Visión Mundial va en ayuda de moradores de Independencia
Jimaní. La situación de emergencia que vive la provincia Independencia por la crecida de los lagos Enriquillo y Azuei ha provocado que se pierdan miles de tareas cultivadas y cultivables.Las necesidades de estos munícipes los han obligado a ocupar terrenos alternativos que algunos poseen. Otros se han empleado en negocios y otros a la pesca, donde las aguas del lago tienen un alto nivel de contaminación, ya que con las crecidas también han sido arrastradas muchas heces fecales.
El caso de Alberto Pérez Cuevas, ganadero y productor, es un ejemplo del empleo alternativo, ante la pérdida de su finca. Sus ganancias mensuales eran de 15 mil pesos, con la cosecha de coco, y hoy gana 10 mil como en una ferretería, que dice no le alcanzan para mantener a sus cuatro hijos y a su esposa.
Productores, ganaderos y munícipes concuerdan en que la situación no solo afecta directamente a la producción agrícola y ganadera de la provincia y sus zonas circundantes, mermando la economía, sino también la seguridad alimentaria. Autoridades municipales, la iglesia y las juntas de vecinos de la provincia claman por el auxilio del Presidente de la República, ya que dicen que los esfuerzos realizados hasta la fecha resultan insuficientes porque el problema se les ha salido de las manos.
Una de las instituciones que ha respondido ante el llamado de alerta de la provincia ha sido Visión Mundial, con la implementación de su proyecto “Alto al hambre, provoca un cambio”, que pretenden atender las emergencias generadas, siendo prioridad la alimentación de adultos y niños, estos últimos con altos niveles de desnutrición severa.
De acuerdo a los datos del estudio, aplicado por esta institución de ayuda a menores de cinco años, de los 1,128 niños y niñas monitoreados cada seis meses en rango de peso-talla, 150 de ellos tienen algún grado de desnutrición.
Además de las visitas a los hogares de los infantes el programa realiza actividades conjuntas con los centros de salud de la provincia que abarca desde talleres sobre la alimentación materno infantil, talleres sobre nutrición completa, hasta orientarles a optimizar los recursos con los que cuentan.
Adela Matos, líder local del programa en la comunidad de Jimaní, dijo que las iniciativas de ayuda conllevan a la producción de vegetales en huertos caseros, así como también la producción de granos en los terrenos que no han sido afectados por las inundaciones de los lagos.
Alcalde de Jimaní denuncia depredación
Otro problema no menos grave es la depredación de montañas, denunciado por Manzo López, alcade de Jimaní, quien dice ver con preocupación la creciente situación. “Hace apenas un año que estas montañas tenían su capa boscosa, hoy están al descubierto y erosionadas, desaprensivos se enriquecen convirtiendo nuestros árboles en leña”.
El caso de Alberto Pérez Cuevas, ganadero y productor, es un ejemplo del empleo alternativo, ante la pérdida de su finca. Sus ganancias mensuales eran de 15 mil pesos, con la cosecha de coco, y hoy gana 10 mil como en una ferretería, que dice no le alcanzan para mantener a sus cuatro hijos y a su esposa.
Productores, ganaderos y munícipes concuerdan en que la situación no solo afecta directamente a la producción agrícola y ganadera de la provincia y sus zonas circundantes, mermando la economía, sino también la seguridad alimentaria. Autoridades municipales, la iglesia y las juntas de vecinos de la provincia claman por el auxilio del Presidente de la República, ya que dicen que los esfuerzos realizados hasta la fecha resultan insuficientes porque el problema se les ha salido de las manos.
Una de las instituciones que ha respondido ante el llamado de alerta de la provincia ha sido Visión Mundial, con la implementación de su proyecto “Alto al hambre, provoca un cambio”, que pretenden atender las emergencias generadas, siendo prioridad la alimentación de adultos y niños, estos últimos con altos niveles de desnutrición severa.
De acuerdo a los datos del estudio, aplicado por esta institución de ayuda a menores de cinco años, de los 1,128 niños y niñas monitoreados cada seis meses en rango de peso-talla, 150 de ellos tienen algún grado de desnutrición.
Además de las visitas a los hogares de los infantes el programa realiza actividades conjuntas con los centros de salud de la provincia que abarca desde talleres sobre la alimentación materno infantil, talleres sobre nutrición completa, hasta orientarles a optimizar los recursos con los que cuentan.
Adela Matos, líder local del programa en la comunidad de Jimaní, dijo que las iniciativas de ayuda conllevan a la producción de vegetales en huertos caseros, así como también la producción de granos en los terrenos que no han sido afectados por las inundaciones de los lagos.
Alcalde de Jimaní denuncia depredación
Otro problema no menos grave es la depredación de montañas, denunciado por Manzo López, alcade de Jimaní, quien dice ver con preocupación la creciente situación. “Hace apenas un año que estas montañas tenían su capa boscosa, hoy están al descubierto y erosionadas, desaprensivos se enriquecen convirtiendo nuestros árboles en leña”.