Félix Bautista hace daño a imagen de Fernández
Por: Redacción Dominicanos Hoy
Su intervención en la crisis surgida en 2008 entre Colombia y Venezuela, el gran aporte que hizo tras la salida abrupta de Manuel Zelaya del Gobierno hondureño y su reciente arbitraje en el conflicto de Medio Oriente, hicieron que el Presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, ganara un gran prestigio como mediador en la región.
Fernández siempre ha vendido que las soberanías de los pueblos son intocables y que ningún extranjero puede inmiscuirse en los problemas internos de las naciones; pero, ahora sale a relucir que por presiones suyas renunció el primer ministro haitiano, Garry Conille, quien habría detectado supuestos actos de corrupción cometidos por el estrecho colaborador del mandatario y senador Félix Bautista.
Este tipo de acción dista mucho de la imagen de “salvador” que reflejó Fernández, principalmente, durante sus dos últimos gobiernos (2004 a 2012). Le Monde publicó el seis de marzo que Conille dejó el cargo por presiones del presidente de Haití, Michel Martelly, quien a su vez las recibía de su homólogo dominicano.
También, que Bautista y un grupo de sus amigos aporten recursos económicos en las campañas de cuatro países a cambio de prebendas (contratos para le edificación de hospitales, escuelas y carreteras), denota que Fernández y su gobierno influyen en las elecciones de naciones ajenas y tira por el piso el mote de “mediador por excelencia” que había ganado.
Ello demuestra que no es casualidad que el peor calificado en la encuesta regional de la CID Gallup fuera el presidente Fernández, cuyo índice fue de -33, pues el 63 % de los ciudadanos reprobó su trabajo y sólo el 30% lo aprobó.
Fernández no ha sabido mantener la popularidad que ganó en Latinoamérica tras la mediación en el conflicto Colombia-Venezuela, luego del asesinato en el último territorio de Raúl Reyes (Tiro Fijo), por parte de fuerzas colombianas, donde evitó eventuales enfrentamientos bélicos entre esos pueblos.
El mandatario dominicano debe recordar que su intervención en Haití -después del derrocamiento del presidente Jean Bertrán Aristide-, terminó con un enfrentamiento a tiros y pedradas en Puerto Príncipe.
Esa visita de Fernández, el lunes 12 de diciembre de 2005, provocó que las protestas se extendieran por semanas en todo el vecino país. Incluso en territorio dominicano hubo enfrentamientos entre haitianos y dominicanos.
Además, que los hondureños no vieron con buen ojo que Fernández “se metiera en sus asuntos” e inclusive lanzaron improperios en su contra, tales como: “negro comunista”, “títere mulato”, “negrito del batey” y “maldito traidor”.
Una fuente de entero crédito y conocedor de los temas bilaterales cuestionó: ¿cuánto le habrá costado a Manuel Zelaya su estadía en la República Dominicana? Esto porque, según el informante, Fernández y sus allegados no hacen nada de gratis: “La ayuda a Haití y sus aportes de campaña en Perú, Ecuador, Guatemala y Panamá fue a cambio que le adjudicaran contratos millonarios, qué puede uno pensar”.
Expertos en relaciones exteriores aconsejan a Fernández no recibir al presidente Michel Martelly en el Palacio Nacional el próximo 26 de marzo, sino que acuda a la zona llamada Tierra de Nadie, ubicada entre Haití y República Dominicana, donde puedan tratar libremente los conflictos existentes en ambos lados de la isla. “Eso evitará enfrentamientos y la estabilidad política en la isla no se verá en riesgo”.
Su intervención en la crisis surgida en 2008 entre Colombia y Venezuela, el gran aporte que hizo tras la salida abrupta de Manuel Zelaya del Gobierno hondureño y su reciente arbitraje en el conflicto de Medio Oriente, hicieron que el Presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, ganara un gran prestigio como mediador en la región.
Fernández siempre ha vendido que las soberanías de los pueblos son intocables y que ningún extranjero puede inmiscuirse en los problemas internos de las naciones; pero, ahora sale a relucir que por presiones suyas renunció el primer ministro haitiano, Garry Conille, quien habría detectado supuestos actos de corrupción cometidos por el estrecho colaborador del mandatario y senador Félix Bautista.
Este tipo de acción dista mucho de la imagen de “salvador” que reflejó Fernández, principalmente, durante sus dos últimos gobiernos (2004 a 2012). Le Monde publicó el seis de marzo que Conille dejó el cargo por presiones del presidente de Haití, Michel Martelly, quien a su vez las recibía de su homólogo dominicano.
También, que Bautista y un grupo de sus amigos aporten recursos económicos en las campañas de cuatro países a cambio de prebendas (contratos para le edificación de hospitales, escuelas y carreteras), denota que Fernández y su gobierno influyen en las elecciones de naciones ajenas y tira por el piso el mote de “mediador por excelencia” que había ganado.
Ello demuestra que no es casualidad que el peor calificado en la encuesta regional de la CID Gallup fuera el presidente Fernández, cuyo índice fue de -33, pues el 63 % de los ciudadanos reprobó su trabajo y sólo el 30% lo aprobó.
Fernández no ha sabido mantener la popularidad que ganó en Latinoamérica tras la mediación en el conflicto Colombia-Venezuela, luego del asesinato en el último territorio de Raúl Reyes (Tiro Fijo), por parte de fuerzas colombianas, donde evitó eventuales enfrentamientos bélicos entre esos pueblos.
El mandatario dominicano debe recordar que su intervención en Haití -después del derrocamiento del presidente Jean Bertrán Aristide-, terminó con un enfrentamiento a tiros y pedradas en Puerto Príncipe.
Esa visita de Fernández, el lunes 12 de diciembre de 2005, provocó que las protestas se extendieran por semanas en todo el vecino país. Incluso en territorio dominicano hubo enfrentamientos entre haitianos y dominicanos.
Además, que los hondureños no vieron con buen ojo que Fernández “se metiera en sus asuntos” e inclusive lanzaron improperios en su contra, tales como: “negro comunista”, “títere mulato”, “negrito del batey” y “maldito traidor”.
Una fuente de entero crédito y conocedor de los temas bilaterales cuestionó: ¿cuánto le habrá costado a Manuel Zelaya su estadía en la República Dominicana? Esto porque, según el informante, Fernández y sus allegados no hacen nada de gratis: “La ayuda a Haití y sus aportes de campaña en Perú, Ecuador, Guatemala y Panamá fue a cambio que le adjudicaran contratos millonarios, qué puede uno pensar”.
Expertos en relaciones exteriores aconsejan a Fernández no recibir al presidente Michel Martelly en el Palacio Nacional el próximo 26 de marzo, sino que acuda a la zona llamada Tierra de Nadie, ubicada entre Haití y República Dominicana, donde puedan tratar libremente los conflictos existentes en ambos lados de la isla. “Eso evitará enfrentamientos y la estabilidad política en la isla no se verá en riesgo”.