La ausencia de sindicatos incrementa violación de los derechos de braceros en RD
La siembra y corte de la caña en el país se lleva a cabo en "condiciones de explotación", con jornadas, a veces, de doce horas durante siete días a la semana.
El Centro Bonó de Santo Domingo, regentado por la comunidad de los Jesuitas, denunció hoy las violaciones de derechos que sufren los trabajadores del sector de la caña de azúcar en la República Dominicana y exigió al Gobierno que mejore sus condiciones laborales.
"Un jornalero no puede cubrir sus necesidades mínimas con un ingreso inferior a los 129 pesos (3,30 dólares) por día", expresó en un comunicado la institución, que denunció que la siembra y corte de la caña en el país se lleva a cabo en "condiciones de explotación", con jornadas, a veces, de doce horas durante siete días a la semana.
El organismo emitió su comunicado ante la apertura de una investigación por parte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, que envió una delegación a la República Dominicana para indagar acerca de denuncias efectuadas por el sacerdote anglo-español Christopher Hartley.
El religioso está en la actualidad fuera de la República Dominicana, pero trabajó desde 1997 hasta 2006 en la parroquia de San José de los Llanos, en la oriental provincia de San Pedro de Macorís, entre los bateyes (aldeas enclavadas en medio de las plantaciones de azúcar).
El sacerdote ha realizado desde hace años denuncias sobre el trato que las grandes empresas productoras dan a los trabajadores, en su mayoría haitianos, que se dedican a cortar la caña de azúcar.
Les ha acusado de tráfico de personas, trabajo infantil, discriminación racial y falta de asistencia sanitaria, así como de explotación, fraudes y abusos laborales.
Una delegación de la Oficina de Comercio y Asuntos Laborales (OTLA, por su sigla en inglés) del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos se encarga de la visita de evaluación, prevista en el Tratado de Libre Comercio suscrito entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta, por su sigla en inglés).
El Centro Bonó, además, destacó el progresivo debilitamiento o desaparición de los sindicatos, producto de las estrategias coercitivas por parte de algunos patronos, lo que dificulta a los trabajadores "demandar el respeto de sus derechos".
El organismo, en particular, llamó la atención sobre cientos de "ancianos que dedicaron su juventud y vida a la industria azucarera y ahora sólo esperan la muerte en los bateyes, la mayoría de los cuales no cuentan con servicios de salud y agua potable".
El centro, por todo ello, propuso a las autoridades dominicanas que adopten medidas que aseguren el cumplimiento de la ley y la igualdad, el control de la situación en el sector por parte del Ministerio de Trabajo, sanciones "contra los empleadores abusivos", la concesión de pensiones a los trabajadores, la mejora de sus salarios y otras.
El Centro Bonó de Santo Domingo, regentado por la comunidad de los Jesuitas, denunció hoy las violaciones de derechos que sufren los trabajadores del sector de la caña de azúcar en la República Dominicana y exigió al Gobierno que mejore sus condiciones laborales.
"Un jornalero no puede cubrir sus necesidades mínimas con un ingreso inferior a los 129 pesos (3,30 dólares) por día", expresó en un comunicado la institución, que denunció que la siembra y corte de la caña en el país se lleva a cabo en "condiciones de explotación", con jornadas, a veces, de doce horas durante siete días a la semana.
El organismo emitió su comunicado ante la apertura de una investigación por parte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, que envió una delegación a la República Dominicana para indagar acerca de denuncias efectuadas por el sacerdote anglo-español Christopher Hartley.
El religioso está en la actualidad fuera de la República Dominicana, pero trabajó desde 1997 hasta 2006 en la parroquia de San José de los Llanos, en la oriental provincia de San Pedro de Macorís, entre los bateyes (aldeas enclavadas en medio de las plantaciones de azúcar).
El sacerdote ha realizado desde hace años denuncias sobre el trato que las grandes empresas productoras dan a los trabajadores, en su mayoría haitianos, que se dedican a cortar la caña de azúcar.
Les ha acusado de tráfico de personas, trabajo infantil, discriminación racial y falta de asistencia sanitaria, así como de explotación, fraudes y abusos laborales.
Una delegación de la Oficina de Comercio y Asuntos Laborales (OTLA, por su sigla en inglés) del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos se encarga de la visita de evaluación, prevista en el Tratado de Libre Comercio suscrito entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta, por su sigla en inglés).
El Centro Bonó, además, destacó el progresivo debilitamiento o desaparición de los sindicatos, producto de las estrategias coercitivas por parte de algunos patronos, lo que dificulta a los trabajadores "demandar el respeto de sus derechos".
El organismo, en particular, llamó la atención sobre cientos de "ancianos que dedicaron su juventud y vida a la industria azucarera y ahora sólo esperan la muerte en los bateyes, la mayoría de los cuales no cuentan con servicios de salud y agua potable".
El centro, por todo ello, propuso a las autoridades dominicanas que adopten medidas que aseguren el cumplimiento de la ley y la igualdad, el control de la situación en el sector por parte del Ministerio de Trabajo, sanciones "contra los empleadores abusivos", la concesión de pensiones a los trabajadores, la mejora de sus salarios y otras.