos, se le llama (La era de Trujillo), es también un periodo de nuestra historia. En ese lapso de tiempo, y de la forma que fuese, Rafael Leónidas Trujillo, cimento la piedra angular del Estado dominicano.
Posterior al régimen de Trujillo, la clase política dominicana, se ha desempeñado en el sistema democrático, gran oportunidad para desarrollar el Estado y templarlo de instituciones fuertes capaces de impulsar el desarrollo de la nación.
¿Cuál ha sido el comportamiento en el orden político y social de la clase política dominicana?
La clase política dominicana, en 51 años de desempeño, ha fracasado. Vulneran permanentemente los estatutos que rigen la metodología interna para elegir sus dirigentes y candidatos electorales creando el cao y el desafuero. No ha tenido la voluntad de elaborar una normativa constitucional que rija su funcionamiento, estableciendo las reglas de comportamiento electoral. Los cuestionamiento y la incredulidad en la Junta Central Electoral, es un argumento de campana electoral enarbolado por el partido opositor del momento. En consonancia, los partidos políticos y líderes, se agencian encuestas, perfilando a cada uno de los candidatos presidenciales como ganador de las elecciones en disputa, creando suspicacia en el evento más importante del sistema democrático
En el ambiente electoral se va creando incertidumbre, pavor y temor, porque se presagia que la contienda electoral puede devenir en lo peor. En medio de los rumores la dinámica del país se paraliza: los proyectos, las inversiones y otros planes se detienen. Momentáneamente el país se paraliza para reiniciar después que pasen las elecciones.
Las campanas electorales, maratónicas, en las cuales los candidatos carecen de acervos ideológicos y de agendas políticas-sociales definidas a implementar si logran alcanzar el poder político. En cambio, el clientelismo, el transfuguismo político y las alianzas electorales a expensa de los recursos del Estado, son las expresiones más relevantes del proselitismo electoral dominicano. En adicción un asistencialismo social, vergonzoso y perturbador que enajena la familia dominicana.
En un país con alto índice de pobreza, como lo es Republica Dominicana, con profundas carencias sociales se desarrollan las campanas electorales más costosas, en comparación a otros países de la región. La entidad rectora electoral nunca ha rendido al país un informe pormenorizado del costo económico de las mismas. Ni los dirigentes ni los partidos políticos han prestado interés para ello.
Ese accionar de la clase política dominicana, arroja prevalencia de la pobreza, de insalubridad, analfabetismo, deficiencia en los servicios de transporte, de salud, educación, de electricidad, agropecuaria, entre otros. El colofón, es la crisis de los partidos políticos y su dirigencia. La Republica Dominicana, estratégicamente bien ubicada para el intercambio comercial con equidad, tiene un potencial diversificado de riquezas explotables enorme, frente un pueblo trabajador que lo han convertido, sobre todo en tiempos electorales, en espectador de su drama. La clase política dominicana ha ensenado al pueblo dominicana a pedir, no a pescar. Esa conceptualización debe cesar.
Los dominicanos aspiramos un cambio, un cambio real. Los principales candidatos presidenciales del recién pasado certamen electoral se convirtieron en apologista del cambio. Como era de esperar, uno de ellos fue electo presidente de la republica: Danilo Medina. Danilo medina prometió: continuar lo que está bien, cambiar lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo. Implícitamente ahí está el cambio. Ha planteado un gobierno con la integración de las fuerzas productivas y los actores políticos. De implementarse el programa de gobierno propuesto por el candidato presidencial del P.L.D., ampliamente divulgado al país y conocido por todos los sectores, la Republica Dominicana transitaría el sendero de un nuevo periodo de su historia.
Médico y Político
Para evaluar el desempeño político-social de la clase política dominicana en nuestra historia política, debemos de analizarla en el periodo posterior a 1961. Desde este año, hasta nuestros días contemporáneo, en donde no se han sucedidos cambios fundamentales, debe ser considerado un periodo de nuestra historia. . Los gobiernos de Trujillo, 30 anos, se le llama (La era de Trujillo), es también un periodo de nuestra historia. En ese lapso de tiempo, y de la forma que fuese, Rafael Leónidas Trujillo, cimento la piedra angular del Estado dominicano.
Posterior al régimen de Trujillo, la clase política dominicana, se ha desempeñado en el sistema democrático, gran oportunidad para desarrollar el Estado y templarlo de instituciones fuertes capaces de impulsar el desarrollo de la nación.
¿Cuál ha sido el comportamiento en el orden político y social de la clase política dominicana?
La clase política dominicana, en 51 años de desempeño, ha fracasado. Vulneran permanentemente los estatutos que rigen la metodología interna para elegir sus dirigentes y candidatos electorales creando el cao y el desafuero. No ha tenido la voluntad de elaborar una normativa constitucional que rija su funcionamiento, estableciendo las reglas de comportamiento electoral. Los cuestionamiento y la incredulidad en la Junta Central Electoral, es un argumento de campana electoral enarbolado por el partido opositor del momento. En consonancia, los partidos políticos y líderes, se agencian encuestas, perfilando a cada uno de los candidatos presidenciales como ganador de las elecciones en disputa, creando suspicacia en el evento más importante del sistema democrático
En el ambiente electoral se va creando incertidumbre, pavor y temor, porque se presagia que la contienda electoral puede devenir en lo peor. En medio de los rumores la dinámica del país se paraliza: los proyectos, las inversiones y otros planes se detienen. Momentáneamente el país se paraliza para reiniciar después que pasen las elecciones.
Las campanas electorales, maratónicas, en las cuales los candidatos carecen de acervos ideológicos y de agendas políticas-sociales definidas a implementar si logran alcanzar el poder político. En cambio, el clientelismo, el transfuguismo político y las alianzas electorales a expensa de los recursos del Estado, son las expresiones más relevantes del proselitismo electoral dominicano. En adicción un asistencialismo social, vergonzoso y perturbador que enajena la familia dominicana.
En un país con alto índice de pobreza, como lo es Republica Dominicana, con profundas carencias sociales se desarrollan las campanas electorales más costosas, en comparación a otros países de la región. La entidad rectora electoral nunca ha rendido al país un informe pormenorizado del costo económico de las mismas. Ni los dirigentes ni los partidos políticos han prestado interés para ello.
Ese accionar de la clase política dominicana, arroja prevalencia de la pobreza, de insalubridad, analfabetismo, deficiencia en los servicios de transporte, de salud, educación, de electricidad, agropecuaria, entre otros. El colofón, es la crisis de los partidos políticos y su dirigencia. La Republica Dominicana, estratégicamente bien ubicada para el intercambio comercial con equidad, tiene un potencial diversificado de riquezas explotables enorme, frente un pueblo trabajador que lo han convertido, sobre todo en tiempos electorales, en espectador de su drama. La clase política dominicana ha ensenado al pueblo dominicana a pedir, no a pescar. Esa conceptualización debe cesar.
Los dominicanos aspiramos un cambio, un cambio real. Los principales candidatos presidenciales del recién pasado certamen electoral se convirtieron en apologista del cambio. Como era de esperar, uno de ellos fue electo presidente de la republica: Danilo Medina. Danilo medina prometió: continuar lo que está bien, cambiar lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo. Implícitamente ahí está el cambio. Ha planteado un gobierno con la integración de las fuerzas productivas y los actores políticos. De implementarse el programa de gobierno propuesto por el candidato presidencial del P.L.D., ampliamente divulgado al país y conocido por todos los sectores, la Republica Dominicana transitaría el sendero de un nuevo periodo de su historia.