Universidad haitiana llevará el nombre de un torturador y asesino de dominicanos
Henri Christophe fue un violador de los derechos humanos de los dominicanos y que incluso, llegó a secuestrar a cientos a quienes trasladó forzosamente a territorio haitiano.
El ex jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del Partido V Republica, José Miguel Soto Jiménez criticó que la sede para una universidad, donada a Haití por Republica Dominicana, lleve el nombre de Henry Christophe.
El historiador y militar retirado dijo que Chistophe fue un violador de los derechos humanos de los dominicanos y que incluso, llegó a secuestrar a cientos a quienes trasladó forzosamente a territorio haitiano.
Soto Jiménez dijo que pudo haberse optado por el nombre del poeta haitiano Jacques Vieux, quien defendió con las armas la soberanía dominicana en el 1965 o de otras figura de ese país y no a alguien que calificó como un personaje cruel.
En la enciclopedia Wikipedia se hace constar que Henry Christopher Henry nacio en la Isla de San Cristóbal y fue llevado a Santo Domingo, donde trabajó en el restaurante de un hotel y consiguió la libertad.
“Se dice que luchó durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos en el asedio a Savannah. Contrajo nupcias con María Luisa Coidavid, que le dio cuatro hijos: Víctor Enrique, Fernando, Athenais y Amatista Christophe”.
Sobre la participación militar de este dice que Christophe destacó en la rebelión de 1791, ascendiendo al rango de general en 1802. En 1806, participó en el golpe de estado contra Jacobo I y tomó el control del norte del país.
“Su principal enemigo era su cómplice en la conspiración Alexandre Pétion, quien erigió a la región meridional en república separada, bajo su presidencia. Henri se autoproclamó presidente del «Estado de Haití» en 1807, junto con Pétion, éste como presidente de la "República de Haití" en oposición al sur. En 1811, convirtió el Estado de Haití en reino y se proclamó rey, gobernando con el nombre de Enrique I de Haití.
Se hizo construir seis castillos, ocho palacios y la sólida Fortaleza Laferrière, aún considerada como una de las maravillas de la época. Se rodeó de una elaborada nobleza haitiana de su propia creación, que consistía en 4 príncipes, 8 duques, 22 condes, 37 barones y 14 caballeros. Esto motivó burlas en Europa, donde la expresión nobleza haitiana se volvió sinónimo de una aristocracia improvisada creada por un gobierno advenedizo.
A pesar de sus esfuerzos por impulsar la educación y establecer un sistema legal, el Código Henri, Enrique I fue un impopular monarca autocrático cuyo reino estaba en constante conflicto con el sur. Hacia el final de su reinado, el sentimiento público se encontraba tajantemente en contra de lo que se percibía como su política feudal, propuesta para desarrollar el país.
El rey Enrique, enfermo e indeciso, decidió suicidarse disparándose una bala de oro, antes que enfrentarse a la posibilidad de un golpe de estado. En la rebelión que siguió, su hijo adolescente, el Delfín Víctor Enrique, fue linchado por los sublevados, y con él se extinguió la dinastía Christophe, ya que Enrique I había impuesto la ley sálica, que no permitía a las mujeres ascender al trono o transmitir derechos a sus descendientes. Su viuda la reina María Luisa y dos hijas, las princesas Athenais y Amatista, lograron huir del país y se establecieron en Italia, donde murieron, siendo enterradas en Pisa.
La historia de Enrique I sirvió de argumento de La Tragédie du Roi Christophe, una obra teatral de 1963 escrita por el martiniqués Aimé Césaire, y también, en gran medida, para la novela de Alejo Carpentier El reino de este mundo (1949). Su figura está presente en la obra de Eugene O'Neill El emperador Jones. Por su parte, el cronista de viajes, corresponsal y antropólogo John W. Vandercook le dedica su libro El rey de Haití, versión española en Eds. Rialp, Madrid, 1955.
El ex jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del Partido V Republica, José Miguel Soto Jiménez criticó que la sede para una universidad, donada a Haití por Republica Dominicana, lleve el nombre de Henry Christophe.
El historiador y militar retirado dijo que Chistophe fue un violador de los derechos humanos de los dominicanos y que incluso, llegó a secuestrar a cientos a quienes trasladó forzosamente a territorio haitiano.
Soto Jiménez dijo que pudo haberse optado por el nombre del poeta haitiano Jacques Vieux, quien defendió con las armas la soberanía dominicana en el 1965 o de otras figura de ese país y no a alguien que calificó como un personaje cruel.
En la enciclopedia Wikipedia se hace constar que Henry Christopher Henry nacio en la Isla de San Cristóbal y fue llevado a Santo Domingo, donde trabajó en el restaurante de un hotel y consiguió la libertad.
“Se dice que luchó durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos en el asedio a Savannah. Contrajo nupcias con María Luisa Coidavid, que le dio cuatro hijos: Víctor Enrique, Fernando, Athenais y Amatista Christophe”.
Sobre la participación militar de este dice que Christophe destacó en la rebelión de 1791, ascendiendo al rango de general en 1802. En 1806, participó en el golpe de estado contra Jacobo I y tomó el control del norte del país.
“Su principal enemigo era su cómplice en la conspiración Alexandre Pétion, quien erigió a la región meridional en república separada, bajo su presidencia. Henri se autoproclamó presidente del «Estado de Haití» en 1807, junto con Pétion, éste como presidente de la "República de Haití" en oposición al sur. En 1811, convirtió el Estado de Haití en reino y se proclamó rey, gobernando con el nombre de Enrique I de Haití.
Se hizo construir seis castillos, ocho palacios y la sólida Fortaleza Laferrière, aún considerada como una de las maravillas de la época. Se rodeó de una elaborada nobleza haitiana de su propia creación, que consistía en 4 príncipes, 8 duques, 22 condes, 37 barones y 14 caballeros. Esto motivó burlas en Europa, donde la expresión nobleza haitiana se volvió sinónimo de una aristocracia improvisada creada por un gobierno advenedizo.
A pesar de sus esfuerzos por impulsar la educación y establecer un sistema legal, el Código Henri, Enrique I fue un impopular monarca autocrático cuyo reino estaba en constante conflicto con el sur. Hacia el final de su reinado, el sentimiento público se encontraba tajantemente en contra de lo que se percibía como su política feudal, propuesta para desarrollar el país.
El rey Enrique, enfermo e indeciso, decidió suicidarse disparándose una bala de oro, antes que enfrentarse a la posibilidad de un golpe de estado. En la rebelión que siguió, su hijo adolescente, el Delfín Víctor Enrique, fue linchado por los sublevados, y con él se extinguió la dinastía Christophe, ya que Enrique I había impuesto la ley sálica, que no permitía a las mujeres ascender al trono o transmitir derechos a sus descendientes. Su viuda la reina María Luisa y dos hijas, las princesas Athenais y Amatista, lograron huir del país y se establecieron en Italia, donde murieron, siendo enterradas en Pisa.
La historia de Enrique I sirvió de argumento de La Tragédie du Roi Christophe, una obra teatral de 1963 escrita por el martiniqués Aimé Césaire, y también, en gran medida, para la novela de Alejo Carpentier El reino de este mundo (1949). Su figura está presente en la obra de Eugene O'Neill El emperador Jones. Por su parte, el cronista de viajes, corresponsal y antropólogo John W. Vandercook le dedica su libro El rey de Haití, versión española en Eds. Rialp, Madrid, 1955.