!!! GARDELIANOS DEL MUNDO, UNÍOS !!!

/Fuente: El Oriental/

La figura, el arte y la personalidad incomparables de CARLOS GARDEL, Máximo Cantor de Todos los Tiempos, marcó definitivamente el rumbo del gusto por lo auténticamente criollo y entrañablemente nuestro.

Pero hay una circunstancia ciertamente lamentable, nacida al mismo tiempo que la desaparición física de CG. Es, como todos lo imaginarán, la disparidad de opiniones acerca del lugar del nacimiento y la determinación de quiénes fueron sus progenitores. Gardel mismo se encargó de sembrar dudas, con sus ambiguas respuestas a requisitorias en tal sentido. Lo cierto es que se han ido delineando a través de varias décadas, dos posturas irreconciliables al respecto:

La de quienes dan por válida la identidad que el mismo Carlos Gardel declaró en vida: uruguayo, nacido en 1887 en Tacuarembó, hijo de Carlos y María Gardel, ambos fallecidos, y la de quienes defienden un testamento ológrafo donde dice llamarse Charles Romuald Gardes, nacido en 1890, hijo de Berta Gardes y de padre desconocido.

Se han volcado torrentes de tinta en defensa de una u otra tesis y, lo que es más lamentable, muchas veces en tratar de menoscabar y/o ridiculizar las opiniones del oponente. Así, estas controversias han sido llevadas con poca rectitud y respeto, han proliferado los agravios y las expresiones fuera de lugar y aún soeces. Estas actitudes nada aportan al conocimiento de la verdad, y además ofenden la memoria del Máximo.

En tal estado de cosas –aparentemente sin vuelta atrás ni reconocimiento alguno por las opiniones de los opuestos– surge a través de la ciencia médica un elemento que acabaría con las dudas para siempre: el ADN. Un método objetivo y altamente seguro. Por lo tanto, el ÚNICO camino que despejará para siempre la incógnita y las discusiones estériles, ha de ser su implementación cuanto antes.

Los presuntos descendientes de Carlos Gardel, tanto de parte de los Lasserre como de los Escayola, han declarado estar dispuestos a someterse a un examen comparativo de ADN para determinar la verdadera filiación del cantor.

Proponemos que todos los gardelianos y gardelianas del mundo, independientemente de su postura o convicción personal sobre el origen de Gardel, respalden esta solicitud de ADN. Ello será viable sólo si peticionamos con firmeza ante las autoridades pertinentes. Para ello debemos ser claros en nuestra demanda y cuantos más seamos, tanto mejor.
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