FOTO DEL DÍA
POBRES BATEYES DEL CONSORCIO AZUCARERO CENTRAL
Comunitarios de los diferentes bateyes del iConsorcio Azucarero Central (CAC), solicitaron con urgencia la intervención del Presidente Leonel Fernández con la esperanza de que el mandatario les extienda su mano amiga, a fin de mitigar la miseria, hambre y enfermedades que están diezmando a la gente. El mandatario puede ayudar la zona con la creación de fuentes de trabajo que absorvan gran parte de la mano de obra desocupada que en su mayoría viven de echar días en fincas privadas. Esta zona casi nunca ha sido ayudada por los gobiernos de turno, pero cuando el ingenio Barahona era propiedad del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) aquí se vivió mejor hasta el 1999 cuando la empresa pasó al ser administrada por el sector privado, quienes la abandonaron a su suerte. Cuando el ingenio era propiedad del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), allí se vivía mejor porque había trabajo, se ganaba dinero y los obreros agrícolas defendían y reclamaban sus derechos laborales, a través de los sindicatos a los que pertenecían. Ahora, el que menciona la palabra sindicato, de inmediato es cancelado en caso de que sea empleado del Consorcio Azucarero Central (CAC), arrendatario del central azucarero local.
Comunitarios de los diferentes bateyes del iConsorcio Azucarero Central (CAC), solicitaron con urgencia la intervención del Presidente Leonel Fernández con la esperanza de que el mandatario les extienda su mano amiga, a fin de mitigar la miseria, hambre y enfermedades que están diezmando a la gente. El mandatario puede ayudar la zona con la creación de fuentes de trabajo que absorvan gran parte de la mano de obra desocupada que en su mayoría viven de echar días en fincas privadas. Esta zona casi nunca ha sido ayudada por los gobiernos de turno, pero cuando el ingenio Barahona era propiedad del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) aquí se vivió mejor hasta el 1999 cuando la empresa pasó al ser administrada por el sector privado, quienes la abandonaron a su suerte. Cuando el ingenio era propiedad del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), allí se vivía mejor porque había trabajo, se ganaba dinero y los obreros agrícolas defendían y reclamaban sus derechos laborales, a través de los sindicatos a los que pertenecían. Ahora, el que menciona la palabra sindicato, de inmediato es cancelado en caso de que sea empleado del Consorcio Azucarero Central (CAC), arrendatario del central azucarero local.