Fogaraté
La isla del olvido
Por: Ramón Colombo
Columnista
Por fin, desde el remotísimo Nueva York Chiquito llegaron dos ministros a la Saona, no a ofrecerles a sus 325 familias más de las tres horas de electricidad que hoy reciben; ni a solucionarles sus agudas carencias de agua potable, salud, viviendas y fuentes de trabajo; ni a reparar su única escuela en total abandono; ni a incorporarlos a los beneficios del turismo. No. Sólo fueron a decirles, ¡a nombre de los Estados Unidos!, que se hará un cuartel y un muelle para que nueve marineros sigan simplemente matando mosquitos.
Por: Ramón Colombo
Columnista
Por fin, desde el remotísimo Nueva York Chiquito llegaron dos ministros a la Saona, no a ofrecerles a sus 325 familias más de las tres horas de electricidad que hoy reciben; ni a solucionarles sus agudas carencias de agua potable, salud, viviendas y fuentes de trabajo; ni a reparar su única escuela en total abandono; ni a incorporarlos a los beneficios del turismo. No. Sólo fueron a decirles, ¡a nombre de los Estados Unidos!, que se hará un cuartel y un muelle para que nueve marineros sigan simplemente matando mosquitos.