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DESPRENDIMIENTOS DE TIERRA: PELIGRO PARA LOS PEATONES
Los constantes desprendimientos de tierra en el promontorio que da a la parte trasera del Monumento a la Caña en Villa Duarte ponen en peligro a peatones y conductores.Un tramo de la acera frente a la Marina Bartolomé Colón, en la avenida España, se encuentra cubierto por grandes rocas obligando a los peatones a caminar por la calle corriendo un doble riesgo: el de ser atropellados o de que les caigan encima los peñascos por la falta de muros de protección. La caída permanente de franjas del movedizo terreno, principalmente cuando llueve, ha ocasionado profundas hendiduras del farallón, donde se van formando pequeñas cuevas. “A cada rato se caen pedazos desde lo alto. En días pasados rodó un peñón grandísimo, suerte que no venía ningún vehículo”, dijo Víctor Modesto, residente en el sector. El hombre aseguró que los peatones cada vez usan menos la acera para caminar por temor a un posible derrumbe. Aunque el área verde del parque se encuentra bien preservada, podada y limpia, por parte del personal del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (SDE), el talud no tiene un empedrado que evite el deslizamiento de tierra a la calle. A pocos metros del Monumento de la Caña también se encuentra un espacio en recordación a los marinos dominicanos caídos durante la Segunda Guerra Mundial, que precisa de cierto acondicionamiento. Los deslizamientos constituyen un accidente habitual de la corteza terrestre, y están asociados generalmente a lluvias intensas. A veces se producen en formaciones geológicas desfavorables o singulares, a causa de excavaciones, tal y como ocurre en sectores como Villa Duarte, donde también hay una gran cantidad de cañadas o ríos subterráneos que corren a lo interno haciendo inestable el terreno y propiciando los derrumbes.
Los constantes desprendimientos de tierra en el promontorio que da a la parte trasera del Monumento a la Caña en Villa Duarte ponen en peligro a peatones y conductores.Un tramo de la acera frente a la Marina Bartolomé Colón, en la avenida España, se encuentra cubierto por grandes rocas obligando a los peatones a caminar por la calle corriendo un doble riesgo: el de ser atropellados o de que les caigan encima los peñascos por la falta de muros de protección. La caída permanente de franjas del movedizo terreno, principalmente cuando llueve, ha ocasionado profundas hendiduras del farallón, donde se van formando pequeñas cuevas. “A cada rato se caen pedazos desde lo alto. En días pasados rodó un peñón grandísimo, suerte que no venía ningún vehículo”, dijo Víctor Modesto, residente en el sector. El hombre aseguró que los peatones cada vez usan menos la acera para caminar por temor a un posible derrumbe. Aunque el área verde del parque se encuentra bien preservada, podada y limpia, por parte del personal del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (SDE), el talud no tiene un empedrado que evite el deslizamiento de tierra a la calle. A pocos metros del Monumento de la Caña también se encuentra un espacio en recordación a los marinos dominicanos caídos durante la Segunda Guerra Mundial, que precisa de cierto acondicionamiento. Los deslizamientos constituyen un accidente habitual de la corteza terrestre, y están asociados generalmente a lluvias intensas. A veces se producen en formaciones geológicas desfavorables o singulares, a causa de excavaciones, tal y como ocurre en sectores como Villa Duarte, donde también hay una gran cantidad de cañadas o ríos subterráneos que corren a lo interno haciendo inestable el terreno y propiciando los derrumbes.