AIRES DE CAMBIO
Por Balbueno Medina
Indudablemente que en el seno de la población dominicana se respiran aires de cambio que le permitan al país mejorar una serie de situaciones que la mantienen cansada de lo mismo y que al cabo de muchos años, se han convertido en un círculo vicioso del cual no han podido librarse.
Necesitamos cambio en el modelo económico.
Necesitamos cambio en la forma de hacer política.
Necesitamos cambio en el sistema corrupto de manejar al Estado y a las empresas privadas.
Necesitamos cambio en el modelo de justicia que solo favorece a los que poseen poder y riquezas.
Necesitamos cambio en la forma de la provisión de servicios que al fin y al cabo resultan más caros que los que se sirven de manera eficiente en los países del hemisferio
Necesitamos cambio en el modelo corrupto y retrograda del servicio energético, donde por años, hay quienes se han lucrado y vivido de él.
Necesitamos cambio en la forma de ver el porvenir de nuestro país, porque mientras concentramos nuestras inversiones en destinos casi gastados, no hemos sido capaces de comenzar a desarrollar otras aéreas de mayores potenciales y riquezas.
Necesitamos cambio en la forma de escoger a las autoridades que deben conducir los estamentos del Estado dominicano, donde no prime el clientelismo, la improvisación y la venta de posiciones, que en definitiva estancan el crecimiento de las instituciones y del país.
Necesitamos cambio en la designación de los políticos marrulleros, corruptos y conocidos por sus mañas en el accionar de sus funciones en el Estado, para dar paso a los dominicanos probos y revestidos de buenas intenciones que aporten soluciones reales a los problemas que hace tantos años nos agobian a todos.
Necesitamos cambio en las inversiones del Estado dominicano en el desarrollo de las diferentes regiones, provincias, municipios y comunidades de todo el territorio nacional.
Necesitamos cambio en la forma de operar de nuestros organismos de seguridad frente al crimen organizado y el combate a las practicas desleales de comercio y contrabando a través de las vías de acceso al territorio nacional.
Necesitamos cambio en la forma de actuar de los funcionarios cuando se les asignan responsabilidades para investigar actos de corrupción cometidos por compañeros de partidos, amigos o relacionados.
Necesitamos cambio en el favoritismo que mantienen los gobernantes que desde la conducción del Estado sacrifican a los dominicanos capaces y talentosos por colocar en funciones de principalía a dirigentes políticos de sus partidos carentes de idoneidad, para desempeñar los cargos.
Necesitamos cambio en la forma de arbitrar los procesos electorales de nuestro país, donde la población no sea sometida constantemente a grandes presiones y a stress, por lo prolongadas que son las campañas políticas y los vaivenes a que los jueces someten a los votantes con sus actitudes zigzagueantes.
Necesitamos cambio en las actitudes y aptitudes de nuestros dirigentes políticos para que sean menos sectarios y egoístas y se abran un poco más a los cambios que exige el país.
Precisamente ese deseo de cambio de la inmensa mayoría de la población dominicana, ha sido lo que ha obligado a los candidatos presidenciales de las dos fuerzas políticas que tienen posibilidades de llegar al poder, a diseñar sus campañas en base a las aspiraciones que sienten los hombres y mujeres de nuestro país en que se produzca una metamorfosis en la mentalidad de quienes pretenden conducir los destinos del Estado y la forma de accionar de este.
En caso contrario de que tanto Hipólito Mejía como Danilo Medina, desconozcan ese mandato que en este proceso les ha dado el pueblo dominicano, sería lo mismo que traicionar una vez más la esencia de la dominicanidad y por vía de consecuencia reeditar las practicas retrogradas de siempre.
Dicho eso de esta manera, al designar los mismos funcionarios del presente gobierno Peledeista, como los del pasado gobierno del PRD, en importantes funciones del tren gubernamental, se estaría desconociendo todas las aspiraciones de cambio que ha manifestado la sociedad dominicana y por lo tanto seria más de lo mismo.
Indudablemente que en el seno de la población dominicana se respiran aires de cambio que le permitan al país mejorar una serie de situaciones que la mantienen cansada de lo mismo y que al cabo de muchos años, se han convertido en un círculo vicioso del cual no han podido librarse.
Necesitamos cambio en el modelo económico.
Necesitamos cambio en la forma de hacer política.
Necesitamos cambio en el sistema corrupto de manejar al Estado y a las empresas privadas.
Necesitamos cambio en el modelo de justicia que solo favorece a los que poseen poder y riquezas.
Necesitamos cambio en la forma de la provisión de servicios que al fin y al cabo resultan más caros que los que se sirven de manera eficiente en los países del hemisferio
Necesitamos cambio en el modelo corrupto y retrograda del servicio energético, donde por años, hay quienes se han lucrado y vivido de él.
Necesitamos cambio en la forma de ver el porvenir de nuestro país, porque mientras concentramos nuestras inversiones en destinos casi gastados, no hemos sido capaces de comenzar a desarrollar otras aéreas de mayores potenciales y riquezas.
Necesitamos cambio en la forma de escoger a las autoridades que deben conducir los estamentos del Estado dominicano, donde no prime el clientelismo, la improvisación y la venta de posiciones, que en definitiva estancan el crecimiento de las instituciones y del país.
Necesitamos cambio en la designación de los políticos marrulleros, corruptos y conocidos por sus mañas en el accionar de sus funciones en el Estado, para dar paso a los dominicanos probos y revestidos de buenas intenciones que aporten soluciones reales a los problemas que hace tantos años nos agobian a todos.
Necesitamos cambio en las inversiones del Estado dominicano en el desarrollo de las diferentes regiones, provincias, municipios y comunidades de todo el territorio nacional.
Necesitamos cambio en la forma de operar de nuestros organismos de seguridad frente al crimen organizado y el combate a las practicas desleales de comercio y contrabando a través de las vías de acceso al territorio nacional.
Necesitamos cambio en la forma de actuar de los funcionarios cuando se les asignan responsabilidades para investigar actos de corrupción cometidos por compañeros de partidos, amigos o relacionados.
Necesitamos cambio en el favoritismo que mantienen los gobernantes que desde la conducción del Estado sacrifican a los dominicanos capaces y talentosos por colocar en funciones de principalía a dirigentes políticos de sus partidos carentes de idoneidad, para desempeñar los cargos.
Necesitamos cambio en la forma de arbitrar los procesos electorales de nuestro país, donde la población no sea sometida constantemente a grandes presiones y a stress, por lo prolongadas que son las campañas políticas y los vaivenes a que los jueces someten a los votantes con sus actitudes zigzagueantes.
Necesitamos cambio en las actitudes y aptitudes de nuestros dirigentes políticos para que sean menos sectarios y egoístas y se abran un poco más a los cambios que exige el país.
Precisamente ese deseo de cambio de la inmensa mayoría de la población dominicana, ha sido lo que ha obligado a los candidatos presidenciales de las dos fuerzas políticas que tienen posibilidades de llegar al poder, a diseñar sus campañas en base a las aspiraciones que sienten los hombres y mujeres de nuestro país en que se produzca una metamorfosis en la mentalidad de quienes pretenden conducir los destinos del Estado y la forma de accionar de este.
En caso contrario de que tanto Hipólito Mejía como Danilo Medina, desconozcan ese mandato que en este proceso les ha dado el pueblo dominicano, sería lo mismo que traicionar una vez más la esencia de la dominicanidad y por vía de consecuencia reeditar las practicas retrogradas de siempre.
Dicho eso de esta manera, al designar los mismos funcionarios del presente gobierno Peledeista, como los del pasado gobierno del PRD, en importantes funciones del tren gubernamental, se estaría desconociendo todas las aspiraciones de cambio que ha manifestado la sociedad dominicana y por lo tanto seria más de lo mismo.