DÍA DE LAS MADRES
MADRE BENDITA
Tiene la frente pálida y tranquila,
una santa mirada en su pupila
y en los labios la savia del amor;
¿quién es ella, tan noble y abnegada,
que nos habla de amor en su mirada
y cual nadie nos cuida con fervor?. Es la madre, la santa, la bendita,
la que al pie de la cuna nos musita
una dulce oración;
la que todo lo aporta por su niño,
la que nos llena de inmortal cariño
y nos da el corazón. Tiene la frente pálida y hermosa
cual si fuera del Cielo alguna Diosa
llena de bendición;
ella nos da salud con un abrazo,
si sufrimos nos cura en su regazo
del más grande dolor. Es la madre, la santa, la que llora,
el verdadero llanto que devora
su pecho maternal;
la que cubre con besos nuestra frente,
la que siempre es igual. Dichosos los que vamos por la vida,
y tenemos en ella a la querida
madre abnegada que nos diera el ser.
Elevemos un canto a su grandeza,
amémosla con toda la firmeza,
que sentirá placer. Cantemos a la madre en este día;
yo que tengo a la dulce, la que es mía,
la bendigo con íntimo fervor;
los que la lloren para siempre muerta,
vayan del Cielo a la gloriosa puerta
que está cerca de Dios. ¡Benditas madres que en afán prolijo,
dieron toda la vida por el hijo
que fue su adoración...!
¡Bendita madre que tu amor me diste,
y al tenerme en tus brazos me pusiste
tu eterna bendición...!. Por... Crisanto Cuéllar Albaroa - poeta Mexicano.
MADRE
Madre, desde la lejanía de tu gloria
me llegan con frecuencia bendiciones,
e infantiles fragmentos de oraciones
que suavizan la piel de la memoria. Tu espíritu es un ave migratoria
que abandona las plácidas regiones,
para cubrir de aladas protecciones
al hijo, que tropieza con su historia. Así, como hace tiempos, de pequeño
con mis lamentos perturbé tu sueño
y lo sacrificaste todo por mi suerte; igual que cuando al mundo me trajiste:
¡bésame tiernamente si estoy triste
y arrúllame en la hora de la muerte!. Por...Fernando Botero Betancur - Poerta Colombiano.
¡MADRE MIA!
Cuando los ojos a la vida abría,
al comenzar mi terrenal carrera,
la hermosa luz que vi por vez primera
fue la luz de tus ojos, ¡madre mía!. Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,
espesas sombras hallo por doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía. Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora,
cuando a las sombras de mi noche oscura
avance ya con vacilante paso. Quiero que el sol que iluminó mi aurora
sea el mismo sol que con su lumbre pura
desvanezca las brumas de mi ocaso. Por...Rafael Escobar Roa - Poeta Colombiano
FLORES EN EL ALTAR DE MARIA (I)
¿Por qué llevas, madre mía,
flores frescas y olorosas,
tan lozanas, tan hermosas,
a la mesa del altar?
¿Es acaso que a María
con cestas de flores llenas,
con lirios, con azucenas,
la podemos agradar?. -Hija del alma, las flores
simbolizan la belleza,
la inocencia, la pureza,
de un corazón infantil;
la virtud esparce olores,
la virtud es dulce y pura,
la virtud tiene hermosura,
cual las flores en abril. Y aquella Virgen gloriosa
sin borrón, sin mancha alguna,
más radiante que la luna
en toda su plenitud,
quiere en cada alma una rosa
que conserve la fragancia,
la pureza de la infancia,
y el brillo de la virtud. ¡Oh!, si quieres agradarle
se para ella una violeta,
modesta, dulce, discreta,
llena de santa humildad;
y si quieres encontrarla
a tus clamores propicia,
aborrece la codicia,
practica la caridad. Ama a tu Madre Divina,
conságrale toda el alma;
y si quieres hallar calma
en el valle del dolor,
huella la tierra mezquina,
y alza los ojos al cielo,
que allá tienes tu modelo
en la Madre del Señor. Por...Silveria Espinosa de Rendón - Poetiza Colombiana
TEJEDORA Bordas laureles, claras contraseñas
en la mañana llena de semillas,
y crecen tus puntadas amarillas
como flores redondas y pequeñas. Dulces son tus tareas hogareñas
y los pañales, sobre tus rodillas,
son palomas ajadas y sencillas
que te anuncian el hijo con que sueñas. Tejes la vida, tejes el futuro
y tu sombra se inclina sobre el muro
como sombra de rama que florece, mientras la luz, la sangre de la aurora,
asciende por el hilo, tejedora,
y en mis ojos nocturnos amanece. Por Carlos Castro Saavedra - Poeta Colombiano.
Tiene la frente pálida y tranquila,
una santa mirada en su pupila
y en los labios la savia del amor;
¿quién es ella, tan noble y abnegada,
que nos habla de amor en su mirada
y cual nadie nos cuida con fervor?. Es la madre, la santa, la bendita,
la que al pie de la cuna nos musita
una dulce oración;
la que todo lo aporta por su niño,
la que nos llena de inmortal cariño
y nos da el corazón. Tiene la frente pálida y hermosa
cual si fuera del Cielo alguna Diosa
llena de bendición;
ella nos da salud con un abrazo,
si sufrimos nos cura en su regazo
del más grande dolor. Es la madre, la santa, la que llora,
el verdadero llanto que devora
su pecho maternal;
la que cubre con besos nuestra frente,
la que siempre es igual. Dichosos los que vamos por la vida,
y tenemos en ella a la querida
madre abnegada que nos diera el ser.
Elevemos un canto a su grandeza,
amémosla con toda la firmeza,
que sentirá placer. Cantemos a la madre en este día;
yo que tengo a la dulce, la que es mía,
la bendigo con íntimo fervor;
los que la lloren para siempre muerta,
vayan del Cielo a la gloriosa puerta
que está cerca de Dios. ¡Benditas madres que en afán prolijo,
dieron toda la vida por el hijo
que fue su adoración...!
¡Bendita madre que tu amor me diste,
y al tenerme en tus brazos me pusiste
tu eterna bendición...!. Por... Crisanto Cuéllar Albaroa - poeta Mexicano.
MADRE
Madre, desde la lejanía de tu gloria
me llegan con frecuencia bendiciones,
e infantiles fragmentos de oraciones
que suavizan la piel de la memoria. Tu espíritu es un ave migratoria
que abandona las plácidas regiones,
para cubrir de aladas protecciones
al hijo, que tropieza con su historia. Así, como hace tiempos, de pequeño
con mis lamentos perturbé tu sueño
y lo sacrificaste todo por mi suerte; igual que cuando al mundo me trajiste:
¡bésame tiernamente si estoy triste
y arrúllame en la hora de la muerte!. Por...Fernando Botero Betancur - Poerta Colombiano.
¡MADRE MIA!
Cuando los ojos a la vida abría,
al comenzar mi terrenal carrera,
la hermosa luz que vi por vez primera
fue la luz de tus ojos, ¡madre mía!. Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,
espesas sombras hallo por doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía. Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora,
cuando a las sombras de mi noche oscura
avance ya con vacilante paso. Quiero que el sol que iluminó mi aurora
sea el mismo sol que con su lumbre pura
desvanezca las brumas de mi ocaso. Por...Rafael Escobar Roa - Poeta Colombiano
FLORES EN EL ALTAR DE MARIA (I)
¿Por qué llevas, madre mía,
flores frescas y olorosas,
tan lozanas, tan hermosas,
a la mesa del altar?
¿Es acaso que a María
con cestas de flores llenas,
con lirios, con azucenas,
la podemos agradar?. -Hija del alma, las flores
simbolizan la belleza,
la inocencia, la pureza,
de un corazón infantil;
la virtud esparce olores,
la virtud es dulce y pura,
la virtud tiene hermosura,
cual las flores en abril. Y aquella Virgen gloriosa
sin borrón, sin mancha alguna,
más radiante que la luna
en toda su plenitud,
quiere en cada alma una rosa
que conserve la fragancia,
la pureza de la infancia,
y el brillo de la virtud. ¡Oh!, si quieres agradarle
se para ella una violeta,
modesta, dulce, discreta,
llena de santa humildad;
y si quieres encontrarla
a tus clamores propicia,
aborrece la codicia,
practica la caridad. Ama a tu Madre Divina,
conságrale toda el alma;
y si quieres hallar calma
en el valle del dolor,
huella la tierra mezquina,
y alza los ojos al cielo,
que allá tienes tu modelo
en la Madre del Señor. Por...Silveria Espinosa de Rendón - Poetiza Colombiana
TEJEDORA Bordas laureles, claras contraseñas
en la mañana llena de semillas,
y crecen tus puntadas amarillas
como flores redondas y pequeñas. Dulces son tus tareas hogareñas
y los pañales, sobre tus rodillas,
son palomas ajadas y sencillas
que te anuncian el hijo con que sueñas. Tejes la vida, tejes el futuro
y tu sombra se inclina sobre el muro
como sombra de rama que florece, mientras la luz, la sangre de la aurora,
asciende por el hilo, tejedora,
y en mis ojos nocturnos amanece. Por Carlos Castro Saavedra - Poeta Colombiano.