Deb Johnson, la mujer que se encontró un diamante de 6 mil dólares en unos pantalones de tres euros
Por: Thomas Castroviejo
Parecía una compra de lo más anodina: tres dólares y 99 centavos (3,18 euros) por unos pantalones pirata blancos. Una transacción más en una tienda de segunda mano a unos 24 kilómetros al norte de Minneapolis (Minnesota, Estados Unidos). Los compró Deb Thompson, una mujer de 53 años que pensaba que a su hija le gustaría el diseño de lentejuelas que tenían en el trasero.
Pero esta compra anodina era, en realidad, todo lo contrario: cuando Deb llegó a su casa en Ham Lake, decidió probarse ella misma los pantalones. Metió la mano en el bolsillo y descubrió que había algo: un anillo con un diamante presuntamente dejado allí por la anterior dueña de la prenda. "Lo saqué y me senté en el suelo con mi hija y su prometido", ha dicho Thompson. "Sostuve el anillo en la palma de la mano un rato, y todos lo miramos como diciendo 'Oh Dios mío".
Lo primero que hizo tras el hallazgo fue llevarlo a una joyería de St. Paul para que lo tasaran. Resultó que el anillo en cuestión estaba valorado entre 5.000 y 6.000 dólares (4.700 euros), haciendo de la compra de los pantalones una de las inversiones más rentables de la historia. Pero con esa información vino también una suposición: sería lógico deducir que se lo habría dejado olvidado en el bolsillo cuando los llevó a la tienda de segunda mano.
Y eso era algo que Deb Johnson no estaba dispuesta a permitir. "Necesito encontrar al dueño", ha declarado a una radio local. "Y me encantaría escuchar la historia de cómo llegó hasta allí".
En cuanto pronunció esas palabras en la radio local recibió una llamada: una mujer aseguraba ser la dueña legítima del anillo (los pantalones se los podía quedar, gracias). Y luego otra. Y otra. Y así hasta 30 llamadas. En lugar de eso, Deb volvió a la tienda de segunda mano, perteneciente a una gran cadena benéfica, que ha contactado por Facebook con sus allegados para encontrar al dueño. Podían haber subido una foto pero, según dice Deb, "no quiero dar muchos detalles de cómo es el anillo porque quiero que su dueño me lo pueda describir para saber si es el de verdad".
Mientras llega ese momento, a Deb le llueven los elogios por su buena conducta. Tanto en la organización como en su página de Facebook (se leen mensajes como "qué maravillosa, amable y honrada es Deb Thompson" o "da gusto oír de gente verdaderamente amable"), todos están pasmados de la madre de una hija a punto que casarse que vio un anillo y lo único en lo que pensó fue en devolverlo.
/Fuente: NY Daily News/
Parecía una compra de lo más anodina: tres dólares y 99 centavos (3,18 euros) por unos pantalones pirata blancos. Una transacción más en una tienda de segunda mano a unos 24 kilómetros al norte de Minneapolis (Minnesota, Estados Unidos). Los compró Deb Thompson, una mujer de 53 años que pensaba que a su hija le gustaría el diseño de lentejuelas que tenían en el trasero.
Pero esta compra anodina era, en realidad, todo lo contrario: cuando Deb llegó a su casa en Ham Lake, decidió probarse ella misma los pantalones. Metió la mano en el bolsillo y descubrió que había algo: un anillo con un diamante presuntamente dejado allí por la anterior dueña de la prenda. "Lo saqué y me senté en el suelo con mi hija y su prometido", ha dicho Thompson. "Sostuve el anillo en la palma de la mano un rato, y todos lo miramos como diciendo 'Oh Dios mío".
Lo primero que hizo tras el hallazgo fue llevarlo a una joyería de St. Paul para que lo tasaran. Resultó que el anillo en cuestión estaba valorado entre 5.000 y 6.000 dólares (4.700 euros), haciendo de la compra de los pantalones una de las inversiones más rentables de la historia. Pero con esa información vino también una suposición: sería lógico deducir que se lo habría dejado olvidado en el bolsillo cuando los llevó a la tienda de segunda mano.
Y eso era algo que Deb Johnson no estaba dispuesta a permitir. "Necesito encontrar al dueño", ha declarado a una radio local. "Y me encantaría escuchar la historia de cómo llegó hasta allí".
En cuanto pronunció esas palabras en la radio local recibió una llamada: una mujer aseguraba ser la dueña legítima del anillo (los pantalones se los podía quedar, gracias). Y luego otra. Y otra. Y así hasta 30 llamadas. En lugar de eso, Deb volvió a la tienda de segunda mano, perteneciente a una gran cadena benéfica, que ha contactado por Facebook con sus allegados para encontrar al dueño. Podían haber subido una foto pero, según dice Deb, "no quiero dar muchos detalles de cómo es el anillo porque quiero que su dueño me lo pueda describir para saber si es el de verdad".
Mientras llega ese momento, a Deb le llueven los elogios por su buena conducta. Tanto en la organización como en su página de Facebook (se leen mensajes como "qué maravillosa, amable y honrada es Deb Thompson" o "da gusto oír de gente verdaderamente amable"), todos están pasmados de la madre de una hija a punto que casarse que vio un anillo y lo único en lo que pensó fue en devolverlo.
/Fuente: NY Daily News/