La aventura de un extranjero manejando en Nagua
Por Max Choisy
(El Caribe )
Soy extranjero, vivo hace un año y seis meses en la buena cuidad de Nagua y me encanta. Lo único negativo es la ausencia y el no-respeto de las leyes de tránsito. Cada vez que salgo con mi carro, me siento muy nervioso.
A los semáforos, casi nadie se para en rojo. A veces los chóferes detrás de mí tocan las bocinas porque estoy esperando la luz verde y si no hay tráfico, me rebasan de cualquiera manera.
Los motores andan de cualquier lado de la calle, pasan sin mirar los semáforos, cortan la calle sin asegurarse del pasaje libre, y nadie usa casco de protección.
De noche, 60 por ciento de los carros tienen un problema de luz y 90 por ciento de los motores no tienen luz detrás y muchos andan sin nada de luz. Eso es la parte más básica de las leyes del tránsito.
¿Qué es eso? Eso me parece una cosa desconocida. Me estoy acostumbrando poco a poco, pero tengo miedo de chocar y quizás matar a un motorista. Pero soy positivo, Nagua es la cuidad de Dios.
(El Caribe )
Soy extranjero, vivo hace un año y seis meses en la buena cuidad de Nagua y me encanta. Lo único negativo es la ausencia y el no-respeto de las leyes de tránsito. Cada vez que salgo con mi carro, me siento muy nervioso.
A los semáforos, casi nadie se para en rojo. A veces los chóferes detrás de mí tocan las bocinas porque estoy esperando la luz verde y si no hay tráfico, me rebasan de cualquiera manera.
Los motores andan de cualquier lado de la calle, pasan sin mirar los semáforos, cortan la calle sin asegurarse del pasaje libre, y nadie usa casco de protección.
De noche, 60 por ciento de los carros tienen un problema de luz y 90 por ciento de los motores no tienen luz detrás y muchos andan sin nada de luz. Eso es la parte más básica de las leyes del tránsito.
¿Qué es eso? Eso me parece una cosa desconocida. Me estoy acostumbrando poco a poco, pero tengo miedo de chocar y quizás matar a un motorista. Pero soy positivo, Nagua es la cuidad de Dios.