Para el alma

“Tu misericordia (Dios) es un edificio eterno”. Sa. 89. 3.

Por: Josefina Navarro

Por la misericordia de Dios estamos hoy de pie; por ella no hemos perecido, por ella hemos salido a camino, por ella tenemos una familia, por ella tenemos salud (poca o mucha), por ella somos perdonados, por ella Dios olvida nuestras transgresiones, nuestros desplantes, nuestras negaciones.

Sólo la misericordia de Dios nos permite la gracia de la salvación, debemos estar claros y conscientes de ello. Pero algo debemos dar al Señor a cambio, con algo debemos reciprocar tanto amor: aceptar su guía, esas pautas que nos ha dado para llevar una vida de paz y armonía.

No es justo que lo releguemos a un segundo o último lugar cuando Él nos pone a cada uno de nosotros en el primero.
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