Creen es definitiva ruptura Mejía-Vargas
Se juntaron por última vez el 8 de mayo de 2011 en la proclamación de Mejía
Ven es definitivo el distanciamiento entre Hipólito Mejía, candidato presidencial, y Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD, a dos meses y 13 días para las elecciones, lo que abruma a muchos perredeístas y aliados que observaron con rubor las diferencias entre ambos políticos frente a la tumba de José Francisco Peña Gómez en el día de su natalicio.
Se recrudecen aún más las relaciones entre el candidato Hipólito y su presidente Vargas y el escenario de la tumba de José Francisco Peña Gómez, que debió servir de ambiente de reconciliación y unidad, se convirtió en un campo de enfrentamientos verbales.
Mejía fue proclamado como candidato presidencial el 8 de mayo del 2011, y fue el único acto en que durante los 12 meses últimos se han visto de cerca ambos líderes perredeístas.
El pleito entre Vargas y Mejía se inició en la cuestionada convención perredeísta, ganada por el ex presidente de acuerdo a la resolución de la Comisión Organizadora encabezada por Enmanuel Esquea Guerrero.
Parecen irreconciliables las diferencias entre ambos jefes del partido blanco, por los pronunciamientos últimos, y se nota que las heridas como consecuencia de la campaña interna de hace un año no han cerrado.
En corrillos políticos se atribuye a Mejía la expresión de que en la convención “le gané, lo quebré y ahora lo voy a botar del partido”, lo que molestó a Vargas y desde entonces mantiene distancia.
Vargas atribuyó hace un año a un fraude electoral interno la victoria de Mejía en la convención y acusó al presidente de la Comisión Organizadora, Enmanuel Esquea Guerrero, de ser parte de esa mala práctica, quien luego fue expulsado del PRD.
Después de entregar documentos del alegado fraude y del uso de recursos del Gobierno, Vargas aceptó a Hipólito como candidato e hizo aprobar una amnistía para el retorno de todos los que fueron expulsados.
Desde entonces, Vargas y Mejía no se toman un café juntos, a pesar de iniciativas de amigos y cercanos colaboradores de ambos y no han valido invitaciones del candidato.
Ven es definitivo el distanciamiento entre Hipólito Mejía, candidato presidencial, y Miguel Vargas Maldonado, presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD, a dos meses y 13 días para las elecciones, lo que abruma a muchos perredeístas y aliados que observaron con rubor las diferencias entre ambos políticos frente a la tumba de José Francisco Peña Gómez en el día de su natalicio.
Se recrudecen aún más las relaciones entre el candidato Hipólito y su presidente Vargas y el escenario de la tumba de José Francisco Peña Gómez, que debió servir de ambiente de reconciliación y unidad, se convirtió en un campo de enfrentamientos verbales.
Mejía fue proclamado como candidato presidencial el 8 de mayo del 2011, y fue el único acto en que durante los 12 meses últimos se han visto de cerca ambos líderes perredeístas.
El pleito entre Vargas y Mejía se inició en la cuestionada convención perredeísta, ganada por el ex presidente de acuerdo a la resolución de la Comisión Organizadora encabezada por Enmanuel Esquea Guerrero.
Parecen irreconciliables las diferencias entre ambos jefes del partido blanco, por los pronunciamientos últimos, y se nota que las heridas como consecuencia de la campaña interna de hace un año no han cerrado.
En corrillos políticos se atribuye a Mejía la expresión de que en la convención “le gané, lo quebré y ahora lo voy a botar del partido”, lo que molestó a Vargas y desde entonces mantiene distancia.
Vargas atribuyó hace un año a un fraude electoral interno la victoria de Mejía en la convención y acusó al presidente de la Comisión Organizadora, Enmanuel Esquea Guerrero, de ser parte de esa mala práctica, quien luego fue expulsado del PRD.
Después de entregar documentos del alegado fraude y del uso de recursos del Gobierno, Vargas aceptó a Hipólito como candidato e hizo aprobar una amnistía para el retorno de todos los que fueron expulsados.
Desde entonces, Vargas y Mejía no se toman un café juntos, a pesar de iniciativas de amigos y cercanos colaboradores de ambos y no han valido invitaciones del candidato.
No soy barrendero
En la celebración del 75 aniversario del nacimiento de Peña Gómez ayer, la nota discordante fueron las embestidas entre Mejía y Vargas.
Miguel dijo que no es barrendero ni mensajero del Comando de Hipólito y que no le verán montado en una patana. Mejía respondió que lo sacó de su “line up” y que no espera su integración.
El PRD inició la semana pasada una campaña institucional, con vallas, afiches y promociones, en la que no figura la imagen de Hipólito sino la del jacho perredeísta, auspiciada por el presidente del PRD.
La llegada de Hatuey De Camps como aliado y jefe de campaña, también mantiene a Vargas en reflexión, debido a que los comentarios por las redes y a lo interno del PRD, dicen que se trata de una jugada no escrita, en la que alegadamente De Camps sería su sustituto como presidente del partido en un futuro no muy lejano, lo que no se ha comprobado.
UN APUNTE
Hatuey: Vargas es príncipe
El licenciado Hatuey De Camps, del aliado PRSD y jefe de campaña de Hípólito Mejía, rehusó referirse a las declaraciones de Miguel Vargas en torno a que no es un barrendero ni portero del Comando, y aseguró que su compadre dos veces es un príncipe y como tal lo tratará.
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