La madre de Chávez recordó el fallido golpe de Estado liderado por su hijo
Elena Frías relató cómo se enteró de que el actual presidente de Venezuela comandaba la fallida sublevación contra Carlos Andrés Pérez, en 1992. La llamada telefónica desde la cárcel y el miedo a que lo mataran
El 4 de febrero de 1992, un grupo de militares comandados por el actual mandatario venezolano intentó derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. La tentativa golpista no prosperó y los líderes de la revuelta fueron encarcelados. Esa noche, Elena Frías se dio cuenta, lo sintió. Su hijo había armado lo que ella misma llama "rebelión". "Algo me decía que Hugo estaba, aunque mis hijos me decían que no. Adán lo sabía y me decía que no", narró -aún enojada- en una entrevista trasmitida por Telesur.
"Mamá, tranquilízate, seguro que Hugo no está", le mentía su hijo mayor, Adán Chávez.
"'No, no, yo sí sé que está', decía yo. Ahí fue cuando salió el presidente (Carlos Andrés Pérez) en la televisión y se dieron cuenta de que yo no estaba equivocada".
Sólo ese diálogo recuerda... luego, comienza a llorar.
Las noticias de que su hijo no había logrado sus objetivos abrieron la puerta a la incertidumbre. El actual presidente venezolano fue encarcelado. Desde la prisión, llamó a Elena. "Cuando oigo la voz de él, '¡Ay Díos mío, estás vivo!', eso fue lo que dije. '¡Hijo, estás vivo!'", gritó.
"Sí mamita, tranquila", le contestó Chavez.
"Estas herido", le preguntó.
"No mamita, no estoy herido, no tengo nada, estoy bien ya. Usted tranquila que ya todo pasó", respondió.
Minutos después, vio a su hijo dirigirse a la nación por televisión: "Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital, es decir, nosotros acá en Caracas no logramos controlar el poder, ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre, es tiempo de reflexionar, vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor".
Hugo de los Reyes Chávez, padre del presidente, recuerda que fueron años de muchas preocupaciones. "Había rumores muy duros. Nos decían que estaban muertos y como no salía nadie, uno se llenaba de desesperación", relató.
El 4 de febrero de 1992, un grupo de militares comandados por el actual mandatario venezolano intentó derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. La tentativa golpista no prosperó y los líderes de la revuelta fueron encarcelados. Esa noche, Elena Frías se dio cuenta, lo sintió. Su hijo había armado lo que ella misma llama "rebelión". "Algo me decía que Hugo estaba, aunque mis hijos me decían que no. Adán lo sabía y me decía que no", narró -aún enojada- en una entrevista trasmitida por Telesur.
"Mamá, tranquilízate, seguro que Hugo no está", le mentía su hijo mayor, Adán Chávez.
"'No, no, yo sí sé que está', decía yo. Ahí fue cuando salió el presidente (Carlos Andrés Pérez) en la televisión y se dieron cuenta de que yo no estaba equivocada".
Sólo ese diálogo recuerda... luego, comienza a llorar.
Las noticias de que su hijo no había logrado sus objetivos abrieron la puerta a la incertidumbre. El actual presidente venezolano fue encarcelado. Desde la prisión, llamó a Elena. "Cuando oigo la voz de él, '¡Ay Díos mío, estás vivo!', eso fue lo que dije. '¡Hijo, estás vivo!'", gritó.
"Sí mamita, tranquila", le contestó Chavez.
"Estas herido", le preguntó.
"No mamita, no estoy herido, no tengo nada, estoy bien ya. Usted tranquila que ya todo pasó", respondió.
Minutos después, vio a su hijo dirigirse a la nación por televisión: "Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital, es decir, nosotros acá en Caracas no logramos controlar el poder, ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre, es tiempo de reflexionar, vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor".
Hugo de los Reyes Chávez, padre del presidente, recuerda que fueron años de muchas preocupaciones. "Había rumores muy duros. Nos decían que estaban muertos y como no salía nadie, uno se llenaba de desesperación", relató.