Porque nada hay oculto

Por: Josefina Navarro
Columnista

“Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público”. LC. 8.17.

Quizás nunca lo sepas tú mismo o los de tu entorno o la humanidad completa, pero sí quedará revelado a Dios, pues lo que has guardado en el más oculto escondite, no es un secreto para Dios, porque todo queda descubierto ante sus ojos divinos.

Qué más da si los inmortales lo saben o no, en el momento decisivo hay alguien que lo sabrá, el que pesa los corazones, el que conoce las intenciones, el que sabe si te arrepentiste o no, si obraste con justicia o con iniquidad.

Tu mano izquierda puede no saber nunca el bien que hizo tu mano derecha, o puede otra persona no saber el mal que hiciste. Sin embargo, todo queda revelado a Dios, el dueño de la primera y de la última palabra.
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