Sueldo mínimo
Por: Esteban Delgado
Periodista
Las estadísticas oficiales indican que alrededor del 65% de los trabajadores formales del país tiene un salario de menos de RD$10 mil mensuales. La cifra es alarmante, pero real, muy real.Los vigilantes privados de la empresa donde usted trabaja, el personal de conserjería, la señora que sirve el café, las recepcionistas, choferes, mensajeros internos y externos, operadores de producción y otros tantos empleados devengan salario mínimo, es decir, menos de RD$10 mil.
La pregunta es: ¿cómo se las ingenia un padre de familia o una madre soltera para sobrevivir con menos de RD$10 mil mensuales? Y agradecen a Dios porque al menos tienen un empleo formal con seguro médico y otros beneficios.
Se trata de gente que se las ingenia para “estirar el peso” como se dice generalmente.
Una experiencia particular me dio una idea de cómo vive mucha gente: En una ocasión, hace alrededor de tres años, salía de la empresa en que trabajaba y un vigilante privado (guachimán), de unos 60 años de edad, se me acercó y, de manera avergonzada, me pidió que le diera 20 pesos para el pasaje. Eran alrededor de las 7:00 de la noche. Yo saqué 100 pesos de mi bolsillo, se los di y él me respondió que no, que sólo eran 20 pesos. Le insistí y finalmente los tomó.
Al día siguiente, el vigilante se me acercó y con insistencia y una sonrisa me dijo: “Señor periodista, yo quiero agradecerle lo que usted hizo por mí”. Yo no sabía a qué se refería, hasta que agregó: “Mire, con esos 100 pesos que usted me dio anoche yo pagué el pasaje de irme a mi casa, en la noche mi mujer y yo cenamos y en la mañana hicimos un desayunito y me alcanzó para el pasaje de venir a trabajar. Muchas gracias por ese dinerito”.
Las expresiones de ese señor me entristecieron y me hicieron ver cuán necesitadas están algunas personas y qué mal hacen aquellos que desperdician el dinero muchas veces en presencia de gente que lo necesita tanto. Los pobres hacen magia para sobrevivir con ingresos mínimos, y la gran mayoría son honestos y nos sirven con alegría y agrado. Esa es una realidad digna de tomar en cuenta.
Periodista
Las estadísticas oficiales indican que alrededor del 65% de los trabajadores formales del país tiene un salario de menos de RD$10 mil mensuales. La cifra es alarmante, pero real, muy real.Los vigilantes privados de la empresa donde usted trabaja, el personal de conserjería, la señora que sirve el café, las recepcionistas, choferes, mensajeros internos y externos, operadores de producción y otros tantos empleados devengan salario mínimo, es decir, menos de RD$10 mil.
La pregunta es: ¿cómo se las ingenia un padre de familia o una madre soltera para sobrevivir con menos de RD$10 mil mensuales? Y agradecen a Dios porque al menos tienen un empleo formal con seguro médico y otros beneficios.
Se trata de gente que se las ingenia para “estirar el peso” como se dice generalmente.
Una experiencia particular me dio una idea de cómo vive mucha gente: En una ocasión, hace alrededor de tres años, salía de la empresa en que trabajaba y un vigilante privado (guachimán), de unos 60 años de edad, se me acercó y, de manera avergonzada, me pidió que le diera 20 pesos para el pasaje. Eran alrededor de las 7:00 de la noche. Yo saqué 100 pesos de mi bolsillo, se los di y él me respondió que no, que sólo eran 20 pesos. Le insistí y finalmente los tomó.
Al día siguiente, el vigilante se me acercó y con insistencia y una sonrisa me dijo: “Señor periodista, yo quiero agradecerle lo que usted hizo por mí”. Yo no sabía a qué se refería, hasta que agregó: “Mire, con esos 100 pesos que usted me dio anoche yo pagué el pasaje de irme a mi casa, en la noche mi mujer y yo cenamos y en la mañana hicimos un desayunito y me alcanzó para el pasaje de venir a trabajar. Muchas gracias por ese dinerito”.
Las expresiones de ese señor me entristecieron y me hicieron ver cuán necesitadas están algunas personas y qué mal hacen aquellos que desperdician el dinero muchas veces en presencia de gente que lo necesita tanto. Los pobres hacen magia para sobrevivir con ingresos mínimos, y la gran mayoría son honestos y nos sirven con alegría y agrado. Esa es una realidad digna de tomar en cuenta.