Cien años no es nada (Merengue apambichao)
Por: AGUSTÍN PEROZO BARINAS.
Entrado el 2012 el Gobierno Dominicano publica un “Comunicado sobre la Aprobación de la Ley Orgánica de Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana , 2030, por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo”.
Veintiséis palabras, solamente en el epígrafe. Resuenan entonces las aprobaciones en el Congreso Nacional, y su posterior promulgación por el Poder Ejecutivo, de la Ley General de Educación, la Ley de Municipios y el Distrito Nacional, la Ley de Electricidad... La ventaja de éstas es un encabezamiento más corto.
A Trujillo, tirano y déspota, se le reconocen crímenes, dolos y despojos de toda índole y crueldad, destacándose como el tema más escrito y documentado en República Dominicana desde la fecha del ajusticiamiento, aparte de los 31 años de su régimen unipersonal.
La clase política dominicana, la Tripleta , apoyada sobre la base de su pirámide que es la masa que ha ejercido el voto, ha tenido cincuenta años desde la muerte de Trujillo para vertebrar una mejor sociedad que la heredada a partir del 30 de mayo de 1961.
En este prolongado período “democrático” han ocurrido repetidos desfalcos al Estado Dominicano, horrendos asesinatos políticos -incluidos jóvenes colmados de justificadas inquietudes-, imposición del analfabetismo funcional como maniobra política y una deuda financiera consolidada a niveles asombrosos en nuestra historia.
En contrapeso a esta citada ley orgánica aparece un inédito merengue apambicháo. Es el «Opus Ripiá’o 2061». La letra consiste en unos parrafitos, más estribillo coreado, con muy pobre métrica y rima. Debe bailarse con jaleo entre vocablos y dice:
En cien años,
menos dos tíos que los pasan,
cambia entera la humanidad.
Los políticos del 61,
ya bien remataron la mitad.
Para la otra parte,
igual cantinela,
quieren la misma receta,
y sin seguridad.
¡Otro cuento na’má,
pá’los del montón;
otro cuento na’má,
pá’la situación!
¿Qué modelo económico,
sin pobreza,
si sigue la corrupción?
No hay trabajo,
que ennoblezca,
ni se educa la población.
¡Otro cuento na’má,
pá’los del montón;
otro cuento na’má,
pá’la situación!
No son necesarios intelectos grandilocuentes para concluir que la corrupción se reduce con voluntad política apegada a la legalidad. Y la pobreza con intensivas inversiones permanentes en educación de calidad, formación integral, entornos productivos sostenibles y salarios dignos. Sin duda las opciones tradicionales ya están agotadas y es burdo reciclaje lo que se presenta al electorado.
- Habrá una tarde fresca, comenta Aribáldes a Demófeles, el 21 de noviembre del 2061 cuando otros se sentarán a razonar sobre estos tiempos en alguna terracita de San Cristóbal. Tal vez esa tarde tendrán una vespertina tacita de café producido localmente esperando por ellos.
agustinperozob@yahoo.com
Entrado el 2012 el Gobierno Dominicano publica un “Comunicado sobre la Aprobación de la Ley Orgánica de Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana , 2030, por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo”.
Veintiséis palabras, solamente en el epígrafe. Resuenan entonces las aprobaciones en el Congreso Nacional, y su posterior promulgación por el Poder Ejecutivo, de la Ley General de Educación, la Ley de Municipios y el Distrito Nacional, la Ley de Electricidad... La ventaja de éstas es un encabezamiento más corto.
A Trujillo, tirano y déspota, se le reconocen crímenes, dolos y despojos de toda índole y crueldad, destacándose como el tema más escrito y documentado en República Dominicana desde la fecha del ajusticiamiento, aparte de los 31 años de su régimen unipersonal.
La clase política dominicana, la Tripleta , apoyada sobre la base de su pirámide que es la masa que ha ejercido el voto, ha tenido cincuenta años desde la muerte de Trujillo para vertebrar una mejor sociedad que la heredada a partir del 30 de mayo de 1961.
En este prolongado período “democrático” han ocurrido repetidos desfalcos al Estado Dominicano, horrendos asesinatos políticos -incluidos jóvenes colmados de justificadas inquietudes-, imposición del analfabetismo funcional como maniobra política y una deuda financiera consolidada a niveles asombrosos en nuestra historia.
En contrapeso a esta citada ley orgánica aparece un inédito merengue apambicháo. Es el «Opus Ripiá’o 2061». La letra consiste en unos parrafitos, más estribillo coreado, con muy pobre métrica y rima. Debe bailarse con jaleo entre vocablos y dice:
En cien años,
menos dos tíos que los pasan,
cambia entera la humanidad.
Los políticos del 61,
ya bien remataron la mitad.
Para la otra parte,
igual cantinela,
quieren la misma receta,
y sin seguridad.
¡Otro cuento na’má,
pá’los del montón;
otro cuento na’má,
pá’la situación!
¿Qué modelo económico,
sin pobreza,
si sigue la corrupción?
No hay trabajo,
que ennoblezca,
ni se educa la población.
¡Otro cuento na’má,
pá’los del montón;
otro cuento na’má,
pá’la situación!
No son necesarios intelectos grandilocuentes para concluir que la corrupción se reduce con voluntad política apegada a la legalidad. Y la pobreza con intensivas inversiones permanentes en educación de calidad, formación integral, entornos productivos sostenibles y salarios dignos. Sin duda las opciones tradicionales ya están agotadas y es burdo reciclaje lo que se presenta al electorado.
- Habrá una tarde fresca, comenta Aribáldes a Demófeles, el 21 de noviembre del 2061 cuando otros se sentarán a razonar sobre estos tiempos en alguna terracita de San Cristóbal. Tal vez esa tarde tendrán una vespertina tacita de café producido localmente esperando por ellos.
agustinperozob@yahoo.com