LA VIOLENCIA DE CRISTOBAL
Por: Balbueno Medina
CRISTÓBAL.- Este munmicipio de la provincial Independencia, fue desde su fundación una comunidad tranquila, conformada por hombres y mujeres sensatos, fajadores y dedicados a las mejores prácticas de las buenas costumbres, pero de unos 20 años a la fecha, se ha convertido en el pueblo más violento de su entorno.
Los desbordantes índices de violencia que afectan a esa localidad sureña mantienen alejados a quienes acostumbraban a visitar el lugar, en fechas conmemorativas, por temor a ser agredidos por personas intolerantes que no resisten palpar el progreso de sus semejantes, y máxime si son oriundos de la comunidad.
Los niveles de intolerancia y violencia que se registran en el Municipio de Cristóbal son tan elevados, que quienes practican ese estilo de vida no tienen que ver con los grados de parentescos ni familiaridad, a la hora de enfrentar a quien sea, ya que se han reportado casos de familiares muy cercanos en los que se han producido grandes confrontaciones personales.
El panorama que vive esa empobrecida comunidad de la provincia Independencia es tan dramático que las fiestas patronales que se celebraban cada año tuvieron que ser suspendidas para evitar que continuaran las muertes de personas en los enfrentamientos que se producen en ese lugar, debido a que esas festividades eran aprovechadas por los antisociales para provocar los hechos violentos.
Sin embargo, lo más preocupante de todo cuanto acontece en el Municipio de Cristóbal, es que no se vislumbra una solución a la problemática que genera la violencia que se ha producido entre varias familias, de un mismo entorno de parentesco, porque las autoridades de la localidad carecen de la autoridad y la disposición para enfrentar esa ola de violencia y delincuencia que mantiene a esa comunidad aislada de los demás pueblos de las provincias del Suroeste del país.
De ahí es, que ante la impotencia que sienten las personas sensatas, humildes y decentes que aspiran a que Cristóbal vuelva a ser el pueblo tranquilo, trabajador y progresista que fue en el pasado, hacemos un vehemente y ferviente llamado al gobierno para que asuma el control total de esa localidad mediante el diseño de un programa de Seguridad Comunal que ponga fin a la violencia que afecta a esa comunidad.
La inseguridad, delincuencia y la angustia que viven los Cristoberos, como consecuencia de los altos niveles de violencia que se registran en esa localidad, los ha hecho reducir al mínimo su capacidad productiva, a pesar de que es una de las comunidades de mayor vocación agrícola y pesquera del Suroeste del país, por temor a que los antisociales les roben sus cultivos y hasta les quiten las vidas al ser sorprendidos en sus propiedades.
Se trata de una situación de sumo cuidado, la que viven los habitantes del Municipio de Cristóbal, que quieren rescatar a esa comunidad del aislamiento y el letargo en que se encuentra, por lo que se hace urgente que como primer paso para lograr la estabilización del pueblo , se refuerce el Destacamento Policial que posee esa localidad y que de manera transitoria se instale un puesto de Guardias que vigile dicha y noche a todo el entorno con la finalidad de producir un desarme general de la población, debido a la gran cantidad de armas blancas, chilenas y bombas caceras que se encuentran en el lugar.
Se trata de una problemática sin parangón, que ninguna otra localidad de nuestro país está viviendo, y por eso aprovecho para reiterar mi dramático llamado al gobierno central para que vaya en auxilio de Cristóbal, porque debido al estado de sitio que se respira en su ambiente la juventud del lugar se encuentra desorientada y sin rumbo claro al que ir.
Los niños, jóvenes y adolescentes, en el Municipio de Cristóbal, no sienten motivación por los estudios y se han convertido en presa fáciles de los hechos violentos que se vienen produciendo en la comunidad los cuales han cobrado la vida de muchos de sus habitantes y donde impera una atmosfera de venganza, odio y rencor, que no se vislumbra acabar, al menos que las autoridades se sensibilicen con la tragedia que vive ese pueblo.
CRISTÓBAL.- Este munmicipio de la provincial Independencia, fue desde su fundación una comunidad tranquila, conformada por hombres y mujeres sensatos, fajadores y dedicados a las mejores prácticas de las buenas costumbres, pero de unos 20 años a la fecha, se ha convertido en el pueblo más violento de su entorno.
Los desbordantes índices de violencia que afectan a esa localidad sureña mantienen alejados a quienes acostumbraban a visitar el lugar, en fechas conmemorativas, por temor a ser agredidos por personas intolerantes que no resisten palpar el progreso de sus semejantes, y máxime si son oriundos de la comunidad.
Los niveles de intolerancia y violencia que se registran en el Municipio de Cristóbal son tan elevados, que quienes practican ese estilo de vida no tienen que ver con los grados de parentescos ni familiaridad, a la hora de enfrentar a quien sea, ya que se han reportado casos de familiares muy cercanos en los que se han producido grandes confrontaciones personales.
El panorama que vive esa empobrecida comunidad de la provincia Independencia es tan dramático que las fiestas patronales que se celebraban cada año tuvieron que ser suspendidas para evitar que continuaran las muertes de personas en los enfrentamientos que se producen en ese lugar, debido a que esas festividades eran aprovechadas por los antisociales para provocar los hechos violentos.
Sin embargo, lo más preocupante de todo cuanto acontece en el Municipio de Cristóbal, es que no se vislumbra una solución a la problemática que genera la violencia que se ha producido entre varias familias, de un mismo entorno de parentesco, porque las autoridades de la localidad carecen de la autoridad y la disposición para enfrentar esa ola de violencia y delincuencia que mantiene a esa comunidad aislada de los demás pueblos de las provincias del Suroeste del país.
De ahí es, que ante la impotencia que sienten las personas sensatas, humildes y decentes que aspiran a que Cristóbal vuelva a ser el pueblo tranquilo, trabajador y progresista que fue en el pasado, hacemos un vehemente y ferviente llamado al gobierno para que asuma el control total de esa localidad mediante el diseño de un programa de Seguridad Comunal que ponga fin a la violencia que afecta a esa comunidad.
La inseguridad, delincuencia y la angustia que viven los Cristoberos, como consecuencia de los altos niveles de violencia que se registran en esa localidad, los ha hecho reducir al mínimo su capacidad productiva, a pesar de que es una de las comunidades de mayor vocación agrícola y pesquera del Suroeste del país, por temor a que los antisociales les roben sus cultivos y hasta les quiten las vidas al ser sorprendidos en sus propiedades.
Se trata de una situación de sumo cuidado, la que viven los habitantes del Municipio de Cristóbal, que quieren rescatar a esa comunidad del aislamiento y el letargo en que se encuentra, por lo que se hace urgente que como primer paso para lograr la estabilización del pueblo , se refuerce el Destacamento Policial que posee esa localidad y que de manera transitoria se instale un puesto de Guardias que vigile dicha y noche a todo el entorno con la finalidad de producir un desarme general de la población, debido a la gran cantidad de armas blancas, chilenas y bombas caceras que se encuentran en el lugar.
Se trata de una problemática sin parangón, que ninguna otra localidad de nuestro país está viviendo, y por eso aprovecho para reiterar mi dramático llamado al gobierno central para que vaya en auxilio de Cristóbal, porque debido al estado de sitio que se respira en su ambiente la juventud del lugar se encuentra desorientada y sin rumbo claro al que ir.
Los niños, jóvenes y adolescentes, en el Municipio de Cristóbal, no sienten motivación por los estudios y se han convertido en presa fáciles de los hechos violentos que se vienen produciendo en la comunidad los cuales han cobrado la vida de muchos de sus habitantes y donde impera una atmosfera de venganza, odio y rencor, que no se vislumbra acabar, al menos que las autoridades se sensibilicen con la tragedia que vive ese pueblo.