La curación de la hepatitis C será posible en dos años, según los expertos

Taipei, (EFE).- La curación de la hepatitis C, virus que en España afecta a unas 800.000 personas y que causa cirrosis y cáncer de hígado, será una realidad en dos años, en opinión de los expertos, que han calificado hoy de "revolucionarios" los avances registrados en el tratamiento de la enfermedad.

El doctor Jacob George, profesor de Gastroenterología y Medicina Hepática de la Universidad de Sidney, en Australia, ha desgranado en la Conferencia de la Asociación del Pacífico Asiático para el Estudio del Hígado, que se celebra en Taipei (Taiwan), los resultados de un prometedor estudio en fase II, publicado en The New England Journal of Medicine.

George ha explicado en una rueda de prensa que, por primera vez, se ha demostrado "la posibilidad de que la hepatitis C pueda ser curada", ya que una nueva combinación de fármacos en investigación suprime con éxito la infección genotipo 1, la más difícil de tratar, en aquellos pacientes que no habían respondido al tratamiento previo.

El doctor ha señalado que a los enfermos en los que no fue eficaz el tratamiento exclusivo con PEG-interferón alfa y ribavirina, se les dio una combinación de dos agentes antivirales (daclatasvir y asunaprevir), logrando erradicar el virus de la sangre en "todos los pacientes" que participaron en el ensayo.

George también se ha referido a los "alentadores" resultados en cuanto a efectos secundarios porque son "menores" y en ningún caso "serios", siendo la diarrea moderada el más común, mientras que las drogas convencionales se asociaban con fiebre, dolores en general, anemia y depresión, por lo que solo la mitad de los pacientes concluía el ciclo completo del tratamiento de doce semanas.

El jefe del servicio de Hepatología del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, Rafael Esteban, ha informado a Efe de que la hepatitis C genotipo 1 es la más frecuente, la más difícil de tratar y la principal causa del cáncer hepático y de la cirrosis crónica que, en muchos casos, termina en trasplante.

En el 80% de los afectados la infección se volverá crónica, el 20% desarrollará cirrosis y, de ellos, un 25% puede terminar padeciendo cáncer de hígado, ha precisado el doctor Pei-Jer Chen, del Centro de Investigación de Hepatitis del Hospital NTU (Taiwán National University) en Taipei.

En el periodo 2005-2009 el virus de la hepatitis C genotipo 1 fue responsable en España de 43.217 episodios de cirrosis, 12.900 hepatocarcinomas, 1.632 trasplantes y 27.871 muertes.

Esteban ha recordado que la hepatitis es una enfermedad que suele cursar sin síntomas, por lo que habitualmente se descubre cuando está muy avanzada.

El contagio se produce por vía parenteral -a través de la sangre- es decir, mediante agujas, prácticas quirúrgicas, transfusiones o trasplantes que no cuentan con las correctas medidas higiénicas, y también al someterse a tatuajes o "pearcing".

Las posibilidades de trasmitir el virus también existen, aunque son menores, en la relaciones sexuales y en el intercambio de artículos de aseo personal como cuchillas de afeitar o cepillos de dientes.

Por otra parte, la Fundación Bristol-Myers Squibb EE.UU (BMS) ha adelantado el envío de nuevas ayudas para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las hepatitis B y C en China e India.

Estas aportaciones forman parte del programa "Delivering Hope" (Repartiendo Esperanza) dirigido a reducir las desigualdades en la atención a estas infecciones en Asia.

Se estima que en China e India hay 123 millones de personas con hepatitis B crónica y 59 millones con hepatitis C, lo que supone casi la mitad de casos en todo el mundo.

La iniciativa lleva más de diez años colaborando y haciendo donaciones a 38 programas distribuidos por diferentes regiones de Asia -16 en China, 3 en Taiwán, 15 en India y 4 en Japón-, que juntas suman una inversión total de más de 9,7 millones de dólares.

Las ayudas están destinadas a entidades locales tales como autoridades sanitarias nacionales y regionales, y Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

Por: Almudena Domenech
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