Una juventud con poco que celebrar

Por: Petra Saviñón
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Los mayores consumidores de drogas, sobre todo, de cocaína, están entre los 12 y los 35 años. El desempleo afecta al 65% de la juventud y el 68% de los que delinque tiene de 14 a 25 años. Para completar el desolador cuadro, la mitad de los muchachos que ingresa a la universidad la deja antes de graduarse. Hoy, es por tanto, un día con poco que celebrar.

Si bien es cierto que hay luz debajo de un manto, que muchos jóvenes sobresalen en sus áreas y se imponen a múltiples escollos, más cierto es que la mayoría no logra superar limitaciones como pobreza y falta de oportunidades.

De acuerdo con el sociólogo José Sáez son esas y otras situaciones las que hacen que el 55% de los que viene de zonas rurales regrese con la mochila de sueños sin abrir y se dedique a ayudar a sus padres a labrar la tierra, al motoconcho, a trabajos de obreros y hasta a delinquir.

Explica que de ese grupo muchos arrastran una cadena de frustraciones que se refleja en su vida social y se resignan a vivir sin más opciones.

Están los que quieren salir de la pobreza a costa de “lo que sea” y esto en muchos casos es convertirse en asaltante, en vendedor de drogas o hasta en sicario.

De acuerdo con las estadísticas de la Policía el 56% de los muchachos de hasta 30 años que está metido en el microtráfico vive en la zona urbana y en las grandes ciudades. Aunque penetran a ese mundo cargado de ilusiones y con la certeza de que mejorarán su vida, la venta al detalle y en barrios pobres no es tan rentable y apenas les deja para comer.

“Cuando la cosa está buena, en un fin de semana me puedo ganar hasta seis mil pesos, pero generalmente las ganancias no pasan de 25 mil pesos al mes”, expresa Julio Constanzo, de 22 años.

Ese no es el delito en el que incurre la mayoría. Casi el 54% de los que es sometido a la justicia cometió un asalto o un robo en casa habitada.

Las hembras delinquen en un grado inferior, una por cada 12 varones. No obstante, según las estadísticas de la Policía, la cifra ha crecido y ahora las bandas incorporan mujeres para hacer más fácil el trabajo.

De modo distinto a los hombres, las muchachas obtienen dinero de sus relaciones de parejas o con la prostitución. Según el Coin, el 71% de las que ejerce ese oficio no rebasa los 35 años. Claro está, la edad es una desventaja, a más años, menos clientes.

“Hace falta tomar en cuenta que algo no anda bien, que no vamos bien encaminados. La muestra es la cantidad de jóvenes sin esperanzas, en venta y consumo de drogas, en delitos graves”, alerta el siquiatra José Rubio.

Llama a no olvidar que al día se suicida un promedio de tres personas y que la mayoría son jóvenes. Pide escudriñar las razones.
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