Fogaraté

El legado de la ambición

Por Ramón Colombo

La ambición desmedida de poder de Santana provocó la matazón Restauradora. La ambición de Báez llevó a otra matazón: la Guerra de los Seis Años. Y luego Lilís, el ambicioso tirano que en Moca mordió el polvo con su sangre. Y ni hablar de Trujillo el absoluto (más y más sangre). Y después Donald (nunca olvidemos la sangre de abril). Y los 12 de Balaguer...En fin, esta historia de “mesías”, “predestinados” e “imprescindibles”, con su ambición ilimitada de poder, sólo ha dejado sangre y luto. Un oscuro corolario que no debemos olvidar.
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