Cuidado con la depresión infantil
Por años los científicos y la sociedad en general negaban la existencia de la depresión infantil, lo cierto es que los niños y adolescentes si pueden padecerla y que esa alteración se presenta de muchas formas y grados.
Los especialistas la definen como como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión, cuando los síntomas persisten hasta por dos semanas y distimia o trastorno distímico, cuando duran más tiempo y la condición depresiva persiste e interfiere con las capacidades y acción de la persona.
El estado de abatimiento puede tener diferentes orígenes, según estudios, tales como conductual, cognitivo, sicodinámico, biológico.
La sicóloga Milagros Rodríguez afirma que los niños que padecen desordenes de la conducta, los que viven con mucha tensión, los que han sufrido alguna pérdida importante o los que han sido de alguna manera abusados, son más proclives a sufrir decaimiento.
Todas las personas pueden experimentar depresión en situaciones de maltrato específicas. Esto es muy importante de considerar tanto para su tratamiento como para su prevención.
El sexo femenino se ha asociado sistemáticamente al incremento de la probabilidad de desarrollar depresión, por tanto, las niñas son más depresivas que los varones, y más aún cuando alcanzan la adolescencia.
“Todos los infantes son diferentes y únicos en su personalidad, en la manera de comportarse por lo que es preciso que los padres conozcan bien a sus pequeños para poder identificar cambios en su conducta”, explica Rodríguez.
Síntomas y tratamiento
Tristeza persistente, lloriqueo y llanto excesivo, pensamientos o expresiones suicidas o actuaciones autodestructivas, desesperanza, aburrimiento constante y falta de energía, pérdida de interés en sus actividades favoritas o incapacidad para disfrutarlas, alteración notoria en la alimentación y el sueño, quejas frecuentes de enfermedades físicas como dolor de cabeza o de estómago, concentración deficiente, descuido en los estudios y ausencias frecuentes a la escuela, aislamiento social.
Poca comunicación, ataques de rabia u hostilidad, baja autoestima y sentimientos de culpabilidad, alta sensibilidad al fracaso y al rechazo, son algunos de los signosque pueden presentar los niños depresivos.
El tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo en la que se encuentra el niño, en base a su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.
En ese proceso también deben participar los padres y los grupos sociales que forman parte de su entorno, como la escuela.
Los especialistas recomiendan no ignorar ningún síntoma, conversar y jugar con ellos, leerles libros infantiles con temas relacionados, asignarles actividades como pintar, dibujar y hacerlo con ellos, dedicarles momentos especiales y crear un ambiente más cercano y de confianza, prestar atención a su autoestima y sobretodo, buscar ayuda profesional.
Marlenys Ferreras
www.clickdemipais.com
Los especialistas la definen como como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión, cuando los síntomas persisten hasta por dos semanas y distimia o trastorno distímico, cuando duran más tiempo y la condición depresiva persiste e interfiere con las capacidades y acción de la persona.
El estado de abatimiento puede tener diferentes orígenes, según estudios, tales como conductual, cognitivo, sicodinámico, biológico.
La sicóloga Milagros Rodríguez afirma que los niños que padecen desordenes de la conducta, los que viven con mucha tensión, los que han sufrido alguna pérdida importante o los que han sido de alguna manera abusados, son más proclives a sufrir decaimiento.
Todas las personas pueden experimentar depresión en situaciones de maltrato específicas. Esto es muy importante de considerar tanto para su tratamiento como para su prevención.
El sexo femenino se ha asociado sistemáticamente al incremento de la probabilidad de desarrollar depresión, por tanto, las niñas son más depresivas que los varones, y más aún cuando alcanzan la adolescencia.
“Todos los infantes son diferentes y únicos en su personalidad, en la manera de comportarse por lo que es preciso que los padres conozcan bien a sus pequeños para poder identificar cambios en su conducta”, explica Rodríguez.
Síntomas y tratamiento
Tristeza persistente, lloriqueo y llanto excesivo, pensamientos o expresiones suicidas o actuaciones autodestructivas, desesperanza, aburrimiento constante y falta de energía, pérdida de interés en sus actividades favoritas o incapacidad para disfrutarlas, alteración notoria en la alimentación y el sueño, quejas frecuentes de enfermedades físicas como dolor de cabeza o de estómago, concentración deficiente, descuido en los estudios y ausencias frecuentes a la escuela, aislamiento social.
Poca comunicación, ataques de rabia u hostilidad, baja autoestima y sentimientos de culpabilidad, alta sensibilidad al fracaso y al rechazo, son algunos de los signosque pueden presentar los niños depresivos.
El tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo en la que se encuentra el niño, en base a su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.
En ese proceso también deben participar los padres y los grupos sociales que forman parte de su entorno, como la escuela.
Los especialistas recomiendan no ignorar ningún síntoma, conversar y jugar con ellos, leerles libros infantiles con temas relacionados, asignarles actividades como pintar, dibujar y hacerlo con ellos, dedicarles momentos especiales y crear un ambiente más cercano y de confianza, prestar atención a su autoestima y sobretodo, buscar ayuda profesional.
Marlenys Ferreras
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