La mentira del Estado «democrático»
Por: la doctora Dalin Olivo
Durante décadas el mundo vivió sometido a una doble mentira: La de la existencia del comunismo en el Este y la del reino de la libertad democrática en el Oeste. Este combate ideológico no fue más que una expresión en el plano ideológico de las rivalidades imperialistas.
Los países que han pretendido representar mejor el ideal democrático son aquellos que lograron realizar primero la revolución democrática burguesa e instaurar el poder de estados puramente capitalistas, el Reino Unido, Francia y Estados Unidos sobre todo.
Al llegar primero se vieron mejor dotados en el plano económico. Durante la Primera Guerra Mundial los proletarios franceses, ingleses y americanos eran enviados a la carnicería en nombre de la lucha contra el militarismo prusiano. Durante la Segunda Guerra Mundial las dictaduras nazis y fascistas sirvieron, con su bestialidad de justificación, al militarismo democrático. Después, el combate ideológico entre los dos bloques se ha asimilado a la lucha de la democracia contra la dictadura comunista. Las democracias occidentales han pretendido siempre entablar una lucha contra un sistema fundamentalmente diferente al de ellas, contra las dictaduras. Lo cual ha sido una burda mentira.
Hoy el modelo democrático occidental se presenta como ideal de progreso que trasciende los sistemas económicos y las clases sociales. Dicen que todos los ciudadanos son “iguales” y “libres” de escoger mediante el voto a los representantes políticos y, por lo tanto, el sistema económico que desean. En República Dominicana nadie es libre aunque este fuera de una cárcel, porque siempre ha estado preso de la ignorancia y de la miseria. Cada uno es “libre” en “democracia” de expresar sus opiniones. En nuestro país puedes decir lo que quieras o lo que necesites decir, pero seguramente no vives para seguir expresando esa libertad. Pregúntenle a Narcisazo.
En nuestro país si los electores quieren socialismo e incluso comunismo, sólo tienen que votar por los representantes de los partidos que dicen defender esos objetivos. Y tendrás la peor frustración en la vida, porque esos que luchan por dichos objetivos sólo esperan la oportunidad de llegar para ser los máximos representantes de los intereses oscuros en contra de los que los llevaron al poder. Mire a su alrededor, las elecciones son el reflejo de la “voluntad popular”. Cuente las filas y los golpes que le dan a esa voluntad buscando un voto. Cada ciudadano puede recurrir ante el Estado. Asista a los tribunales dominicanos para ver si es cierto que las normativas modernas que trajo la democracia eliminaron las influencias y las compras de sentencias.
Los “Derechos Humanos son respetados”. Asista sin dinero a una escuela, a un hospital, a grandes moles privatizadoras de la salud y exíjale al centro que usted tiene derecho y sabrás que la democracia en este país es el gobierno de unos pocos para unos pocos
Esa visión idílica y crédula de la “democracia” es un mito. La “democracia” es el taparrabos ideológico que sirve para ocultar la dictadura del capital en sus áreas más desarrolladas. Los mitos tienen larga vida. La crisis económica y social está ahí, agudizándose día tras día poniendo al desnudo dramáticamente la realidad del capitalismo decadente, desvelando sus mentiras. La mentira democrática hoy tiene diferentes calibres. Se han multiplicado las ocasiones en que la burguesía ha demostrado el poco caso que hace del ideal democrático que pretende encarnar. En el mundo entero, los partidos políticos de derechas y de izquierdas son “responsables” de la situación actual porque todos han seguido la misma política de saqueo y opresión contra la clase obrera en cuanto se acercaron al poder; por eso sufren hoy un gran desprestigio.
Este desprestigio afecta a todo el funcionamiento del aparato de Estado porque es el producto de la separación creciente entre el Estado que impone la miseria y la sociedad civil que debe sufrirla. Esa separación se ha reforzado más todavía en los últimos años a causa de los avances de una descomposición que afecta al conjunto del mundo capitalista. Estas rivalidades se plasman en escándalos a repetición que ponen en evidencia la podredumbre de la clase dominante, la corrupción y la prevaricación que están gangrenando el aparato político en su conjunto.
Además Ponen al desnudo el funcionamiento real de un Estado en el que los políticos conviven estrechamente con matones de toda calaña y representantes de todas las mafias gansteriles y traficantes en despachos de un poder oculto, desconocido del gran público. Poco a poco la realidad sórdida del Estado totalitario del capitalismo decadente empieza a desgarrar la pantalla de las apariencias democráticas, pero eso no significa que se esté aligerando el peso de la mentira democrática. Consideramos que la mentira democrática se instaló con el capitalismo y sólo con él podrá desaparecer
Médico cirujano general, ayudante del Departamento de Cirugía General Hospital Taiwán desagua, República Dominicana. Lic. En Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo(UASD), magister en Derecho y Relaciones Internacionales, de la misma universidad, diplomado en Derecho Internacional Humanitario, Derecho Notarial, Derecho Procesal Penal, diversos estudios en el ámbito internacional sobre la paz y manejo de conflictos. Coordinadora del bloque de organizaciones comunitarias del sector de Herrera, municipio Santo Domingo Oeste, actualmente forma parte de las ternas para escoger el suplente al Defensor del Pueblo.
Durante décadas el mundo vivió sometido a una doble mentira: La de la existencia del comunismo en el Este y la del reino de la libertad democrática en el Oeste. Este combate ideológico no fue más que una expresión en el plano ideológico de las rivalidades imperialistas.
Los países que han pretendido representar mejor el ideal democrático son aquellos que lograron realizar primero la revolución democrática burguesa e instaurar el poder de estados puramente capitalistas, el Reino Unido, Francia y Estados Unidos sobre todo.
Al llegar primero se vieron mejor dotados en el plano económico. Durante la Primera Guerra Mundial los proletarios franceses, ingleses y americanos eran enviados a la carnicería en nombre de la lucha contra el militarismo prusiano. Durante la Segunda Guerra Mundial las dictaduras nazis y fascistas sirvieron, con su bestialidad de justificación, al militarismo democrático. Después, el combate ideológico entre los dos bloques se ha asimilado a la lucha de la democracia contra la dictadura comunista. Las democracias occidentales han pretendido siempre entablar una lucha contra un sistema fundamentalmente diferente al de ellas, contra las dictaduras. Lo cual ha sido una burda mentira.
Hoy el modelo democrático occidental se presenta como ideal de progreso que trasciende los sistemas económicos y las clases sociales. Dicen que todos los ciudadanos son “iguales” y “libres” de escoger mediante el voto a los representantes políticos y, por lo tanto, el sistema económico que desean. En República Dominicana nadie es libre aunque este fuera de una cárcel, porque siempre ha estado preso de la ignorancia y de la miseria. Cada uno es “libre” en “democracia” de expresar sus opiniones. En nuestro país puedes decir lo que quieras o lo que necesites decir, pero seguramente no vives para seguir expresando esa libertad. Pregúntenle a Narcisazo.
En nuestro país si los electores quieren socialismo e incluso comunismo, sólo tienen que votar por los representantes de los partidos que dicen defender esos objetivos. Y tendrás la peor frustración en la vida, porque esos que luchan por dichos objetivos sólo esperan la oportunidad de llegar para ser los máximos representantes de los intereses oscuros en contra de los que los llevaron al poder. Mire a su alrededor, las elecciones son el reflejo de la “voluntad popular”. Cuente las filas y los golpes que le dan a esa voluntad buscando un voto. Cada ciudadano puede recurrir ante el Estado. Asista a los tribunales dominicanos para ver si es cierto que las normativas modernas que trajo la democracia eliminaron las influencias y las compras de sentencias.
Los “Derechos Humanos son respetados”. Asista sin dinero a una escuela, a un hospital, a grandes moles privatizadoras de la salud y exíjale al centro que usted tiene derecho y sabrás que la democracia en este país es el gobierno de unos pocos para unos pocos
Esa visión idílica y crédula de la “democracia” es un mito. La “democracia” es el taparrabos ideológico que sirve para ocultar la dictadura del capital en sus áreas más desarrolladas. Los mitos tienen larga vida. La crisis económica y social está ahí, agudizándose día tras día poniendo al desnudo dramáticamente la realidad del capitalismo decadente, desvelando sus mentiras. La mentira democrática hoy tiene diferentes calibres. Se han multiplicado las ocasiones en que la burguesía ha demostrado el poco caso que hace del ideal democrático que pretende encarnar. En el mundo entero, los partidos políticos de derechas y de izquierdas son “responsables” de la situación actual porque todos han seguido la misma política de saqueo y opresión contra la clase obrera en cuanto se acercaron al poder; por eso sufren hoy un gran desprestigio.
Este desprestigio afecta a todo el funcionamiento del aparato de Estado porque es el producto de la separación creciente entre el Estado que impone la miseria y la sociedad civil que debe sufrirla. Esa separación se ha reforzado más todavía en los últimos años a causa de los avances de una descomposición que afecta al conjunto del mundo capitalista. Estas rivalidades se plasman en escándalos a repetición que ponen en evidencia la podredumbre de la clase dominante, la corrupción y la prevaricación que están gangrenando el aparato político en su conjunto.
Además Ponen al desnudo el funcionamiento real de un Estado en el que los políticos conviven estrechamente con matones de toda calaña y representantes de todas las mafias gansteriles y traficantes en despachos de un poder oculto, desconocido del gran público. Poco a poco la realidad sórdida del Estado totalitario del capitalismo decadente empieza a desgarrar la pantalla de las apariencias democráticas, pero eso no significa que se esté aligerando el peso de la mentira democrática. Consideramos que la mentira democrática se instaló con el capitalismo y sólo con él podrá desaparecer
Médico cirujano general, ayudante del Departamento de Cirugía General Hospital Taiwán desagua, República Dominicana. Lic. En Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo(UASD), magister en Derecho y Relaciones Internacionales, de la misma universidad, diplomado en Derecho Internacional Humanitario, Derecho Notarial, Derecho Procesal Penal, diversos estudios en el ámbito internacional sobre la paz y manejo de conflictos. Coordinadora del bloque de organizaciones comunitarias del sector de Herrera, municipio Santo Domingo Oeste, actualmente forma parte de las ternas para escoger el suplente al Defensor del Pueblo.