Me duele la estupidez del coronel Espinal Muñoz
Por: Alejandro Santana
En los últimos meses he visto con preocupación como oficiales militares, policiales y sub. Oficiales al igual que ciudadanos civiles, son apresados tratando de sacar marihuana de localidades fronteriza, para transportarla a otras ciudades, principalmente a la capital.
Me duele lo que entiendo una estupidez, cometida por cualquier ciudadano, pero me duele mas cuando el hecho es cometido por militares que saben lo que arriesgan al caer en esa debilidad.
En la actualidad transportar drogas, especialmente marihuana de cualquier localidad fronteriza, es un riesgo y hasta un peligro con la eficacia de los chequeos instalados en todo el trayecto desde la frontera hasta otras provincias.
Me duele cuando un ciudadano, quizás con mucha necesidad económica es apresado cargando algo con tan poco valor, es decir lo que no le garantiza pagar una fianza si se la imponen o mantenerse en la cárcel cuando se le aplica prisión.
Pero me duela mas la estupidez de un militar de alto rango que cae en esa trampa dañina y es apresado, lanzando por el suelo sus años de servicio en una institución donde se supone que sido formado y orientado sobre el peligro de involucrarse en asuntos de narcotráfico.
Me duela por la familia de ese oficial que no tuvo en cuenta el dolor y la vergüenza a la que a, acarreado a sus seres queridos, quienes tendrán que hacer un cambio radicar en sus vidas para seguir viviendo.
Podría hasta entender a un desarrapado que sea atrapado cargando disparate, (marihuana), y hasta lo justificaría diciendo que la falta de oportunidad de un empleo o de los medios paga ganar el pan de los suyos, lo ha llevado a eso.
Pero bajo ningún concepto a un alto oficial, formado en valores, disciplinas y principios para ser ejemplo en la sociedad.
Me duele esa estupidez de Francisco José Espinal Muñoz, un ex coronel que llego al rango que acaba de perder escalando peldaños y siendo disciplinado, pero que de repente la ambición por un par de miles de pesos lo ha hecho fracasar y llenar de vergüenza a su familia.
Aunque a el su familia no le haya importado, me duele por sus hijos, me duele por el, me duele su estupidez, que la justicia se encargue de el.
En los últimos meses he visto con preocupación como oficiales militares, policiales y sub. Oficiales al igual que ciudadanos civiles, son apresados tratando de sacar marihuana de localidades fronteriza, para transportarla a otras ciudades, principalmente a la capital.
Me duele lo que entiendo una estupidez, cometida por cualquier ciudadano, pero me duele mas cuando el hecho es cometido por militares que saben lo que arriesgan al caer en esa debilidad.
En la actualidad transportar drogas, especialmente marihuana de cualquier localidad fronteriza, es un riesgo y hasta un peligro con la eficacia de los chequeos instalados en todo el trayecto desde la frontera hasta otras provincias.
Me duele cuando un ciudadano, quizás con mucha necesidad económica es apresado cargando algo con tan poco valor, es decir lo que no le garantiza pagar una fianza si se la imponen o mantenerse en la cárcel cuando se le aplica prisión.
Pero me duela mas la estupidez de un militar de alto rango que cae en esa trampa dañina y es apresado, lanzando por el suelo sus años de servicio en una institución donde se supone que sido formado y orientado sobre el peligro de involucrarse en asuntos de narcotráfico.
Me duela por la familia de ese oficial que no tuvo en cuenta el dolor y la vergüenza a la que a, acarreado a sus seres queridos, quienes tendrán que hacer un cambio radicar en sus vidas para seguir viviendo.
Podría hasta entender a un desarrapado que sea atrapado cargando disparate, (marihuana), y hasta lo justificaría diciendo que la falta de oportunidad de un empleo o de los medios paga ganar el pan de los suyos, lo ha llevado a eso.
Pero bajo ningún concepto a un alto oficial, formado en valores, disciplinas y principios para ser ejemplo en la sociedad.
Me duele esa estupidez de Francisco José Espinal Muñoz, un ex coronel que llego al rango que acaba de perder escalando peldaños y siendo disciplinado, pero que de repente la ambición por un par de miles de pesos lo ha hecho fracasar y llenar de vergüenza a su familia.
Aunque a el su familia no le haya importado, me duele por sus hijos, me duele por el, me duele su estupidez, que la justicia se encargue de el.